si soy yo de nuevo haciendo todo lo que mi familia o mejor dicho mi hermana menor quiere que haga.
mi nombre es Elizabeth Jackson oconor, tengo 26 años, estaba comprometida con un hombre que nisiquiera conocía pero mi tragedia no comienza allí, todo va muy mal cuando mi hermana menor crece y empieza a querer todo lo qué es mio y no entiendo que, si nisiquiera tengo nada ya que mis padres la quieren más a ella por su culpa termino muriendo traicionanda por mi única hermana y esposo llena de deseos de venganza pero algún Dios me vio tan desesperada que decidió darme una segunda oportunidad para acabar con las personas que me hicieron daño hasta la muerte y está vez no desaprovechare esta oportunidad.
NovelToon tiene autorización de vane para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS HAY MALDAD
●Alejandro: Niña insolente, ni siquiera formas parte de nuestra familia y te atreves a hablarme así. ¿Acaso crees que no sé a qué familia perteneces y lo que has hecho en este tiempo? Te aconsejo que no te metas conmigo, querido sobrino. Y ya sabes a qué se dedica tu novia; es una mujer de la vida fácil que vende su cuerpo por un par de billetes. Así que no creas que está contigo porque le gustas, y esto lo sé por una persona de la familia de esa mujercita.
●Elizabeth: Mire, señor, si puedo llamarlo así, no tengo nada que aclararle. Si desea decir tonterías de las cuales ni siquiera tiene pruebas, hágalo; no me desgastaré en explicarle nada a un hombre como usted. Y si es cierto que estoy con él, es porque lo amo y nos vamos a casar. ¿Tiene algún problema con eso?
●Máximo: Sonrío al ver cómo Elizabeth le habló a mi tío, dejándolo en ridículo frente a todos. Me acerco a donde está y lo agarro del cuello. Le digo: Si vuelves a faltarle el respeto a Elizabeth, no me hago responsable. Yo que tú, tendría cuidado con todo lo que estás planeando, porque solo necesito que cometas un error para expulsarte de esta familia. ¿Me entiendes? Lo suelto del cuello y me siento al lado de Elizabeth. Al mirar a mi abuelo, noto que está enojado.
●Michelle: Estoy tan enojada con esta situación que tomo mi bastón, me levanto de mi asiento y voy hacia donde está mi hijo. Levanto mi bastón y le doy un golpe; él cae al suelo y le digo: 'Lárgate de mi casa, está claro que mientras estés aquí siempre habrá conflicto en la familia. Ve ahora mismo y reflexiona sobre todo lo que has hecho. No quiero verte frente a mí hasta que no me digas qué es lo que has hecho mal'.
●Andrés: Abuelo, ¿por qué le haces esto a mi padre? ¿No te das cuenta de lo descarada que ha sido la novia de Máximo? Ella comenzó provocando a mi padre, pero como siempre, prefieres a extraños en lugar de a tu propio hijo.
●Máximo: cállate de una vez y lárguense de este lugar de una vez por todas, ya me tienen cansado haciendo lo que les da la gana siempre. Solo sirven para gastar el dinero del abuelo, pero nunca tienen tiempo para trabajar.
●Alejandro: padre, esto no quedará así y no te perdonaré lo que acabas de hacerme, todo por este maldito huérfano que es más idiota que mi difunto hermano. Pero así como terminó tu padre, así terminarás tú, escuincle de mierda. Miré con furia a la mujer que estaba al lado de Máximo; estos malditos me hablaron como si supieran algo de mi plan. No, no estoy seguro, solo hablaron por hablar, ya que muy pocas personas conocen mi intención de acabar con este maldito viejo, Tomo mi abrigo y salgo de ese lugar.
●Michelle: cállate y no manches el nombre de tu hermano, que sí era un gran hombre. Ya vete de mi casa. ¿Hay alguien más presente que no esté de acuerdo con la mujer de mi nieto que hable ahora, o ya no podrán? ¿Me entendieron? ¿Acaso creen que porque he envejecido pueden actuar como si ya estuviera muerto? Quiero que a todos les quede claro: toda esta herencia es mía, así que mientras siga vivo, les sugiero que se abstengan de pelear por algo que no les pertenece.
●Máximo: abuelo, por favor, cálmate. No puedes permitirte estos disgustos. Disculpa por esta escena, pero no podía permitir que mi tío siguiera hablándole así a Elizabeth. Ella es la mujer que he elegido como mi esposa, y créeme, no lo hago por tu dinero, que me importa muy poco. Puedo ganarme el mío por mí mismo. Así que te pido que no creas en las necias palabras de mi tío. Lo tomo del brazo y lo llevo a su asiento.
●Michelle: No te preocupes, querido nieto. Sabes que desde que tus padres fallecieron en ese accidente, les prometí que me encargaría de ti y de inculcarte buenos valores. Te conozco tan bien como si fueras parte de mí, y sé que esos no son tus planes al casarte. Sabes, querido Máximo, que te pareces mucho a mi hijo en carácter y apariencia; cada vez que te veo, me lo recuerdas.
●Andrés: Abuelo, nos reuniste aquí porque tenías algo que hablar con la familia, y mira, ya ni está mi padre y sigues hablando solo con Máximo. Entonces, ¿mi madre y yo estorbamos o estoy equivocado?
●Michelle: Por Dios, Andrés, ya deja esa actitud horrible, eres igual que tu padre. Bueno, estábamos reunidos porque, como saben, no podré seguir al frente de la empresa, pero no se alarmen, solo es por recomendación del médico. Así que ya he designado a mi sucesor en la empresa y quién mejor que mi querido Máximo. Sé que algunos no están de acuerdo, pero es mi decisión y eso se respeta.
●Elisa: Suegro, pero sabe que eso no es lo correcto. Ese puesto le corresponde a mi esposo, su único hijo, así que le pido que reconsidere su decisión, por favor.
●Andrés: Abuelo, mi madre tiene razón. No sé por qué confías tan ciegamente en Máximo, pero él no es digno de ocupar el puesto de presidente; ese puesto le pertenece a mi padre, tu hijo.
●Michelle: ya lo dije, basta. Es mi decisión y no hay poder humano que me haga cambiar de opinión. No tengo nada más que añadir, la comida queda cancelada. Máximo, despide a todos y luego subes a mi habitación con tu novia, tenemos que hablar.
●Máximo: está bien, abuelo, ve con cuidado. Nana, por favor, ayúdalo. Pronto estaré con él. Bueno, ya escucharon a mi abuelo, es hora de irse de aquí. Todos salen con una expresión de odio en sus rostros. Sé que estos malditos solo están aquí por el dinero de mi abuelo, ya que no les importa si vive o muere, pero nunca les permitiré hacerle daño, aunque tenga que arriesgar mi vida. Malditas sanguijuelas.