Victoria Lotton, es una joven empresaria, dueña de una pequeña textilera, a sus 22 años se encuentra a punto de casarse con el amor de su vida, su vida perfecta está a punto de comenzar, lo que no sabe es que su matrimonio jamás será llevado a cabo.
herida y humillada públicamente, busca venganza a como de lugar, así tenga que casarse por conveniencia, con Maximiliano un importante y despidiado millonario, para lograr que el hombre que le rompió el corazón pague todo el daño causado.
¿podrá Victoria conseguír la venganza que desea, sin sufrir daños por casarse con Maximiliano?
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capitulo 10
Que hombre tan soberbio e insoportable, había solicitado que me alistaran para la cena de esta noche, llevaba una hora o dos con Rosa en mi habitación, tratando de hacerle algo a mi cabello, pero nada me gustaba.
-creo que me haré algunas ondas y lo dejaré suelto- le dije a Rosa que ya había perdido la cuenta de cuántos moños me había realizado
-me.parece bien señorita, si usted se siente cómoda con eso.
me ayudó a ondular mi cabello y a colocarme mi vestido, era un vestido rojo sencillo, sin tiras, pegado al cuerpo me llegaba justo sobre la rodilla y tenía una pequeña abertura en uno de los costados, me había encantado desde el primer momento, mi cabello castaño caía por mis hombros.
-y que tal?- le pregunte a Rosa cuando estuve lista.
-se ve genial señorita, al señor le va a encantar verla así.- dijo.
sabía que lo decia por que creía que entre nosotros había algo, pero realmente es que dudaba que Maximiliano se fijará en mi, y no porque no me sintiera atractiva, si no que sabía que yo no era de su tipo, a él le gustaban las plásticas, esa mujeres con grandes senos de silicona, que tuvieran una cintura de avispa, a punto de cirugías.
No es que tuviera mal cuerpo, yo amaba mi cintura, mis glúteos y mis senos de tamaño mediano.
me mire por última vez al espejo y salí, antes de que Don cascarrabias viniera a buscarme y llevarme arrastras hasta el auto.
baje las escaleras, pensé que Maximiliano estaría esperandome ahí, pero no fue así, el se había ido a resolver algo de la empresa y me había dejado.
-señorita, el señor ordenó que la llevara a casa de Don Máximo.- dijo Fabián al encontrarse conmigo en las escaleras.
-gracias!- le dije y camine con el hasta el auto.
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MAXIMILIANO
-Joshua, tengo la cena con mi padre hoy y Victoria no puedes resolver eso tú solo?- le dije de mal humor.
-lo siento hermano, necesito tu firma para la exportación, si no fuera con urgencia no te molestaría
-no puedo firmarlo en la mañana?
-el embarque debe de salir dentro de 3 horas Maximin, por Dios hombre, no es la primera vez que llegas tarde a una cena familiar
maldita sea está no era cualquier cena, era donde presentaría a Victoria, de esta cena dependía el futuro de las empresas de mi madre, y de este embarque dependía el futuro comercial de mi empresa en el extranjero.
-ya voy, espérame abajo para firmar- dije y colgué.
-fabian, la señora ya debe de estar por bajar, por favor llévala cuanto antes a la casa de mi padre.
-si señor
-me informas cuando ya vayan en camino.
-como usted ordene señor Maximiliano.
conduje lo más rápido que pude a la empresa, al llegar Joshua me esperaba en la entrada, subió al auto me entrego los documentos y los firme.
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-listo, cualquier otro inconveniente, me lo haces saber- le dije de mal humor.
-que tengas una linda vela- me dijo maliciosamente.
lo mire con ganas de matarlo, y salí a la casa de mi padre, para mí suerte aún no habían llegado, así que espere a Victoria en la entrada, para llegar juntos a la cena.
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VICTORIA
Nos estacionamos frente a una casa mucho más grande que la de Maximiliano, sentia como mi corazón iba a salir de mi pecho, estaba nerviosa, baje del auto y camine unos cuantos pasos hasta que ví la figura de un hombre en frente de mi.
-tu...
-jamas pensé que verme te dejará sin aliento- dijo juguetón.
-no seas idiota Maximiliano, casi haces que me dé un infarto.- lo acuse.
-no pretendo ser viudo aún.
rodé mi ojos y pase por un lado de el hacia la entrada de la casa.
-cariño, creo que lo mejor es que ambos entremos juntos, para que nuestro amor se vea más real.
respire profundo y espere que el se situará a mi lado, para tomarle del brazo y comenzar esta farsa.
entramos como una pareja perfecta, y fuimos directo al jardin de la casa buscando al papá de Maximiliano.
-como sabes que está aquí?- le susurre mientras nos deteníamos frente a una gran puerta de cristal.
-el siempre está en el jardín, en su despacho o en la empresa.- dijo tranquilamente mientras corría la gran puerta para salir.
dimos unos pocos pasos y ahí estaba sentado un señor mayor fumando pipa.
-padre, ya estamos aquí- dijo Maximiliano mientras se acercaba y abrazaba a su padre.
-pense que llegarías tarde como haces siempre- le reprochó el señor.
el señor se volteo en mi dirección, haciendo que me perdiera en esos ojos azules, iguales que los de su hijo.
-bienvenida! - dijo al mirarme
-si que tienes buen gusto le dijo a Maximiliano
-gracias señor, un gusto, mi nombre es Victoria Lotton- aunque intenté que sonara lo más casual posible no pude quitarme la sensación de que parecía un robot.
-mi nombre es Máximo Singer, dueño de las industrias Altamira y confenger.
sabía cuáles eran esas empresas, una era de calzado y la otra era de ropa, ambas eran reconocidas y de alta calidad.
-un gusto señor.
-pasemos al comedor- dijo muy entusiasmado.
Maximiliano, se situo de nuevo a mi lado y caminamos juntos.
-ese vestido se te ve mucho mejor que los vestidos de niña que usas a diario.
-no se si recibirlo como un halago, o un insulto- le susurre para que Don máximo no escuchará
-yo lo tomaría como un halago, viniendo de mi.- susurro en mi oído, haciendo que mi piel se erizará.
tomen asiento en un momento servirán la comida.
-y tu mujer y sus hijos?- dijo Maximiliano de mala gana.
-ellos están de compras, no han llegado.
-que oportunos- dijo de mala gana.
-el.unico que estara con nosotros por ahora será Ignacio, que se está alistando para bajar.- el tono de voz del señor máximo era calmado, muy diferente a su hijo.
-no somos de comer en familia a diario- dijo Ignacio mientras se unia a nosotros- así que es de esperarse que jamas estemos completos para una cena.- termino de decir mientras tomaba haciendo del lado izquierdo de Don máximo, ya que yo estaba del lado derecho.
-un gusto verte hermano- le dijo a Maximiliano.
-un gusto ignacio- le dijo mi esposo, no pude notar ningún signo de estrés o alarma en su cuerpo, con la llegada de Ignacio, por el contrario se sentía cómodo.
Don máximo tomo el teléfono e hizo un par de llamadas.
-hijo, ya tu madre y tu vienen?- espero unos segundos y continúo - ya vamos a cenar, apúrense.- y colgo.
-comencemos sin ellos padre! - dijo Ignacio restandole importancia a la ausencia de su familia.
don máximo asíntio y ordenó que trajeran la comida.
-victoria, dónde me dijiste que eras?- preguntó muy curioso don máximo.
-de cansas, nací y me crié ahí, hasta que fui a estudiar a Washington.
-y que estudiaste?
-diseño gráfico - dije orgullosa
-tus padres deben de estar muy orgullosos de ti.
-supongo que si- dije algo afligida.
-dije algo malo?
-no, es solo que, mis padres murieron hace 3 años.
sentí los ojos comprensivos del señor máximo.
-se lo duro que es una perdida, por eso quiero que Max, se case con alguien que lo ame y que esté con el cuando yo tenga que partir de este mundo.
me sentí muy nerviosa, no sabía que decir.
-por eso es que no podía dejar ir a Víctoria - dijo Maximiliano atrayendo la miradas de todos.
-no nos han contado como es que se conocieron- dijo Ignacio.
-el fue a cerrar unos negocios a cansas, y casi me atropella con su auto, insistió en llevarme al hospital y usted ya lo conoce señor máximo, el es muy terco no me dejó ir hasta que no me revisaran, luego insistió en que salieramos a comer para compensar el daño, y ahora estamos aquí...
-yo siempre he criado a mis hijos para que sean los mejores caballeros- dijo orgulloso.
-lastima que Samuel, sea todo lo contrario- dijo Ignacio burlón.
-a lo que me recuerda, porque no se quedan a dormir, y mañana desayunamos todos para dar la noticia de su compromiso.- dijo Don máximo.
intenté negarme pero sabía que nada me iba a sacar de este apuro.