Liora reencarna en un mundo mágico con una nueva oportunidad para vivir y solo busca ser feliz.
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El mundo mágico tiene muchas historias, todas conectadas pero independientes.
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Celos
Cuando llegaron a la habitación de la posada.. la puerta de la habitación se cerró detrás de ellos con un clic suave.
El Rey.. todavía con su apariencia alterada.. entró primero, intentando mantener su porte digno.
Pero Liora lo siguió con una sonrisa que anunciaba problemas.
Liora cruzó los brazos y apoyó la espalda en la puerta, bloqueando la salida con aire casual.
Liora: Muy bien, Su Majestad. Tenemos que hablar.
El Rey se detuvo a medio paso.
La frase “tenemos que hablar” nunca había sido buena para él, ni siquiera cuando era niño.
Rey (cauteloso): ¿Sobre… qué?
Liora entornó los ojos, acercándose lentamente.
Liora: Sobre sus… reacciones.
Rey: No entiendo.
Liora: ¿Ah, no? Curioso. Porque yo sí entendí. Y muy bien.
El Rey se puso rígido como una estatua de mármol.
Rey: No sé a qué se refiere.
Liora dio dos pasos más, quedando justo frente a él.
Liora: Cuando el guardia me habló… cuando me dio la flor… cuando me invitó a almorzar…
usted se puso… ¿cómo decirlo…? agridulce. Muy… “no me gusta lo que veo”.
El Rey tragó saliva, manteniendo el control como podía.
Rey: No estaba… molesto. Solo… precavido.
Liora: ¿Precavido?
Rey: Sí. Tu seguridad es importante para la misión. No quiero riesgos innecesarios.
Liora alzó una ceja con indignación juguetona.
Liora: ¿Ah, entonces no fueron celos?
Rey: ¡NO!
Liora: Perfecto. Entonces mañana voy a buscar al guardia. Le prometí que pensaría en el almuerzo.
Rey dio un paso adelante tan rápido que Liora se detuvo sorprendida.
Rey: No irás.
Liora lo miró con una mezcla de sorpresa y deleite.
Liora: ¿Ah, no? ¿Y por qué no?
Rey apretó la mandíbula.
Su voz salió más grave de lo habitual.
Rey: Porque él… no es confiable. Porque esta misión es peligrosa. Porque no sabes quién puede estar involucrado. Y porque… sería imprudente relacionarte con alguien del templo.
Liora dio un paso hacia él, pegándose apenas un poco más de lo necesario.
Liora: Entonces admítalo.
Rey: ¿Admitir qué?
Liora: Que le molestó. Que sintió algo. Algo… interesante.
El Rey respiró hondo… muy hondo… como si necesitara juntar todas sus fuerzas para no perder el control.
Rey: No admitiré algo que no es cierto.
Liora sonrió de medio lado, disfrutando demasiado.
Liora: Muy bien. Entonces mañana en la mañana iré a entregarle una flor al guardia para agradecerle. Seguro se alegra mucho de verme otra vez.
El Rey se tensó tanto que parecía listo para romper la puerta.
Rey: Liora.
Liora: Sí, mi Rey.
Rey (muy, muy serio): No. Vas. A. Verlo.
Liora: ¿Por qué?
Rey lo miró directamente, como si diera una orden real.
Rey: Porque dije que no.
Liora se acercó tanto que apenas había unos escasos centimetros entre ellos.
Liora: Eso no es una razón. Eso es un capricho.
Rey apretó los dientes.
Rey: Liora…
Liora sonrió suavemente, apoyando un dedo en el pecho del Rey.
Liora: Admítalo. No fue precaución. Fue celos.
El Rey retrocedió medio paso.. lo suficiente para respirar..
Rey: …No.
Liora: Entonces mañana iré a verlo.
Rey (rápido): ¡No!
Liora: Ah, ¿vio? Eso. Eso mismo. Esa cara. Esa voz. Ese “no”… tan protector, tan serio…
tan… suyo. Pero no se preocupe. No iré a verlo. Solo estaba… probando una teoría.
Rey: ¿Qué teoría?
Liora: Que usted… siente más de lo que dice.
El Rey abrió la boca para responder… pero nada salió.
Ella se acercó a la cama y soltó un suspiro.
Liora: En fin. Tenemos misión mañana. Descanse, Su Majestad.
La luz del amanecer entró suavemente por la ventana, pintando la habitación con tonos dorados.
El Rey abrió los ojos muy despacio.
Y lo primero que sintió fue un peso cálido sobre su pecho.
Liora. Otra vez.
Ella estaba literalmente encima de él, dormida profundamente, con la mejilla apoyada justo donde latía su corazón.
El Rey inhaló hondo, dispuesto a moverse… pero algo lo detuvo.
Un instinto extraño. Un impulso suave. O quizás… el recuerdo de la noche anterior.
Por alguna razón que él mismo no entendió… fingió seguir dormido.
No sabía por qué. No entendía por qué lo hacía. Un Rey no finge. Un Rey no juega. Un Rey no se queda inmóvil porque una mujer duerme encima suyo. Pero él sí. Y entonces…
Liora se movió. Muy despacio. Medio dormida, medio despierta.
Su mano subió por su pecho, recorriéndolo como quien siente curiosidad o cariño.
Ella suspiró suavemente y pasó los dedos por la tela de su camisa, siguiendo el contorno de sus músculos sin ninguna vergüenza.. acaricio su pecho, su cuello, su cabello..
El Rey tuvo que concentrarse para no reaccionar.
[¿Por qué… por qué estoy permitiendo esto?]
Liora abrió un poco los ojos, soñolienta, como si aún estuviera entre un sueño y la realidad.
Su mirada se posó en el rostro del Rey… y una sonrisa pequeña apareció en sus labios.
Ella acarició su cabello, bajando los dedos suavemente por un mechón rebelde caído sobre su frente.
Liora (susurrando, creyendo que él dormía): …me encantas..
El Rey sintió que su corazón daba un salto violento en su pecho.
Pero siguió quieto. Inmóvil. Completamente rendido… aunque no lo admitiría ni bajo tortura.
Liora acercó su rostro al suyo, inclinándose apenas, como si fuera un acto automático.
Y entonces… le dio un beso suave en la comisura de los labios. No un beso completo. No un acto atrevido. Solo un toquecito cálido, dulce… casi inconsciente.
Un gesto que parecía decir más que mil palabras.
El Rey se quedó sin respirar.
Liora se estiró un poco, bostezó bajito y se levantó de encima de él con total naturalidad, como si no hubiera hecho absolutamente nada extraordinario.
Caminó hacia la ventana, estirándose como un gato feliz por la mañana.
Liora: Mmm… lindo día. Perfecto para seguir investigando.
Ella ni siquiera miró atrás todavía.
Pero el Rey… estaba paralizado.
La cara totalmente roja.
El corazón golpeando con fuerza insólita.
Los ojos abiertos, sin capacidad de procesar lo ocurrido.
Rey (pensando, en shock absoluto): ¿QUÉ… FUE… ESO?
Liora finalmente volteó, inocente.
Liora: ¿Ya despertó, Su Majestad?
El Rey cerró los ojos un instante.
Inspiró.
Exhaló.
Buscó dignidad.
No la encontró.
Rey: Sí. Ahora… sí.
Liora sonrió dulcemente.
Liora: Perfecto. Tenemos un templo que investigar. ¿Listo?
El Rey no pudo responder de inmediato.
No. No estaba listo. Ni para el templo. Ni para ella. Ni para lo que acababa de sentir.
Rey: … Necesito un momento.
Liora: ¿Para qué?
El Rey se llevó una mano al pecho, aún sintiendo sus caricias.
Rey: Para… entender… todo esto.
Liora sonrió con picardía suave.
Liora: ¿Todo qué?
El Rey la miró, completamente vulnerable por primera vez.
Rey:…Liora. Tú… me vas a volver loco.
Ella guiñó un ojo.
Liora: Esa es la idea.
Ojalá en el ducado encuentre alguien de otro reino que la invite a conocerlo 😏
😂🤣😂🤣😂 Estos dos hombres ya tienen canas verdes /Grievance//Grievance/