En Busca De La Felicidad

Marcus observa directamente a la joven, no esperaba que tal rumor estuviese rondando por los imperios. Las relaciones que alguna vez tuvo con algunas mujeres fueron discretas.

_Lamento decepcionar la, pero no me gustan los hombres. Solo busco una mujer que sepa comprenderme y no solo este interesada en el puesto de emperatriz.

_Creo que será difícil encontrar a una mujer así, príncipe Marcus, las jóvenes de hoy en día solo buscan encalar en la alta sociedad.

_No todas son así, además cuando encuentre a esa persona no llevaré en cuenta su status.

_¿Cuál es el tipo de mujer que busca exactamente?

_Es impresión mía o está interesada en mi princesa Alana.

Alana había notado que Marcus evitó su pregunta, pero lo deja pasar, ya descubrirá que tipo se mujeres le gustan. Es un hombre bastante apuesto y no estaría mal pasar una noche con él, si los rumores son verdaderos el sabrá guardar el secreto.

_Es un hombre apuesto, con dinero, temido y por algunas deducciones mías, bueno en varias cosas más. Se puede decir que lo encuentro interesante, pero aún no despierta mi interés completamente.

_Dígame, ¿Qué debo hacer para ganarme el interés de tan bella dama?

_Lo sabrá en su momento.

Marcus y Alana continúan bailando, al verlos juntos el emperador sonríe, es la primera vez que ve a su hija de aquella manera.

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Amalia había decidido retirarse de la fiesta, estar rodeada de viejos diciéndole lo bien que le irá a su lado no era algo que deseaba escuchar en aquella noche.

_Si tan solo fuesen jóvenes y guapos, pinshes viejos codiciosos.

Amalia continua caminando por aquel lugar, era un hermoso laberinto de arboles cortados a la perfección.

_Me alegra encontrarla nuevamente.

Amalia voltea al escuchar la voz del hombre, no lo había escuchado acercándose.

_Me parece que su manera de acercarse a una dama no es la correcta caballero.

_Por favor dejemos las formalidades, llámame Dante.

_Señor, no creo que sea correcto llamarlo por su nombre si lo acabo de conocer.

Amalia voltea para marcharse del lugar, hasta que siente como un poder la envuelve suavemente, pero con una presencia feroz.

_Princesa Amalia, no pude evitar observarla mientras bajaba por las escaleras. Es usted una dama de admirarse.

_No necesito que alguien me diga que valor tengo o si soy digna de admiración, soy consiente de todo lo que logró solo por mi título y todo lo que logré por entrenar arduamente.

Dante siente como se le eriza la piel, sin duda es una mujer única. Otras ya hubieran caído rendidas a sus pies con solo aquellas palabras, pero Amalia demostraba no perder la compostura con su presencia o con sus palabras, una mujer segura y digna de admiración sin duda alguna.

Amalia se aproxima un poco y pasa una mano sobre la mejilla de Dante, el mismo estaba sorprendido por la acción de la joven, pero de la misma manera atento.

_Esos ojos, capaces de transportarte a otro lugar o de llevarte a la locura, tus ojos son tan hermosos y profundos que me dan ganas de observarlos por un largo momento, aún si con eso pierdo el alma.

_Un desconocido que gusta de la poesía, eso sí es raro de verse. Un hombre apuesto, con un aura que intimida y una voz que me provoca várias cosas, poeta y cautivante.

Ambos se sentían atraídos de una manera inexplicable, intentan no dejarse llevar por las emociones. Saben que no podría acabar bien.

_Me alaga, ¿Me acompaña a beber algo en lo que platicamos?

_Eso me parece bien.

Ambos se marchan de vuelta a la fiesta para llevarse algunas botellas de vino, luego se dirigen a un hermoso kiosco escondido por un gran árbol, este a diferencia de los demás era mayor y más lujoso, con varias almohadas esparcidas por el lugar. Dante ayuda a Amalia para sentarse y luego se sienta frente a ella.

Ambos iban tomando un poco de vino y descubriendo algo sobre el otro, los dos tenían varias cosas en común y pensaban de la misma manera. Dante no esperaba que una princesa fuese de aquella manera, era increíble y se notaba que no era una mujer débil.

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Marcus había buscado a su hermana en el salón y al no encontrarla supo que ya debe haber aprovechado la distracción de todos en el baile y escapado del lugar.

_Se supone que me buscarías una acompañante, pequeño demonio.

_Si es lo que busca puedo ayudarlo, príncipe.

Marcus voltea al escuchar cómo aquella joven se acerca a él nuevamente.

_¿Usted es?

Marcus ni se había molestado en preguntar su nombre antes, la verdad ni tuvo tiempo ya que la princesa Alana las interrumpió y lo llevo a la pista de baile.

_Ava Mendes, hermana del duque Harry Mendes.

_Un placer conocerla, al ser hermana de un dique debería saber que es de mala educación escuchar la conversación de los demás.

_No pretendía espiarlo, nada más iba pasando y lo escuché hablando solo y quise ver si estaba bien.

_Como puedes ver el príncipe Marcus está perfectamente bien y muy bien acompañado. Agradecemos su presencia en la fiesta de hoy, espero llegue a salvo a casa y hágame el favor de decirle a su hermano que no deseo un compromiso arreglado.

La señorita Ava parecía un animal salvaje furioso, sus manos estaban rojas debido a la fuerza con la que los estaba apretando en el vestido. Alana observa cada movimiento y expresión de Ava y sonríe para hacer que está de enoje aún más.

_No sé a qué se refiere princesa, el duque Mendes no desea un compromiso arreglado. Solo quería conocerla más y darle así la oportunidad de tener un pretendiente, creo que será imposible que consiga alguno con su manera de actuar y estando en medio de tantos hombres todo el día. No es una sorpresa que su virtud sea cuestionada por varios.

Alana estaba por responder hasta que siente como Marcus la sujeta de la mano y apoyo la otra mano sobre su cintura.

_No creo que la princesa necesite de otro pretendiente además de mí, dígale a su hermano que nadie le ha pedido esa oportunidad que dice querer darle a Alana. El hecho de que la princesa pertenezca al ejército no pone en duda su virtud como mujer, debe recordar que mi hermana también es una soldado, al ofender a la princesa Alana, también ofende a mi hermana, la princesa Amalia y eso no lo toleraré de ninguna manera, le pido por favor se marche.

Marcus se lleva a Alana lejos de aquella joven que permanece en el mismo lugar boquiabierta. No esperaba que el príncipe defendiera a la princesa o que dijera que es uno de sus pretendientes. Al recordar eso último sale del lugar hecha una furia andante.