En un mundo lleno de magia, Aarón es un joven que vive en un pequeño pueblo con su familia, el solo desea tener una vida como la de sus padres, encontrar a una mujer a la cual amar y que lo ame y tener una hermosa familia, ya que si bien ellos no son ricos, ni viven en grandes mansiones, tienen lo suficiente para vivir una buena vida y ser felices, pero todos sus planes cambian cuando descubre que él es el portador de un poder antiguo y que sus destino esta entrelazado al de otras tres personas, quienes juntos deberán salvar su mundo del dios Daotan, un dios maligno que solo busca el dolor y la muerte de todos los seres vivos.
En el camino por dominar sus nuevos poderes y comprender su nuevo papel, Aarón descubrirá que el amor no está descartado de su vida y talvez sea ella a quien necesité para poder lograr su destino.
Esta es la primera historia de la tetralogía Los 4 Guerreros de los Elementos
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Capítulo 9
NARRADOR
Félix, por el escudo que portaban, supo de inmediato que se trataban de hombres del ducado Tero, así que estaba seguro de que habían venido a ayudarlos con los bandidos, los cuales ya habían sido eliminados, pero los caballeros aún no lo sabían.
- Es para mí un placer darles la bienvenida a la aldea, soy Félix, el hijo del líder de la aldea, para mí es un placer que hayan venido, síganme, los guiaré hasta la casa de mi padre para que puedan hablar con él – les dice Félix, quien se había detenido delante de la comitiva.
- En ese caso, guíanos – le dice Jorge
Así Jorge y sus caballeros siguieron al joven por las calles de la aldea, y pudieron notar que aunque a simple vista todo parecía estar bien, entre más se adentraban a esta se podían notar signos de que allí hubo una batalla, como por ejemplo, algunas casas con las puertas o ventanas rotas, así como una notable ausencia de personas en las calles y en los campos.
El grupo avanzó hasta llegar a la casa del jefe de la aldea, solo Jorge y su mano derecha, Pedro, fueron los que entraron a la casa, mientras que los demás se quedaron afuera.
- Padre, caballeros del ducado Tero han venido – le dice Félix a su padre, quien sale rápidamente a recibirlos
- Es un placer para nosotros tenerlos en mi humilde hogar, y en nombre de la aldea les doy la bienvenida – le dice el jefe quien los invita a sentarse
- Gracias por sus palabras, como seguro sabrá, hemos venido debido a la carta que le mandó a mi padre solicitando ayuda, pero al llegar hemos notado unas cuantas cosas y nos gustaría que usted contestará algunas preguntas – le dice Jorge.
- Por supuesto, mi señor – le contesta el jefe de la aldea mientras le hace una reverencia al entender que está en presencia del hijo del duque.
- Su aldea ya fue atacada, ¿no es así? – le pregunta Jorge.
- Así es mi señor, fuimos atacados por ese grupo de bandidos hace tan solo unos días – le contesta el jefe
- Ya veo, pero a pesar de eso, puedo ver que salieron bien librados, ¿acaso recibieron ayuda de alguien más? – le pregunta Pedro
- Sí, mi señor, recibimos la ayuda del gran Carnero – les dice el jefe de la aldea con emoción a lo que Jorge mira a Pedro incrédulo con la respuesta del hombre
- ¿Clayton los ayudo?, eso es imposible – dice Jorge
- El joven Kasar no fue quien nos ayudó, fue un chico de esta aldea quien despertó como el gran Carnero y nos salvó.
- Eso en una blasfemia – les dice Pedro, quien no duda en sacar su espada y apuntar con ella al jefe de la aldea, quien aterrado retrocede.
Para Pedro, Clayton tampoco es una persona agradable, y mucho menos alguien digno del poder del gran Carnero, pero a pesar de eso, él sí creía en las palabras del oráculo, y tenía esperanzas de que el idiota de Clayton cambiara, por lo que decía aquel hombre era un insulto.
- Señor Igor, tiene una idea de lo que está diciendo, solo el hijo mayor del duque Knox es el portador de los poderes del gran Carnero, lo que está diciendo puede traerle serios problemas – le advierte Jorge mientras hace que Pedro baje su espada.
- Está equivocado, joven, el hijo del primogénito de la familia Kasar es quien portaría los poderes del gran Carnero, y el duque Knox, no es el primogénito de su padre – dice Ersa, quien al ser avisada por su nieta se encaminó a la casa del jefe de la aldea.
- ¿Quién es usted? – le pregunta Pedro
- Mi nombre es Ersa, y soy la curandera del pueblo, para servirles – les dice Ersa mientras le hace una referencia
- ¿De qué está hablando?, como que el duque Knox no es el primogénito de casa Kasar – pregunta Jorge, algo confundido.
- Así como lo escucharon, pero sé que no me creerán hasta que lo vean por ustedes mismos, así que les pido que venga a mi casa y de paso dejen descansar al señor Igor, desde el ataque su salud está algo delicada y con el susto que le acaban de dar, temo que esta empeore – les dice Ersa mientras sale de la casa dejándolos con la palabra en la boca
- Qué señora tan grosera – dice Pedro.
- No es grosera, solo directa – le contesta Jorge, a quien en realidad le agrada la actitud de la mujer, era alguien de carácter fuerte, eso era seguro.
Jorge y Pedro salieron de la casa del jefe de la aldea y pudieron ver que la mujer de antes los estaba esperando junto a sus hombres y una vez los vio salir se dio la vuelta y emprendió su camino.
- Seguiremos a la mujer – les dice Jorge a sus hombres, a lo que todos asienten y siguen a Ersa por el pueblo hasta llegar a su casa.
Por su parte, tanto Jorge como Pedro, apuran el paso para estar a la par de Ersa y así poder hacerles unas cuantas preguntas.
- ¿Cómo está tan segura de que el duque Knox no es el primogénito de su familia? – le pregunta Pedro.
- Pero que impacientes son, no les diré nada más, así que ya no insistan – les contesta Ersa
- Y ¿por qué no?, acaso nos está engañando – la cuestiona Jorge ante su negativa de hablar
- Claro que no los engaño, pero nada sirve que les diga algo ahora, no me creerán, una vez comprueben por ustedes mismo que los que les digo es verdad, contestaré todas sus preguntas, lo que me recuerda, solo yo contestaré sus preguntas, ni mi hija, ni mi yerno conocen todos los detalles, así que por favor no los molesten – les pide Ersa, ya que lo último que quiere es despertar esos nuevos demonios que inevitablemente ella le causó al que consideraba un segundo hijo.
Ambos jóvenes comprendieron la postura de la mujer, por lo que dejaron de hacer preguntas, aunque les consumiera la curiosidad, la cual creció aún más al sentir una gran energía mágica que iba creciendo conforme avanzaban.
Afortunadamente, para ellos el camino no fue para nada largo y en cuestión de minutos llegaron a la casa de la mujer, donde un hombre se encontraba de espaldas a ellos cortando leña, quien al oír el sonido de los cascos de los caballos se dio la vuelta dejando mudo a más de uno, ya que su apariencia dejaba muy en claro a qué familia pertenecía.