¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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ESCAPE
Yair parpadeó un par de veces antes de poder abrir grande los ojos ya que en lo primero que pensó fue:
«¡Mi señora!, ou-ou»
Se trató de levantar, pero eso dolía como el infierno.
«Yair»
El caballero miró a su lado como su señora estaba completamente sana a su lado cuidando de él. Hasta ese momento le tomó poca atención a dónde estaban específicamente.
«mi señora, menos mal, ¿Esta bien?»
Por fin pudo relajarse en dónde sea que estuviera echado.
«estoy bien Yair, ¿Cómo estás tú?»
«además del dolor me siento bien»
«me alegro»
«a todo esto, estaba seguro que habían demasiados asesinos ¿Cómo sigo vivo?»
Antes de que Jadella pudiera explicar las cosas, alguien tocó la puerta de la habitación en dónde estaban. Estaban en un hostal en el Ducado Horteira.
Jadella se levantó de su asiento.
«espera aquí Yair»
«pero-»
«estaré bien, no te preocupes»
Yair la vió irse y apenas si pudo ver a una figura humana en el pasillo, además de eso no logró ver nada más. Luego sus ojos se clavaron en la ventana oscura por el anochecer del día.
[¡Mierda!, ¡Maximilian me va a matar por no llegar a la mansión junto a la señora!]
***
En el pasillo Jadella se inclinó ante el hombre peliblanco.
«muchas gracias, en verdad le debo mi vida»
Levantó la mirada para verlo a los ojos.
«normalmente no suelo hacer esto, pero, haré lo posible para pagar su favor»
«no hay necesidad señorita»
La respuesta fue simplemente impactante para la Archiduquesa que sólo pudo preguntar:
«¿Eso... está bien?»
«si, eso y que no le diga a nadie que me vió, con eso me doy por bien servido o estaré en problemas»
Lo dijo tan serio que en lugar de dar miedo, por alguna extraña razón a Jadella le dio ternura.
«jajaja..., se lo prometo, jamás vi a alguien como usted en el territorio de los Horteira»
El hombre al ver la sonrisa de Jadella le acarició su cabeza con gentileza. Por que a pesar de que hace poco pasó por una experiencia terrible seguía riendo.
«se lo agradezco. Ahora con su permiso, me retiro»
«qué tenga un viaje seguro joven»
«usted también, que tengan un viaje seguro señora»
«...» [¿Señora?]
Jadella cómo que no entendió bien ya que antes la llamaba "señorita", el hombre pareció entender aquella mirada incrédula y le señaló su dedo anular en dónde llevaba su anillo de casada.
[Ah..., por eso]
Lo vió abandonar el pasillo del hostal y entonces entró rápidamente a la habitación de Yair y se asomó a la ventana en dónde vio al hombre ocultar su cabello blanco con una capucha y montar en su caballo.
Al mismo tiempo que el hombre azotó a su caballo una jauría de 12 lobos blancos corrieron junto al caballo, adentrándose una vez más a lo profundo del bosque.
[Es una pena no poder saber siquiera su nombre, pero cuidese]
«¿Mi señora?»
Los pensamientos de Jadella fueron interrumpidos por su caballero que se levantaba de la cama en pánico.
«señora, su cuerpo»
«¿Huh?, oh..., esto»
Yair tenía la cara azul de miedo por las múltiples curitas que Jadella tenía en el cuerpo, eran leves heridas y la mayoría eran superficiales, pero Yair seguía casi paranoico.
«digame que ya fue dónde un doctor»
Jadella sonrió con un...
«por supuesto» [ese joven era bastante bueno atendiendo heridas, además, si íbamos con un doctor hubiera sido peligroso en el Ducado Horteira. Mi padre se hubiera enterado de inmediato]
Yair no dudó para nada de las palabras de Jadella.
«¿Entonces no tiene nada grave, verdad?»
«si, son simples heridas que se curarán en unos días, en cambio lo tuyo... tardará meses, pero estarás bien. Eso fue lo que dijo»
«por mi esta bien»
«supongo que estaremos lejos del territorio Reiban por algunos días, ¿Puedes enviarle una carta a su excelencia?»
«no le va a gustar que estemos en el Ducado Horteira»
«no me importa, enviale el mensaje para que no armé otro escándalo como aquella vez»
El caballero sabía bien de la "vez" que la señora sólo fue a una simple panadería y por eso despidieron a Cristal.
No había muchas opciones considerando el estado en que ambos se encontraban.
Así que no tuvo más opción que escribir la carta y resar que llegara lo más rápido posible a las manos del Archiduque Reiban.
En aquella habitación, en la hora del alba tocaron la puerta de la habitación. Jadella estaba preparada para recibir la regañada de su esposo, estaba preparada para simplemente escuchar y no justigicarse, sin embargo, al abrir la puerta solo 6 caballeros de Reiban estaban.
Ellos se inclinaron.
«Archiduquesa»
El semblante de Jadella parecía algo normal, pero sus manos colocadas detrás daban a Yair la vista perfecta de cómo su señora apretaba las telas de su vestido con un...
«¿Dónde está mi esposo?»
«el señor, no podía hacerlo así que envió a todos los más fuertes caballeros para escoltarla»
«ya veo»
Jadella les dio el paso saliendo al pasillo.
«si me disculpan tengo que ir al baño, tengo que arreglarme»
«sólo tenga cuidado señora»
«no te preocupes mucho, con ustedes aquí seguro que todo estará bien. Pero por favor, encarguense primero de Sir Yair, tratenlo con sumo cuidado o podría morir»
«si señora»
Los caballeros sólo se enfocarnos en Sir Yair y Jadella fue a recepción quitándose los arietes y el brazalete de gemas y oro. La señorita que atendía le sonrió.
«querida clienta-»
«tomé esto, a cambio, ayúdame a escapar de aquí»
«¿Huh?»
La sirvienta tenía signos de interrogación sobre su cabeza, pero un instante después sonrió ampliamente, como si un ángel hubiera aparecido delante de ella. Aceptó el pago escribiendo en el cuaderno para ser más discreta.
..._¿En que puedo ayudarla?_...
Jadella agarró el cuaderno para escribir devuelta.
..._un caballo y que si preguntan por mi dígales que estoy en el baño_...
La sirvienta asintió y arrancó la hoja en dónde habían hablado y la tiró a la chimenea cercana.
La hoja se quemó en un instante y la sirvienta guió con fuerte voz:
«claro que si señorita, déjeme mostrarle el lugar»
Los demás clientes simplemente estaban de testigos desinteresados y Jadella fue llevada por una puerta trasera detrás del estudio del dueño que no estaba en ese momento.
«el dueño tiene un caballo atrás, tomelo rápido»
Jadella asintió mientras con curiosidad vió cómo la cajera ponía en el cajón del escritorio deldueño las joyas que le dio.
No contuvo las ganas de preguntar.
«¿Por qué está haciendo eso?»
La mujer con una sonrisa angelical le dijo:
«asi cómo yo no pregunté, usted debería abstenerse de preguntar~»
Jadella se calló y la chica con cabello negro y lentes le dijo:
«la dama debería irse pronto si eso era lo que buscaba»
La chica se fue y Jadella ya no dudó más, salió por la puerta trasera y tomó el caballo del dueño incluso si no lo conocía y tampoco le interesaba conocer.
Sólo quería irse, no quería volver a los territorios del Archiduque Reiban, mucho menos a los territorios del Ducado Horteira.
Azotó el caballo al mismo tiempo que su mirada se tornó algo vacía pensando...
[Necesito tiempo a solas. Por suerte llevó conmigo una de las copias del divorcio, esta vez... mi paciencia se está llegando al límite Maximilian]
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Yaguar-Misi: ¡Holis!, disculpen la tardanza, pero estaba ocupada, sigo ocupada, pero ya tengo lo suficiente para programar. Espero disfruten y me tengan paciencia. GRACIAS.