Melani una chicha que vive en una pequeña ciudad de Ecuador junto a sus padres y su pequeño hermano, ella desde pequeña sueña con ser una modelo reconocida a nivel mundial a medida que ella crece, sus sueños crecen con ella, cuando tiene 17 años, una supuesta agencia de modelaje llega a su ciudad en busca de jóvenes modelos para un casting, la contactan por mensajes, pronto la llevan a un casting a Nueva York donde empieza el infierno para la joven chica, pues todo era un engaño y la agencia en realidad era una red de trata de blanca, entre maltratos físicos y emocionales y sexuales Melani encuentra una luz de esperanza en un hombre que esta investigando estas mafias para salvar a las chicas, juntos tienen que enfrentar muchos desafío para llegar a esta juntos.
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Algo no anda bien
Uno de los hombres con una sonrisa irónica y palabras sueltas les dijo con tono de burla y riéndose fuertemente:
Hombre: Bienvenidas chicas, aquí es donde se realizará la audición, van a ver que les gustará ser modelos.
Melani no dejaba de sentir un nudo en la garganta, pues sabía que todo andaba mal; sin embargo, todavía no entendía que querían aquellos hombres de ellas, tenía tanto miedo que por momentos era incapaz de aceptar la realidad, todavía no podía creer que fue engañada de tal forma, por un momento pensó que solo se trataba de una broma o algo así, pero, mientras las llevaban al interior del edificio oscuro, algo en su interior le decía que su sueño, el que había perseguido con tanto anhelo, estaba a punto de convertirse en su peor pesadilla.
Una vez a dentro el lugar parecía como una especie de albergue, era un lugar oscuro y pequeño, apenas cabían todas las chicas, el espacio era bien reducido y un poco sucio, las paredes eran de cemento sin pintar, un olor a humedad se sentía apenas se entraba, para Melani toda esta escena estaba muy lejos de aquellas imágenes que ella imaginaba, no encontraba ninguna gran pasarela, ni espejos, ni grandes ventanales, no había luces brillantes ni grandes modelos.
Las chicas entraron, donde las alinearon, allí se veían camas literas que eran ya desgastadas, estaban tendidas con unas sábanas grises y rotas, no tenían ni una sola ventana, el espacio estaba iluminado por una sola luz que colgaba del techo, la habitación era fría que las chicas empezaron a temblar, Melani a pesar de tratar de estar tranquilo, sentía un vacío en su estómago.
Uno de los hombres, el que había tomado sus pasaportes en el aeropuerto, se paró frente a ellas y, sin ninguna emoción en su voz, les dio instrucciones.
Hombre: Se quedan aquí hasta que les digamos que van a hacer, no pueden salir del edificio y mucho menos comunicarse con nadie, el casting es mañana, ahora deben descansar, fue un viaje muy agotador.
Melani: ¿Cuándo nos darán nuestros pasaportes?
Hombre: ¡Les dije que esperen las instrucciones, no hagan preguntas!
Luego el hombre les dio una mirada fría y estremecedora y dio la media vuelta para retirarse del lugar, cerró la puerta de golpe, poniendo seguro por fuera, dejando a las chicas con más preguntas y asustadas.
Cuando el eco de los pasos se fue Melani se sentó en la cama empezó a observar todo el lugar, algunas chicas Sentada en una de las camas, Melani comenzó a observar a su alrededor, algunas de las chicas se miraban entre sí, con miradas de desconcierto, otras se abrazaban, todas trataban de encontrar consuelo, una chica la que parecía más joven que todas, estaba llorando desconsolada en un rincón, entonces una de las chicas dijo en voz alta:
Natalia: Esto no está bien, no me gusta para nada.
Melani sintió una punzada en el corazón al escucharla, pero rápidamente intentó calmarla, a pesar de que ella misma comenzaba a sentirse intranquila.
Melani: Talvez todo esto es parte del proceso, deben asegurarse que todo marche bien antes de la audición, no creen.
Aunque en su interior sabía que nada está bien, porque de ser lo contrario para que las habían llevado a un lugar tan alejado y sombrío, aunque una voz en su interior le decía que así deben ser estos castings en esas ciudades, tal vez era diferente en este lugar y no era como en Ecuador.
La noche avanzo muy lenta, la hora se hacían eternas nadie de la agencia se había hecho presentes, y lo, pero era que no podían salir de aquel lugar, algunas de las chicas intentaron abrir las puertas, pero esto fue imposible, era como el lugar estaba bien diseñado para que nadie lo pudiera abrir desde adentro, Melani no podía avisar a su familia que había llegado y menos lo que sucedía.
Para Melani y para el resto de las chicas fue imposible conciliar el sueño, se levantó de la cama y empezó a caminar por el lugar, tratando de buscar alguna forma de salir de ahí, observaba cada detalle, pero no encontraba nada que le ayude, pensó entonces que no era normal, volvió a su cama e intento pensar bien en lo que estaba viviendo, tal vez las estaban probando y por eso las tenían ahí encerradas, tal vez querían ver si eran fuertes, ya que el mundo del modelaje era despiadado y ellas tenían que soportar duras pruebas, pero algunas chicas ya estaban llorando desesperadas y eso hacía que Melani se volviera a preguntar si eso en realidad era verdad.
El tiempo avanzaba, y con cada minuto que pasaba, el nerviosismo en la habitación crecía. Melani, que había intentado mantener la calma, ahora sentía el peso del miedo ya era la madrugada estaba a punto de amanecer y Melani se recostó en la cama sacó el amuleto que le dio su madre y lo apretó con fuerza, poco apoco fue divagando, recordando lo que su padre le había dicho, las dudas que tenían sus amigas y todas las señales que hasta ese momento había ignorado, aunque no quería admitirlo.