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La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Reencarnación
Popularitas:1.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Luisa Manotasflorez

La historia de esta mujer es un viaje de autodescubrimiento y valentía en un mundo donde el estatus de género dicta el valor de una persona. Nacida en el seno de una familia noble en Roma, ella desafía las expectativas de su género desde una edad temprana. Despreciando la idea de ser tratada como una simple "vaca para preñar", busca igualdad y reconocimiento por su mente y habilidades, en lugar de simplemente por su género.

Sin embargo, la vida no es fácil para ella ni para su familia. Cuando una guerra obliga a su familia a huir de Roma, se encuentran enfrentando la discriminación y el escrutinio de aquellos que los rodean. La gente no puede entender por qué esta mujer es educada como un hombre y posee habilidades de curación que parecen provenir de los dioses de la salud y la curación de la antigua mitología griega. Sus dones se convierten en una bendición y una maldición, ya que la gente la ve con sospecha y temor, cuestionando si es una bruja o está involucrada en prácticas oscuras.

A pesar de todos los obstáculos, ella no se rinde. Se casa con un senador para protegerse y encontrar un lugar seguro en un mundo peligroso e incierto. Juntos, viajan por varias ciudades, escapando de la furia de un emperador vengativo que busca venganza por la muerte de su padre a manos de traidores. En su viaje, enfrentan desafíos constantes y peligros inesperados, pero su determinación y amor mutuo los mantienen fuertes.

Esta es una historia de resistencia, amor y perseverancia en tiempos de adversidad. Es un recordatorio de que, incluso en un mundo donde el género y el estatus social dictan las reglas, el coraje y la pasión pueden trascender todas las barreras. La protagonista demuestra que el verdadero poder reside en el corazón y la mente, no en el género o el estatus social, y que el amor y la esperanza pueden guiar incluso en los momentos más oscuros de la historia.

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Capitulo 8

Aurelia se encontraba en la sala de clases, rodeada por los pequeños príncipes, quienes esperaban con ansias comenzar la lección del día. Con una sonrisa cálida, los saludó y los invitó a sentarse, preparándose para otro día de aprendizaje y descubrimiento.

"¡Buenos días, queridos príncipes!" saludó Aurelia con entusiasmo. "Hoy tenemos una lección muy interesante sobre la historia de nuestro imperio. Vamos a explorar los grandes logros y las figuras destacadas que han moldeado nuestra nación a lo largo de los siglos".

Los pequeños príncipes asintieron con emoción, mostrando su interés en el tema. Uno de ellos levantó la mano y preguntó: "¿Aurelia, quiénes son algunas de esas figuras destacadas que vamos a aprender hoy?"

Aurelia sonrió ante la pregunta y comenzó a enumerar algunos nombres. "Hoy hablaremos sobre emperadores valientes, como Augusto, que expandieron nuestro imperio y lo hicieron prosperar. También exploraremos las hazañas de líderes militares como Julio César, cuyas conquistas transformaron el curso de la historia".

Mientras Aurelia hablaba, los pequeños príncipes escuchaban con atención, absorbidos por cada palabra. Se sumergieron en la fascinante narrativa de la historia de su imperio, imaginando las épicas batallas y los grandes logros que habían dado forma a su tierra.

Después de la lección teórica, Aurelia guió a los pequeños príncipes en una actividad práctica, donde pudieron recrear mapas antiguos y ubicar los lugares clave que habían sido mencionados en la lección. Con entusiasmo, trabajaron juntos, colaborando para completar sus mapas con precisión y detalle.

A medida que avanzaba la clase, los pequeños príncipes demostraban su comprensión del tema, haciendo preguntas perspicaces y compartiendo sus propias ideas sobre la importancia de la historia en la comprensión del presente y la planificación del futuro.

Al final de la lección, Aurelia se despidió de los pequeños príncipes con una sonrisa de satisfacción. Habían pasado otra mañana enriquecedora juntos, explorando el pasado glorioso de su imperio y aprendiendo lecciones que los acompañarían durante toda la vida.

Aurelia se encontraba en el jardín del palacio, disfrutando de la tranquilidad del entorno mientras caminaba entre las flores y los árboles. De repente, una voz familiar la sacó de sus pensamientos.

"¿Disfrutando de un paseo por el jardín, Aurelia?" preguntó el príncipe Adriano, apareciendo a su lado con una sonrisa encantadora.

Aurelia levantó una ceja con escepticismo, sabiendo muy bien el juego de seducción que Adriano solía desplegar. "Oh, príncipe Adriano, ¿acaso no tienes nada mejor que hacer que perseguirme por el jardín?" respondió con una sonrisa sarcástica.

Adriano rió suavemente ante su respuesta. "Tienes razón, debería estar ocupado cortejando a alguna dama que caiga rendida a mis pies", dijo con una mirada traviesa en sus ojos.

Aurelia rodó los ojos con desdén. "Ah, sí, porque eso es exactamente lo que todas las mujeres desean, ¿no es así? Ser seducidas por un príncipe encantador y arrogante", respondió con un tono de burla.

Adriano la miró con curiosidad. "Eres diferente, Aurelia. No pareces impresionada por mis encantos como lo están las demás mujeres", comentó, con un dejo de intriga en su voz.

Aurelia se encogió de hombros con indiferencia. "Supongo que eso es porque no soy como las demás mujeres", respondió con calma. "No me interesan tus juegos de seducción, príncipe Adriano. Prefiero concentrarme en cosas más importantes".

Adriano la observó con atención, notando la determinación en su mirada. "Eres una mujer intrigante, Aurelia. Me pregunto qué es lo que realmente te interesa", dijo, con un destello de interés en sus ojos.

Aurelia le devolvió la mirada con firmeza. "La historia nos enseña que no debemos confiar en las apariencias, príncipe Adriano. Tal vez deberías aprender esa lección", respondió con un tono desafiante.

Con una sonrisa enigmática, Adriano se inclinó ligeramente hacia adelante. "Tocada, Aurelia. Tendré en cuenta tu consejo", dijo con un destello travieso en sus ojos antes de alejarse, dejando a Aurelia sola con sus pensamientos en el tranquilo jardín del palacio.

Aurelia caminaba por los pasillos del palacio, perdida en sus pensamientos. Había sido un día agitado, lleno de responsabilidades y deberes, pero ahora, con la noche cayendo suavemente sobre el palacio, finalmente tenía un momento para sí misma. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida cuando escuchó pasos acercándose por detrás.

"¿Aurelia?", llamó una voz familiar.

Aurelia se giró para encontrarse con el príncipe Adriano, quien se acercaba con una expresión seria en su rostro. "Príncipe Adriano, ¿qué le trae por aquí esta noche?" preguntó con curiosidad, notando la seriedad en su tono.

Adriano se detuvo frente a ella, con una mirada intensa en sus ojos. "He estado pensando en nuestra conversación de esta tarde", comenzó, su tono reflejando una mezcla de determinación y curiosidad. "Tienes razón, Aurelia. Soy consciente de que mis acciones pueden haber sido malinterpretadas, y estoy dispuesto a rectificarlo".

Aurelia arqueó una ceja, sorprendida por la sinceridad inesperada de Adriano. "¿Qué quieres decir con eso, príncipe Adriano?"

Adriano inhaló profundamente antes de continuar. "Quiero disculparme, Aurelia. Me di cuenta de que mi comportamiento puede haber sido inapropiado en el pasado, y no deseo causarte ninguna incomodidad", explicó, su tono reflejando una genuina disculpa.

Aurelia se sintió sorprendida por las palabras de Adriano, pero también gratamente impresionada. "Lo aprecio, príncipe Adriano", respondió con sinceridad. "Es reconfortante saber que puedes reconocer tus errores y estar dispuesto a corregirlos".

Adriano asintió con gratitud. "Gracias por tu comprensión, Aurelia", dijo con una sonrisa sincera. "Espero que podamos dejar atrás cualquier malentendido y continuar nuestra relación en mejores términos".

Aurelia devolvió la sonrisa de Adriano, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. "Por supuesto, príncipe Adriano. Estoy de acuerdo", respondió con calidez.

Con un gesto de despedida, Adriano se alejó por los pasillos del palacio, dejando a Aurelia con una sensación de alivio y gratitud. Había sido un encuentro inesperado, pero uno que había traído consigo una nueva comprensión y respeto mutuo entre ellos.

Aurelia observaba desde la distancia mientras el príncipe Adriano cortejaba a una aristócrata en el salón principal del palacio. Sus gestos caballerescos y su sonrisa encantadora no pasaban desapercibidos para nadie, y mucho menos para ella. Aunque intentaba mantener la compostura y no dejar traslucir sus sentimientos, no podía evitar sentir una punzada de celos cada vez que lo veía tan cercano a otra mujer.

La aristócrata con la que Adriano estaba conversando era una mujer de belleza deslumbrante y modales refinados, y Aurelia no pudo evitar compararse con ella. A pesar de saber que la situación no era la misma, que ella tenía una posición diferente en el palacio, no podía evitar sentirse inferior en presencia de la elegante dama.

Sin embargo, Aurelia sabía que no podía dejarse llevar por los celos. Se recordaba a sí misma que su relación con Adriano era meramente profesional, y que cualquier sentimiento personal que pudiera surgir debía ser reprimido y guardado en silencio. Después de todo, no era apropiado que una institutriz como ella se permitiera sentir algo más que respeto y admiración por un príncipe como Adriano.

Así que mientras Adriano seguía cortejando a la aristócrata, Aurelia se mantenía en segundo plano, ocupándose de los niños y sus deberes como institutriz. Sin embargo, cada vez que tenía la oportunidad, escapaba al jardín para disfrutar de un breve momento de paz y tranquilidad.

Allí, entre los árboles y las flores, Aurelia se permitía liberar su mente de preocupaciones y pensamientos negativos. Jugaba con los niños a la gallina ciega y se sumergía en la risa y la alegría de su inocencia. Era en esos momentos que lograba olvidar los celos que la consumían y encontrar un poco de paz interior.

Pero a pesar de sus esfuerzos por mantenerse distante y concentrada en sus deberes, los celos seguían ardiendo en su interior, siempre presentes pero guardados en el más profundo de sus corazones, esperando pacientemente el momento adecuado para ser liberados.

Aurelia se encontraba en su habitación, repasando los planes para las próximas clases con los niños, cuando escuchó un suave golpe en la puerta. Al abrir, se encontró con la mirada curiosa del príncipe Adriano, quien parecía haber llegado sin previo aviso.

"Príncipe Adriano, ¿a qué debo el honor de su visita?" preguntó Aurelia, tratando de ocultar la sorpresa en su voz.

Adriano le dirigió una sonrisa encantadora. "Solo quería pasar un momento contigo, Aurelia", respondió con calma. "Me preguntaba si podríamos tener una conversación".

Aurelia arqueó una ceja, cautelosa ante la repentina solicitud de Adriano. "Por supuesto, príncipe Adriano. ¿Sobre qué le gustaría hablar?" preguntó con precaución.

Adriano entró en la habitación y se sentó en uno de los sillones, invitando a Aurelia a hacer lo mismo. "Quiero disculparme", comenzó, su tono serio pero sincero. "Me he dado cuenta de que he sido un poco insistente contigo en el pasado, y quiero asegurarte que no era mi intención hacerte sentir incómoda".

Aurelia se sorprendió por la honestidad de Adriano, pero también se sintió gratamente impresionada. "Lo aprecio, príncipe Adriano", respondió con sinceridad. "Aunque debo admitir que me tomó por sorpresa su disculpa".

Adriano asintió con comprensión. "Entiendo que mis acciones pueden haber sido malinterpretadas, pero quiero que sepas que te respeto mucho, Aurelia", dijo con seriedad. "Eres una mujer admirable, y admiro tu dedicación y compromiso con tu trabajo".

Aurelia se sintió abrumada por las palabras de Adriano, sintiendo un cálido rubor subir a sus mejillas. "Gracias, príncipe Adriano", respondió sinceramente. "Es reconfortante saber que mis esfuerzos son reconocidos y valorados".

Adriano le dedicó una sonrisa reconfortante. "Es lo menos que puedo hacer", dijo con amabilidad. "Espero que podamos dejar atrás cualquier malentendido y seguir adelante en mejores términos".

Aurelia asintió con gratitud, sintiendo un peso levantarse de sus hombros. "Por supuesto, príncipe Adriano", respondió con calidez. "Es un placer poder contar con su amistad y apoyo".

Con un gesto de despedida, Adriano se levantó del sillón y se dirigió hacia la puerta. Aurelia lo observó con una mezcla de gratitud y alivio, sintiéndose agradecida por la conversación sincera que habían compartido. Aunque los celos y las tensiones podían haberlos separado en el pasado, ahora parecía que habían encontrado un nuevo entendimiento mutuo, uno que esperaban poder cultivar en el futuro.

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Lisa Estigarribia
me encanta esta novela la verdad
Luisa Manotasflorez: Gracias por tu comentario 😊 me alegra mucho leer esto
total 1 replies
Lisa Estigarribia
queeeee? Adriano? noooo/Sob/
Lisa Estigarribia
una novela esplendida..y el heredero?
Luisa Manotasflorez: muy pronto esperen
total 1 replies
Lisa Estigarribia
una obra exquisita esta novela. tenes un gran talento, exitos
Lisa Estigarribia
ah y los bbs ya urge unos herederos.!!
Lisa Estigarribia
me encanta esta novela es romántica e historica entretejida en envidias traiciones e inteligencia...una trama atrapante e interesante. Gracias autora tu escritos son fluidos y muy bien elaborados....
Lisa Estigarribia
me gusts...es apasionante....esta historia me atrapa...
Lisa Estigarribia
es una historia apasionante!! Animo💐
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