La Reina De La Mafia

Ahora son las 02:00 de la madrugada.

Cuando Azka entró en la mansión de la familia Anderson, Danu todavía la estaba esperando en la sala de estar.

Azka entró tranquilamente pasando junto a Danu.

Danu, al ver entrar a Azka, se acercó inmediatamente a ella.

"Dek, ¿de dónde vienes que llegas a casa a estas horas?" preguntó Danu mirando a los ojos de Azka.

"No es asunto tuyo", respondió Azka bruscamente, intentando marcharse, pero Danu le agarró la mano izquierda.

Danu, al ver que la mano izquierda de Azka estaba sangrando, se sorprendió.

"Dek, ¿qué le pasa a tu mano?" preguntó Danu, visiblemente preocupado.

"Suéltame", dijo Azka.

"No, no te soltaré, primero te curaré", se negó Danu.

"¡TE DIGO QUE ME SUELTES, SUÉLTAME!" gritó Azka sacudiendo la mano de Danu, y luego se fue a su habitación.

Danu, aún sorprendido por el trato de Azka, se quedó petrificado mirando la espalda de Azka que desaparecía lentamente.

"No sé qué más hacer para que vuelvas a ser como antes, Dek, también estoy confundido sobre en quién debía confiar en ese momento, Mamá, si Mamá todavía estuviera viva, tal vez Azka no sería así", pensó Danu con tristeza y luego se fue a su habitación.

En la habitación de Azka

Azka entró directamente al baño y se limpió el cuerpo, después de limpiarse el cuerpo, se curó la herida sin vendarla y luego se durmió.

Por la mañana, a las 06:15, Azka se despertó de su dulce sueño.

Inmediatamente se apresuró a prepararse para ir a la escuela.

Cuando bajó, vio a Abraham y Anadia todavía en la mesa del comedor.

Azka no les prestó atención.

"Azka, cariño, desayuna primero", llamó Anadia.

Pero Azka la ignoró y se fue a la escuela con el coche que había conseguido ayer en la carrera.

"Papá, ¿de verdad Mamá es una persona mala, hasta el punto de que Azka no quiere considerarla como tal?" dijo Anadia fingiendo estar triste.

"Ya basta, Mamá, ten paciencia, Papá hablará con Azka", dijo Abraham.

"Voy a hacer que tu papá te odie aún más, Azka, ya lo verás", pensó Anadia.

Cuando llegó a la escuela, el guardia de seguridad ya había cerrado la puerta, pero Azka pidió que la abrieran.

"Señor, ábrame", pidió Azka fríamente.

"Eh, s... sí, señorita", dijo y abrió la puerta.

Azka entró en la escuela, aparcó su coche, luego volvió a la garita de seguridad y dijo.

"La próxima vez no me llame SEÑORITA", dijo Azka con frialdad enfatizando la última palabra.

"S... sí, señorita eh Azka", respondió el guardia de seguridad.

Cuando Azka pasaba por el pasillo de la escuela, se encontró con la maestra de guardia.

"¡Eh, tú!" gritó la maestra de guardia acercándose a Azka.

Azka se dio la vuelta y se enfrentó a la maestra de guardia.

"Llegas tarde, sígueme a la sala de consejería", dijo la maestra de guardia tirando de la mano de Azka.

En la sala de consejería, se encontró con Arion, que estaba acompañando a un estudiante con problemas, pero Azka sólo lo miró con indiferencia.

"Sra. Sinta, esta niña llega tarde", dijo la maestra de guardia a la Sra. Sinta, la consejera.

"Siéntate", ordenó la Sra. Sinta a Azka.

Azka simplemente obedeció y se sentó.

"¿Por qué llegas tarde?" preguntó la Sra. Sinta.

"Me quedé dormida", respondió Azka con calma y luego cruzó los brazos sobre el pecho.

"Ya llegas tarde, en lugar de disculparte, actúas como si nada, respondes como te da la gana, ¿me estás desafiando? Y encima cruzas los brazos sobre el pecho", se enfadó la Sra. Sinta largamente.

Mientras que Azka, que estaba siendo reprendida, sólo la miró fijamente sin responder a la pregunta de la Sra. Sinta.

"¿No me escuchas hablar?" preguntó la Sra. Sinta "¿Cuando un adulto habla, hay que responder!" se enfadó la Sra. Sinta.

"Dijiste que no podía responder como me diera la gana, así que me quedo callada", dijo Azka fríamente sin olvidar su rostro inexpresivo.

"Esta chica es una salvaje total", pensó Arion, que había estado observando desde hacía un rato.

"¡Tú!" se enfadó la Sra. Sinta, que ya había sido avergonzada "Ahora corre alrededor del campo 10 veces", ordenó la Sra. Sinta.

Azka se levantó inmediatamente para salir de la sala de consejería, pero la Sra. Sinta la llamó.

"¿Adónde vas?" preguntó.

"Esta maestra es tonta o qué, me manda al campo y luego pregunta", pensó Azka.

"Al campo", respondió Azka brevemente y se fue.

"Arion, vigílala", ordenó la Sra. Sinta.

"De acuerdo, señora", respondió Arion y fue inmediatamente tras Azka al campo.