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La Niña Del Capo

La Niña Del Capo

Status: Terminada
Genre:Mafia / Dominación / BDSM / Diferencia de edad / Completas
Popularitas:1.5M
Nilai: 4.8
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Stefano Messina es el nuevo Capo de la ´Ndrangueta, un cargo que nunca pensó que tendría. Para seguir siendo el jefe debe cumplir las reglas que le ha impuesto su hermano, siendo la más importante mantenerse alejado de Inés Guzmán. La dueña de sus fantasías más perversas.
¿Podrá hacerlo o caerá ante la dulzura de la única mujer que no puede tener?

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Tuberías

Stefano

Miro mis nudillos destrozados mientras sostengo a la mujer en mis brazos. Que bien se sintió romperle la nariz a ese imbécil. Ese maravilloso sonido quedó grabado en mi cabeza.

–¿Inés? –la llamo cuando ya no la escucho llorar, pero no hay respuesta.

Se quedó dormida.

Me levanto con ella en brazos y salgo del baño de mujeres, que por suerte estaba libre.

–¿Está bien? –pregunta una chica rubia al lado de los demás compañeros de trabajo de Inés.

–Sí. Está agotada. La llevaré a su casa.

–¿Y tú quién eres? –pregunta un chico con lentes.

–Sí. No te conocemos. No dejaremos que te la lleves –agrega un joven alto, de pelo castaño y ojos verdes.

–Es amigo de Inés –responde la chica rubia.

–Sí –confirma el tipo que estaba babeando sobre mi auto el otro día.

–Es un amigo –dice Joseph, el jefe de Inés. El mismo tipo al que tuve que pagarle una cifra considerable para que mi niña pudiera celebrar su cumpleaños.

No pensé que todo terminaría tan mal por culpa de un idiota que no puede leer el lenguaje corporal de una mujer. Inés claramente quería que se alejara.

A veces tengo las mejores ideas.

Nona fue la que me dijo que Inés estaba de cumpleaños, y pensé que sería agradable que pudiera descansar y pasarlo bien en su día, pero todo terminó mal.

Debí haberlo matado, pero había muchos testigos. Dante me mataría.

Camino con la bella durmiente en mis brazos hasta mi auto. La subo con cuidado en el asiento del copiloto y comienzo a manejar.

Mientras avanzo por las calles Inés se mueve y murmura palabras sin sentido.

Mi pobre niña.

Cuando estoy cerca de su departamento veo a un montón de personas en la calle gritando entre ellos.

¿Qué mierda?

Me estaciono y bajo del auto para averiguar qué está pasando y me enfrento a un diverso grupo de gente gritando y niños llorando. Me acerco lo más que puedo a la entrada donde está un hombre muy nervioso dando explicaciones.

–Lo arreglaremos dentro de las próximas semanas –dice mientras otros lo increpan–. Las tuberías se rompieron y tienen que ser reparadas.

–No tenemos dónde ir –dice una mujer de unos cincuenta años de edad, con los ojos rojos de rabia–. Es nuestro hogar, no pueden sacarnos así.

–La ciudad cerró el edificio hasta que se solucione el tema de las tuberías –insiste.

–¿Y ustedes nos van a pagar la estadía en un hotel? Estamos en Nueva York, una de las ciudades más caras del mundo. ¡Los hoteles son carísimos! –exclama un hombre con gafas y un traje de tres piezas.

–Tienen que subir a sacar sus enseres personales –dice ignorando todas las preguntas.

–¿Qué pasa?

Me giro y veo a mi niña bostezando con su rostro muy pálido.

–Algo con las tuberías. Tienes que ir a buscar tus cosas. El edificio estará cerrado algunas semanas.

–¿Algunas semanas? –pregunta–. No pueden hacer algo así.

–Parece que pueden y ya lo hicieron –devuelvo encogiéndome de hombros.

–Pero toda esta gente –se lamenta.

–Ve por tus cosas.

–No tengo dónde quedarme –dice.

–Claro que lo tienes, te irás conmigo –digo de inmediato.

–¿Contigo? –Asiento–. ¿Quieres que tú y yo vivamos bajo el mismo techo?

–Sí –respondo con una seguridad que estoy muy lejos de sentir–. Ve por tus cosas. Te espero.

–Pero…

–Ve –insisto y esta vez por suerte hace caso.

Mientras la espero y sigo escuchando las quejas y peleas de toda esta gente, que tienen el tránsito detenido, pienso en cómo será vivir con Inés.

–No es una buena idea –me digo.

Claro que no lo es. Lejos de ella podía olvidar lo que sentí al probar sus labios. Lejos de ella podía evitar recordar su belleza etérea. Lejos de ella podía ignorar el deseo ardiente que siento cada vez que estamos cerca.

Pero ahora… Ahora no lo tendré fácil.

Me obligo a calmarme. Tengo un trabajo exigente y rara vez puedo darme el lujo de dormir en mi propio departamento.

Estaremos bien.

Puedo controlarme. No soy un animal. Puedo razonar y tomar decisiones y decidí que no arriesgaré mi puesto por Inés.

No lo haré.

A los pocos minutos veo a mi niña caminando hacia mí con dos maletas.

–El lugar es un desastre –me cuenta cuando está a mi lado–. Pobre Dante, todos sus muebles están mojados.

–Lo superará –digo y tomo sus bolsos–. Vamos.

–¿Estás seguro? No quiero molestar –pregunta mientras subo las maletas al auto.

–¿Por qué molestarías? –devuelvo mientras le abro la puerta para que se suba.

–No lo sé. Pero imagino que no es divertido tener a un compañero de casa de un día para otro –dice cuando enciendo el auto.

–Mi departamento es grande. Además, ¿dónde irías?

–Donde María –responde de inmediato.

–Nona vive afuera de la ciudad.

–Lo sé, pero…

–No te preocupes, ¿sí? Además, casi no estoy en mi departamento. Tengo mucho trabajo. Tendrás el lugar para ti sola.

Mira sus manos sobre su regazo y su rostro palidece aún más.

–¿A tu novia no le molestará?

–Si tuviera una quizá le molestaría –digo y no puedo evitar reír ante la idea de tener una novia.

Eso no pasará jamás.

–¿Estás soltero? –pregunta intrigada.

–Desde que nací –devuelvo con una sonrisa.

–¿Y qué pasó con Andrea?

–No conozco a ninguna Andrea.

–Dante me dijo que tu novia se llamaba Andrea.

–¿Dante te dijo que tuve una novia? –pregunto y me giro hacia ella, aprovechándome de que estamos en un semáforo.

–Sí, hace casi tres años me dijo que tenías una novia y que llevabas años con ella.

–Eso no es verdad –digo en un siseo al pensar en el idiota de mi hermano.

–¿Por qué me habrá mentido? –pregunta.

Doblo por la autopista que me llevará a casa y pienso sobre qué decirle a Inés. Yo sé por qué Dante mintió; para proteger a su pequeña del monstruo de su hermano.

Maldito imbécil.

Pero no puedo dejarlo en evidencia, no si eso lastimará a la mujer que está a mi lado.

–No lo sé, mi niña. Quizá deberías preguntárselo.

Se cruza de brazos. –Claro que lo haré –dice con vehemencia–. No puedo creer que me haya mentido.

–No quiero defender a mi hermano, pero quizá lo hizo por protegerte.

–¿Protegerme de quién? –pregunta furiosa.

–De mí.

El silencio llena el auto por varios segundos, que parecen horas.

–¿Por qué debería protegerme de ti?

–Porque me conoce –digo–. ¿Cómo te sientes? –pregunto mientras presiono el botón que abre el estacionamiento de mi edificio.

–Bien. Gracias por… Gracias –susurra.

–¿Quieres hablar de lo que pasó?

Niega con su cabeza de inmediato.

Me estaciono al lado de mis otros autos y me apresuro a salir para ayudar a Inés.

Por ahora es lo único que puedo hacer. Ayudarla y mantenerme alejado... aunque eso acabe conmigo.

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Linilda Tibisay Aguilera Romero
que capitulo que 🥵
Linilda Tibisay Aguilera Romero
es que se puede hacer Pero con sus límites no tan sadico
Berena Diaz Hernandez
/Heart//Heart//Heart/
Linilda Tibisay Aguilera Romero
bueno Dante si cometió un error que fue exponerlo el desvío preguntarle por qué hacía eso buscar otra forma Pero lo que deben es hablar ya no hay culpables
Linilda Tibisay Aguilera Romero
jajajajajajaja fue divertido tratar de ocultar le a su mamá que no habían echo nada jajajaja
Linilda Tibisay Aguilera Romero
le cortaron la inspiración y la calentura jajajajaja
Linilda Tibisay Aguilera Romero
tiene mucho que superar juntos
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Nessy el ahorita te necesitas debes ayúdalo a el a superarlo si te alejas puede ser su caida
Berena Diaz Hernandez
Dios es bueno
Berena Diaz Hernandez
bueno tengo mis dudas de sus familiares
Linilda Tibisay Aguilera Romero
que fuerte lo que paso Stefano fue abusado desde niño y por eso es asi
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Dios será que llego el momento de que Stefano cuente su historia
Linilda Tibisay Aguilera Romero
que momento más triste 😢😢 Pero Franny es fuerte
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Dios ahora deben ir para su casa y enfrentar a Dante, Stefano deberías contarle a tu hermano por qué eras asi
Berena Diaz Hernandez
pobre inocente todos esos abusadores deberían ser quemados
Berena Diaz Hernandez
no debería haber ni un niño más abusado
Linilda Tibisay Aguilera Romero
hay Stefano ya no vas a necesitar tu cuarto de juego
Berena Diaz Hernandez
sucio
Linilda Tibisay Aguilera Romero
pobre Stefano y los padres nunca se dieron cuenta y la Nona tampoco
Linilda Tibisay Aguilera Romero
Dios Stefano está que ecolotay
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