Luna Cáceres quedó embarazada por confundir su laxante con el afrodisíaco de su amiga. ¿Con quien estuvo? No tiene idea. Lo único que sabe es que fue un maldito español que se aprovechó de su predisposición cuánto quiso.
Aquel español es el hijo de su padrastro, a quien conocerá por la boda en que sus padres sellarán su amor.
Ellos no se reconocerán, pero el español tiene un gran problema que le impide relacionarse con cualquier mujer, pero que curiosamente no le impidió estar con Luna.
¿Qué ocurrirá cuando él sepa que aquella noche inolvidable fue con su hermanastra? ¿Cómo reaccionará ella al saber quién es el padre de su hija?
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TURNO DE PABLO
NARRADOR
Pablo notaba como Luna seguía adelante como si nada ocurriera. A ella le daba igual estar desalineada cuando su novio llegaba a visitarla.
Luna estaba más enfocada en trabajar y estar con su hija que en su nuevo novio. Conocía a Marcos desde hacía tiempo y le parecía agradable. Sabía que él esperaba que en algún momento le dijera que si y presionada por las circunstancias aceptó.
Aceptaba algunas salidas con Marcos solamente porque era lo que correspondía siendo su novia, pero evitaba algunos lugares porque no quería que él intentara llegar más lejos. Mientras más público hubiese, mejor.
Pablo veía algunas interacciones de los dos con sospecha porque aunque ella pareciera tener carácter por demás, estando con Marcos parecía aburrida y desinteresada.
La madre de Luna estaba encantada de que ella finalmente abandonara la soledad, aunque esperaba que su hija cambiara al menos un poco, pero eso no ocurría.
-Si quieres que en algún momento él pase la noche contigo, nosotros cuidaremos a Cielo- Pablo escuchó cuando se acercaba a la cocina y se detuvo antes
-¿Para qué? Él tiene su casa y yo la mía- Quiso soltar una carcajada por la astucia de ella
-Tu sabes a lo que me refiero. Si necesitas estar a solas con él...
-No te preocupes que no lo necesito- Pablo decidió continuar su camino y fue con ellas
Pablo notaba la tensión, pero no decía nada. Solamente observaba en silencio mientras se preparaba una taza de café.
-Pablo, ¿Tienes más de treinta años?- Luna le preguntó y el hizo un gesto afirmativo- ¿Tienes hijos?
-No, no tengo- Dijo incómodo. La madre de ella se sintió apenada porque Eduardo le había contado aquel inconveniente que él tenía y todo lo que le había ocasionado
-Creo que mi madre quiere nietos y conmigo no contará esta vez- Salió de la cocina sin decir nada más
La madre de Luna no sabía dónde meterse por lo directa que su hija podía llegar a ser y eso la avergonzaba.
-Creo que... tiene mucho carácter- Pablo intentó aliviar la tensión
-Cuando repartieron carácter, Luna hizo fila cuatro veces. Si es que no me quedo corta- Dijo aún apenada causando que él español riera sin poderlo evitar
-Probablemente fueron más de cuatro
(....)
Luna se encontró con Lauren para tomar un café. La morena esperaba escuchar que se había hecho el milagro, pero la pelirroja no estaba aún en esa sintonía.
-¿Aún nada?- Preguntó decepcionada
-No quiero hacerlo. No me interesa de ese modo- Admitió con sinceridad absoluta
-¿Él lo sabe?
-Le dije que era muy pronto, que si no lo respetaba podíamos terminar- Se encogió de hombros
-Es un chico guapo, agradable, ¿Por qué no lo intentas? Al menos quizás te quitas el mal recuerdo y le pierdes el miedo. Ya pasaron años...
-Tal vez más adelante- Afirmó poco convencida
Más tarde ese día, Luna vio a Marcos. Él la había acompañado a casa y se habían besado. Aquello hizo que él tuviese ganas de ir más allá, pero ella estaba tan fría como siempre.
Pablo estaba tomando una cerveza, sentado en el patio, aprovechando la calma de la noche para despejar su mente y escuchó parte de la conversación.
-¿No me invitas a pasar?- Marcos se escuchaba agitado
-Estoy muy cansada. Iré a dormir. Buenas noches- Ella quiso irse para dar por finalizada la conversación
-Siempre estás cansada así tengas un día libre, ¿Por qué me mientes?
-No tengo ganas. Cuando eso cambie te lo digo
Pablo no comprendía cómo podía ser tan fría y que no le temblara la voz para hablar de ciertos temas. Él se hubiese sentido rechazado y con el orgullo herido si una mujer le decía eso luego de varios besos apasionados.

Pablo analizaba todo lo referente a Luna, pero ella le seguía resultando un enigma. La vio caminar hacia su casa sin verlo, dejando su perfume al pasar, pero Pablo carraspeó llamando su atención.
-Siempre pareces estar espiando- Dijo acercándose y se sentó sobre el césped- Búscame una
-No pareces venir de una cita con tu novio a juzgar por lo que usas- Le entregó el botellín de cerveza
-Así estoy cómoda. Es más importante eso antes que llamar su atención- Defendió su atuendo
Pablo solamente pensó que ella estaba demasiado cerrada en si misma para poder notar que el desinterés hacia Marcos se notaba y mucho. Él creía que quizás ella necesitaba a alguien con más experiencia y no a ese niño a quien todavía ni le salía barba.
Tampoco creía que él era la persona adecuada para ella, porque un paso en falso y podría generar muchos problemas. Por eso la consideraba prohibida, además por ese carácter tan fuerte y explosivo que ella poseía.
-¿Cuántos años tiene él?
-Uno menos que yo
-Eso explica por qué no tiene barba- Fue la primera vez que la escuchó reír y que fue capaz de provocarlo
-Acepté por eso, no me gustan las barbas- bromeó por algunos segundos- Es bueno conmigo, no me juzgó nunca y hasta ahora me respeta
-Con tantas cualidades hasta podría enamorarme de él- Su sarcasmo volvió a hacerla reír- Así no describes a la persona que amas y si ese noviazgo tuyo es para darle gusto a tu madre no va a funcionar
-¿Quién crees que eres para darme consejos? No sabes nada de mi- Se puso de pie enfadada, más porque él le había dicho una verdad enorme conociéndola muy poco
-Se te nota el desinterés. Creo que hiciste mal porque cuando termines tu relación, más preguntas te harán aún
Luna se fue y aunque Él no lo quería la repasó con su mirada mientras sentía su fragancia. Agradecía estar a oscuras porque sino se le notaría la excitación que ella le producía sin siquiera saberlo.
"-En el lugar de ese niño yo no me rendiría tan fácil y me iría a casa" - Se puso de pie cuando su excitación se fue y se dirigió a su cuarto, donde en sus sueños con la hechicera vio el rostro de Luna.