Amenokai, el jefe, conoce a Gacella, cuando era un flaco muchachito en el basto y tórrido desierto del Sahara. Tenía la obligación ética de cuidar y proteger al mocoso , lo llamó Jaculus, ratón del desierto. Pero resultó ser una mujer. Que díablos haría con ella ? Porque había que esconderla ? Porque era tan preciada por el maestro ? Quien diablos quería matarla ? Era ella una bruja o hechicera blanca ? Descubrir estas incógnitas le llevaría tiempo, pondría a prueba su paciencia y por desgracia o ventura le robaría su corazón para siempre.
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Capitulo 9. Despertar de sentimientos?
Por fin se había ido Gazella a Cirenayca. Amenokai quedó mirando con lágrimas en los ojos como los de todos los Bereberes el camello de Tamaz con su primo que se perdía en el horizonte.
Toda la tribu lloraba por la marcha del querido muchacho así que nadie miró la lágrima que rodaba por la mejilla del jefe.
Apenas arribaron a la tribu Amenokai tenía que despachar la misiva para sus parientes con medidas de Gazella.
Trajo a Tamaz y a ella para tomar las medidas del cuerpo de la joven.
_Jaculus ! Ven aquí. Necesito mandar la medida de tu flaco cuerpo a mis amados padrinos.
_ Está bien jefe. Yo puedo sacarme algunos largos de tunicas que..
_ Que tunicas ni que ocho cuartos ! Vestidos , Jaculos ! Ajuar de novia y anillos de boda.- dijo ante los maravillosos ojos asombrados de Gazella.
_ Es que yo …
_ Tamaz, por favor. Mide el cuerpo de esa mujer que yo no quiero ni ver ! - dijo con vos de mando mientras acomodaba el espejo grande de la carpa.
Gazella se sacó la túnica superior y quedó solo en un camisolín largo blanco que todas las mujeres llevaban sobre el cuero. Ese lino delgado transparentaba bastante su deliciosa figura y Amenokai comenzó a ver su poderosa armadura crecer debajo de su túnica índigo.
Las medidas noventa, sesenta, noventa hicieron sudar frío a Amenokai.
¿Cómo haría para dormir esa noche antes de la partida con esa mujer a su lado sin tocarla?
Amenokai despachó al siervo Bereber con la misiva y las medidas de su futura esposa y salió al patio dónde veía a Gazella jugar con los niños de la tribu y hablar con las familias.
Casi todas las preguntas de su interminable lista de preocupaciones se resolvieron al ver a Gazella con ese camisolín transparente mientras Tamaz le tomaba las medidas. En realidad vio siluetas pero su imaginación afiebrada estaba llena del cuerpo desnudo y palpitante de esa mujer.
De alguna manera tenía que calmarse. Pidió a un siervo que le prepare el más brioso caballo árabe y salió montando en él, como alma que lleva el diablo.
Dio casi cien vueltas y cuando regresó, transpirado y agitado venía con la mente más clara.
Decidió no mirar en todo el día a Gazella.
_ Gazella vió que las muchachas de la tribu Bereber corrían hacia el mismo lugar escondido todos los días. Fue ella también a ver qué era lo que le interesaba a las chicas.
Resulta que en la cuadra, entre los animales había un mirador. En realidad era solo una gran rendija dónde todas miraban y suspiraban abiertamente.
Gazella las apartó y todas salieron disparadas.
Miró para ver qué era lo importante y allí vio al jefe desnudo bañándose después de su cabalgata.
Ni por un asomo imaginó Gazella que el cuerpo de su jefe sería así.
Con el corazón y otras partes del cuerpo palpitantes se alejó de ese lugar de inmediato.
Se preguntó preocupada:
_ Cómo haría para dormir está noche junto a ese hombre sin tocarlo?
Gazella estaba segura que ahora que ella se iría todas esas locas mujeres de la tribu pasarían las noches con su jefe.
Una sensación de molestia que por supuesto no eran celos, enturbio los pensamientos de Gazella.
Amenokai buscó su ropa limpia después del baño para sacar la transpiración de la alocada cabalgata , y la alfombra que le confiscó a Gazella cayó a sus pies.
La alfombra con la cara del Maestro le miraba con una sonrisa sarcástica.
Amenokai del respeto y la admiración que le profesaba anteriormente al maestro , la verdad que ahora le odiaba bastante.
" Se que hiciste el amor con ella viejo pervertido. - comenzó a hablar con el difunto - pero ella será mí esposa y no tienes ni la más remota idea de lo que la haré hasta que implore por mí. Entiendes ? "
Siguió su perorata con el muerto largo rato que hasta el siervo que cuidaba la entrada se preguntaba con quién hablaba el jefe que el no vio llegar a nadie.
Gazella venía con dos chicos Bereber de la mano a los que quería regalar la imagen de su maestro.
Un siervo le impidió el paso, diciendo que el jefe estaba ocupado.
Sabía ella que el jefe no tardaría en dejar entrar a algunas de las muchachas que lo miraban con pasión mientras el se bañaba con todo eso...con toda esa cosa ...en fin. Mientras se bañaba desnudo.
Se fue enojada otra vez con las criaturas hacia sus carpas.
Y la noche temida por ambos llegó.
Amenokai veía que ella , enamorada aún del viejo verde muerto y sepultado, se corría hacia una esquina, para no tocarlo.
El tenía un almohadón apretando sus partes nobles en la otra esquina del lecho tratando de que su mente le dejara dormir un rato.
Había cabalgado mucho para cansarse realmente pero aún así el sueño no llegaba.
La presencia de Gazella era demasiado perturbadora a su lado.
Solo cuando sus sentidos de guerrero le hicieron saber que su compañero había dormido pudo relajarse en el lecho y arrimarse a ella sin despertarla.
El olor maravilloso de una Gacella recién bañada le llenó los sentidos. Sin moverse de su lugar arrimó todo lo que pudo su rostro a su cuerpo. Estaba a centímetros de su cuello y veía la belleza de sus pechos bajo las sábanas .
El besaría ese cuello a como diera lugar. Y tocaría esos pechos. Con ese pensamiento se durmió y como cada extremidad de nuestro cuerpo termina haciendo caso al cerebro y al corazón su mano, realmente dormida , terminó en el pecho de Gazella.
Entre sueños sus dedos sintieron un duro botón.
Con los ojos entrecerrados vió que se trataba del objeto de sus deseos.
Entonces la suave mano de su amada retiró la suya y sin ruido escapó de su lado.
El dolor en sus partes nobles era agudo. Pero el cuello no se escaparia de su boca. Con el cuento de la despedida de su primo apretó su cuerpo al suyo y dejo caer su boca en el cuello de Gazella. Ese beso sería el mejor recuerdo de los dos hasta su reencuentro.