EL CEO PARALITICO Y SU REINA MUDA

NARRADOR

El padre de Irina, su madrastra y su hermana estaban muy molestos porque no podían acercarse a ella y aún no sabían con quién se había casado, por lo que no podían llevar a cabo su plan para hacerle perder a su bebé. Cada día su situación económica era más delicada y debían hacer algo para quedarse con la herencia de Irina, pero lo que ellos no sabían es que Steven, harto de escuchar sus planes, decidió buscar a Irina para contarle lo que planeaba su familia y disculparse con ella por cómo la trató en los dos años que estuvieron casados.

Él, a diferencia de su esposa y sus suegros, sabía perfectamente dónde estaba Irina, lo había descubierto hace mucho tiempo, pero nunca se lo dijo a Inés o a sus padres porque conocía sus planes y él no pretendía ser su cómplice. Cuando llegó a la mansión de los Petróv, los guardias lo detuvieron y preguntaron su nombre y a quién buscaba. Él les indicó que buscaba a Irina y a su esposo. Los guardias lo retuvieron mientras avisaban a Dmitry y si este daba la orden, lo dejarían pasar; de lo contrario, no podría acercarse a la entrada.

Cuando los de seguridad le avisaron a Dimitri, este estaba desayunando con el resto de su familia. Se disculpó disimuladamente y con la ayuda del guardia ya salió de la casa. Él sabía de la historia de Irina y Steven, por lo que era cuidadoso y desconfiado con él. Debía asegurarse de que no viniera a lastimar a su esposa o a su hijo.

-¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres? - lo interrogó inmediatamente Dimitri con desconfianza.

-Tranquilo, no he venido a causar problemas. Simplemente quiero prevenirlos. Inés y sus papás están buscando a Irina y quieren lastimarla a ella y a su bebé - expresó Steven.

-¿Y por qué nos avisas? ¿Acaso no eres su cómplice? ¿Para qué vienes? - preguntó Dimitri.

-No te confundas. Yo lo único que soy culpable es de nunca haber amado a Irina. Y si en ocasiones la traté muy mal, pero jamás la lastimaría de tal manera y mucho menos por dinero - respondió Steven.

-Espero que eso sea verdad. Porque si descubro que estás de acuerdo con ellos para lastimar a mi esposa, terminarás en la ruina igual que ellos. Así que te recomiendo que te alejes de esas personas si no quieres terminar en la calle con ellas o con mi prisión. Tú decides - advirtió Dimitri, aun desconfiando de él.

-No te preocupes. Solamente espero el nacimiento de mi hijo para poder llevarlo conmigo. Entenderás que no puedo dejarlos con ellos, pero no te preocupes por mí. Yo no tengo nada que ver con lo que ellos traman, pero sí sé algo. Les avisaré. No quiero que Irina sufra. Ya sufrió lo suficiente a mi lado estos dos años como para ahora sufrir por la ambición de su familia. Cuídala, es una gran mujer - explica Steven. Aunque aún no está seguro completamente de confiar en él, Dimitri piensa darle el beneficio de la duda.

Yo la cuidaré muy bien. Es mi esposa y no permitiré que nadie nunca la lastime. Si me mantienes al tanto de todos los planes de la familia de Irina, te ayudaré a seguir adelante y obtener la custodia de tu hijo y de esa manera podrás protegerlo de la madre que le escogiste - expresó Dimitri, un poco más relajado con Steven.

Lo haré. Aunque no me ayudes, si sé algo, vendré a avisarte. Y dile a Irina que lamento haberle lastimado y no tratarla bien estos dos años de matrimonio, pero ambos sabíamos que no podíamos amarnos. Siempre fuimos amigos y nada más - dijo Steven antes de irse.

Cuando Steven se fue, Dimitri lo observó alejándose. No sabía qué tan confiable era, por eso le pidió a sus hombres que lo siguieran a todas partes y rastrearan cada uno de esos movimientos para asegurarse de que lo que decía era cierto y que no estaba en complicidad con la familia de Irina. Una vez dio la orden, sus guardias lo siguieron y comenzaron a buscar y a seguir cada rastro para asegurarse de que no fuera una amenaza para la señora de la casa. Ya que si algo se les escapaba, Dimitri sería capaz de matarlos si su esposa salía lastimada o si le pasaba algo a su hijo.

A Irina le pareció raro que Dimitri saliera sin decirle nada. Por eso, se puso de pie y observó a los hombres hablando. Aunque lo escuchó todo, no quería hablar con él. Ya era una página cerrada en su vida. Ella lo había perdonado hace mucho. Al fin de cuentas, ninguno de los dos quería ese matrimonio. Fue decisión de sus padres y ellos no tuvieron las agallas para oponerse. Aunque él en ocasiones fue cruel con ella y llegó a darle algunas bofetadas, jamás abusó de ella de otra forma. Y las cosas malas que hacía bajo los efectos del alcohol no lo justificaban, pero tampoco lo odiaba por lo que hizo. Al fin de cuentas, siempre fueron amigos y él la cuidó de niña. Aunque de cansados, todo fue un desastre. Ella lo sigue considerando un simple amigo y nada más. Antes de que Dimitri entrara, ella volvió al comedor con los demás para que no se diera cuenta de que escuchó todo. Quería saber si confiaba lo suficiente en ella para contarle lo que había pasado ahí afuera. Al terminar de desayunar, Dimitri le demostró lo que confía en ella. La llevó al despacho y le contó todo lo que había pasado. Y así, ella le confesó también que había escuchado todo desde que él salió. Ella lo siguió y escuchó todo. Dimitri no podía molestarse con ella por ponerlo a prueba. Simplemente, ella era curiosa y quería saber qué paso para que se fuera en medio del desayuno. Así, ambos supieron que confiaban uno en el otro y que harían todo por protegerse y proteger su amor.

Mientras ellos hablaban, Inés, por su parte, recordó haber visto a Irina en la misma clínica donde ella recibe los cuidados médicos por su embarazo. Así que decidió chantajear a algunas enfermeras para saber el apellido que ahora usa su hermana, así como su dirección y teléfono. Todo esto debe estar en su historial médico, por lo que para las enfermeras no sería difícil acceder a él con un poco de dinero. Ella podría conseguir la dirección y el teléfono de su hermana, por lo que vendió algunas joyas para poder pagar a las enfermeras y obtener esa información. Ella era ambiciosa y lo único que quería era acabar con su hermana para quedarse con su herencia, al igual que su padre y su madre. Ella lo que más amaba en el mundo era el dinero, no le importaban los demás.