Todos habían fallado, pero, el, sería el. El mejor hacker, el más sensato. ¡El era el mejor! No, tenía que ser el mejor.
Había tomado el caso con orgullo y determinación, pero tenía días sin tener nada de la ladrona... Si, había escuchado que era una chica pero nadie la había visto.
¿Quien diría que todo comenzaría con cinco segundos en camara y un Boomerang en forma de R?
¿Cómo funciona un Boomerang en forma de R?
Solo está ladrona hacia que funcionará ese tipo de cosas, irreales, desafiantes y... Sofisticadas
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CAPITULO 15
Se había quitado las lentillas azules y se había colocado las rojas, sus favoritas.
Estaba sentada en el piso cruzando las piernas y bebía de la pajita el jugo de limón que había pedido hace rato.
Miraba su pared, fotos de los más grandes, entrelazadas con estambres rojos. Miro la foto de Valeria Nuñez, ella creía fielmente que había asesinado a su pobre niño con síndrome de down. Un pobre angelito que había demostrado ser bastante inteligente y un gran pintor. No tenía pruebas pero suibdo hacker las conseguiría por ella, lo sabía.
Lanzo un bufido.
Valeria Nuñez pensaba que se saldría con la suya, aunque en el fondo Rouse deseaba equivocarse, aunque claro, eso no quitaría que la tipa es una ladrona y estafadora y si resultaba no ser una asesina podia chantajearla con su dinero, aunque eso no es suficiente y tendría que llevarla a la cárcel y ya no le serviria de nada.
—¿Que fue todo eso Rouse?
Miro detrás de ella y vio la figura de Denisa parada en su puerta con la peluca rubia que había tenido puesta hace rato. Rouse se encogió de hombros.
—Pense que quizás a Damián le gustarían los musicales.—Dijo y tomo un sorbo de su limonada, ya se estaba acabando.
—¿Un policía que le guste Hethers el musical?—Denisa lanzo un bufido y camino hasta estar cerca de ella.—Seria uno en un millón.—Se sentó en la silla que estaba a un lado de Rouse que seguía sentada en el suelo.
Su bebida se acabó y la dejo a un lado. Sonrió y miro a Denisa que estaba cruzada de piernas mirándola con una mirada condescendiente.
— Oh no.—Rouse se levantó.—No me mires como si fuera una niña.
—Deja de actuar como una.—Replica Denisa riéndose.
Rouse niega con la cabeza, sale de la mini habitación de investigación y sale a su cuarto principal. Suspiró.
Nadie entendía el arte, ni el drama, que vida gris.
Miro la hora, ya casi era hora de su reunión con Valeria Nuñez. Se sabía que ella amaba las joyas y lo caro. Puf, se creía súper elegante. Ja, ja. Nadie podía ser más elegante que ella en una misma habitación. Camino hasta su closet y saco un vestido con un corset negro con escote de corazón con decoración de perlas y una cola estilo sirena de color rojo. Denisa tendría que hacerle un buen peinado y maquillaje. Miro los guantes y no dudo en ponerselos.
Cuando la tela de seda recorrió sus muñecas no pudo evitar pensar en Damián, enojado, gritándole "suficiente" suspiró y sonrió. Se había quedado perpleja cuando le gritó, es que, se veía bien enojado siempre se ve bien cuando está enojado. Nego con la cabeza.
Una frase cruzo su mente.
"Ay Damián, si me obedecieras serías perfecto para mí."
...
ERROR
Damián golpeó el teclado de la computadora.
—¿Seguro que eres Damián Vega?— John pregunto recostado en el mueble con la misma revista que tenía desde que Rouse había terminado ese ridículo número musical.
—¿Por qué no estaría seguro?—Pregunto el entre dientes volviendo a tratar de entrar al sistema de Valeria Nuñez.
—Porque Rouse dice que hackear para Damián Vega es como hacer burbujas de jabón.—Dice el y se sienta dejando la revista a un lado y mirándolo a el.
—Lo es.— Afirmó el perdiendo la paciencia.—esto para mí es como citar la tabla del dos... Muy fácil
—Como digas.— John se encogió de hombros Pero no dejaba de mirarlo. Podía sentir sus ojos sobre el, no le gustaba.
Escucho unos pasos detrás de el.
—Voy a ver a hacer una tarea difícil.—Dijo entre suspiros Denisa que escucho detrás de el.
—¿Tendrás una conversación de chicas con Rouse?—Pregunto John sonriendo.
—Algo así... Oye, hacker, ¿Ya lograste entrar?
Damián habrío la boca para decir que no pero...
ACCESO OTORGADO.
Damian sonrió, había entrado a los archivos y a sus cuentas ¡Lo tenía todo!
—Diria que entrar fue poco.
Denisa sonrió, y se alejo y comenzó a subir las escaleras.
—¡Déjame ver!—Grito John y le arrebató la tablet.
—¡No preciones nada!
—sere cuidados.—Le hace un gesto y comienza a leer. Su expresión cambia de inmediato.—Robos, secuestros, cómplice de asesinato... Dios Rouse tenía razón.—Pasa un mano por el pelo.—Esta señora es una psicópata o peor
—Entonces de van a reunir dos psicópatas.
A Damián le tembló el ojo, seguramente el plan de Rouse sería matarla y robarle, o algo peor. Sintió el frío recirreerle la espalda.
—Rouse no es una psicópata.—Espeto John serio, enojado.
—No, claro que no.—damian nego con la cabeza riendo.—No hay termino que describa su locura.
—No sabes nada.
—¿No? Una persona que te recibe con un musical raro después de chantajearme y obligarte a dejar tu trabajo y técnicamente secuestrarte es una persona que está loca, safada de la mente.—Le grita.
—Hey.—John le coloco su dedo índice en frente.—Si Rouse canta para ti significa que le agradas.
—Le agrado tanto que me chantajea y me deja sin trabajo.
Todos estaban completamente locos.
Pero espera, si, si, definitivamente ya sabía que hacer.
¡Divide y conquistaras!
Una vez más Damián tenía una idea brillante que haría que el equipo de Rouse se desmoronara. Comenzaría su plan para acabarla.
...
—Me olvide mencionarte que tú hacker consiguió lo que querías.—Menciona Denisa.
Rouse sintió algo en el pecho, alegría pura.
—Lo. Sabía.—Sonrio victoriosa mientras Denisa ponía ganchos y pinzas en su cabello transformándolo en un peinado elegante.
— ¿Me dirás lo que sabes de el?—pregunto Denisa con curiosidad auténtica.
—¿Estás loca?—Rouse cambio su sonrisa por seriedad absoluta.—Ese es un secreto entre el y yo.
—Pense que no te caían bien los azules.
—No, no me caen bien pero Damián y no es un azul. Puedo apostar lo que sea que cuando logro entrar el sistema de Valeria Nuñez se alegró.—Dijo Rouse acomodándose en su lugar con seguridad.
—No te equivocas. En lo que se trata de tus misiones nunca te equivocas.
—Si, lo sé.
Saldría victoriosa de esta misión, un recurso más para añadir a su lista.
—Termine —Diji Denisa.
Rouse se levantó decidida de su asiento hasta su espejo. Llevo sus manos cubiertas con sus guantes de seda negros a sus labios.
—Por Dios.
Se veía radiante y arrolladora, como siempre debió verse. Camino con paso decidido a su cuarto de investigación donde tenía su cuaderno negro. Lo habrío y tomo su lapicero de tinta roja.
Valeria Nuñez
Tachada.
Subió el escalón en su esquema.
—Joven Ricardo.—Sonrio.— heredero. Cercano a mi pez gordo y mi próximo objetivo.