Esta es una historia en la que puedes encontrar suspenso, emoción, locura y mucho amor. historia desde su adolescencia
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Luna llena
Luego de un tiempo pasamos a la mesa, y debo ser muy sincera, la cena estuvo deliciosa.
De entrada nos brindaron un ceviche de camarón, de plato fuerte nos sirvieron una exquisita paella, y finalizando de postre nos sirvieron una tartaleta de frutos rojos. Toda la cena la acompañamos con agua.
A medida que íbamos cenando, ellos iban hablando del cierre del negocio con Bernart, era claro que quien quería comprar aquella cabaña era él, y finalizando la cena lograron cerrar el trato sin darle más vueltas a aquel asunto.
Todo el tiempo Valeria consentía y coqueteaba con Bernart, sin el más mínimo respeto a los que estábamos presentes.
Realmente era un episodio molesto.
Al cuadrar todo el tema de papeles y dinero decidieron despedirse y salimos de aquel lugar, Caminamos hacia el campamento y procedimos a ponernos todos cómodos para luego descansar.
Nos acostamos a Dormir y como era raro, yo no lograba conciliar el sueño. Esto ya se me está volviendo costumbre, decido levantarme para ir al baño y en el momento en el que salgo de la tienda me quedo fascinada viendo la belleza tan esplendorosa con la que brilla la luna.
No me había fijado que era luna llena, y definitivamente es más que un gusto poder apreciar su belleza desde aquel lugar en el que nos encontrábamos.
Decidí alejarme unos metros de las tiendas y me senté en el césped tratando de relajarme para descansar.
- ¡Tú si que me sorprendes! - Me dijeron casi al oído y de un solo brinco quede de pié. Era Bernart, al parecer tampoco lograba descansar.
- No me asustes de esa manera ¡por Dios! - Dije tapando mi cara con mis manos.- Salí a tomar aire y bueno... me quedé apreciando la belleza de la noche, pero, ya me voy, buena noche Bernat.
Al intentar retirarme me agarró de la cintura pegándome hacia su cuerpo.
¡Santo cielo! Este hombre está loco, no logro entender que es lo que pretende; Mi subconsciente como siempre me contesta: Aprovecha a ese bom bom, mira que esto puede que no vuelva a suceder. ¡Carajo! debo reaccionar, debo hablar, decir algo.
- ¿Que haces? ¿Acaso no me dijiste que me mantuviera alejada de ti?. Entonces ¿porqué haces estás cosas? Además, debes respetar a tu novia, yo no estoy para prestarme a tus aventuras de un ratico, ¡suéltame ya!- Dije en voz baja, pero cuando analicé lo que estaba diciendo, me di cuenta que estaba un poco alterada, como si... le estuviera reclamando.
- ¿Novia?- Dijo y soltó una risa -
- Shhhh, callate, no quiero que alguien se levante y nos escuché.- Dije mirando alrededor.
-¿Te refieres a Valeria?... Déjame aclararte una cosa: Yo no tengo novia, Valeria es una amiga, muy pegajosa por cierto pero, solo es una amiga, ahora dime tú ¿Acaso te molesta que ella esté muy cerca de mi?.-
- ¡Ay, por favor! Porque tendría que molestarme, tu vida no tiene nada que ver con la mía.-
Me soltó de la cintura pero de inmediato agarró mi mano y me llevo con él.
-¡Ven conmigo!-
- ¿A dónde me llevas? ¿Que haces?, ¡Estas loco!-
- La verdad sí, probablemente esté mal de la cabeza pero quiero que vengas conmigo, y no hagas ruido o si no nos van a echar de menos, ¡tú verás!.-
No tenía de otra, más que seguirle y esperar a ver aquel hombre con que otra locura iba a salir.
caminamos por entre los árboles hasta llegar a un plan muy hermoso, al llegar uno a la orilla veía un vacío inmenso, pero el paisaje que se lograba apreciar desde ese punto era algo inigualable, era increíblemente bello, puedo decir que desde ese lugar se veía más de cerca el cielo, sus estrellas y la luna brillaban como con más emoción, eran más esplendorosas.
- ¡Wow! Esta vista es... casi ireal.- Lo volteé a ver y él estaba viéndome fijamente.
Mi corazón comenzó a palpitar de una manera descontrolada y mis manos me sudaban de una manera loca.
- ¡Dios! Eres jodidamente bella María José, pero... No te puedo prometer amor, ni mucho menos asegurarte una relación estable, yo... yo soy un hombre con mil defectos, con un pasado, y... Bueno, debo ser responsable.- Se quedó callado por unos segundos mientras tomaba un poco de aire y paso sus manos por su cabello, ¡viéndose mas sexi de lo que es!. y siguió.
- Te deseo muchísimo niñita, ¡tienes algo que me está volviendo loco!- Gruñó y sin decir más, agarró mi cara con ambas manos y pego sus labios a los míos.
Este hombre es lo más sabroso que he podido probar en estos últimos días, pero, no dejaba de retumbar en mi cabeza todo lo que él decía.
En segundos se me olvidó el mundo por completo, nuestras lenguas jugaban entre sí, mientras el bajaba su mano izquierda por mi espalda, pegándome más a su trabajado y exquisito cuerpo. haciéndome sentir inestable, mis piernas temblaban sin control y mi vientre me quemaba cada vez más.
Yo no quería que ese momento acabará.
Pero nuestros pulmones exigían que les dejáramos entrar oxígeno así que, nos separamos un poco para respirar.
- ¡Aaahhh! ¿Que demonios me pasa contigo?- Dijo con algo de molestia.
Yo solo lo miraba sin decir absolutamente nada.
- ¿cuantos años tienes?- preguntó
- 17 - Dije con mi voz algo extraña, tal vez... ¿Exitada?.
Sentía que mi cara enrojecia con el simple hecho de pensar que él me hacía poner así.
- ¿En cuanto tiempo cumples los 18?-
- En un mes, pero, no entiendo ¡porque me preguntas eso!.-
- Necesito que seas mayor de edad para proponerte lo que tengo en mente.-
Me dejó sin palabras ese hombre. Realmente era muy extraño pero yo sentía que me atraía cada vez más, quería saber quién era, que secretos ocultaba, porque estaba sólo, porque decía que no podía amar y lo principal; Que me quería proponer.
Eran tantas cosas.
- Creo que mejor volvemos al campamento, probablemente nos estén buscando.- Dije
- Ellos duermen como osos en invierno, no te preocupes.- Extendió su mano y dijo. - ¡Ven acá!-
Tome la suya de inmediato y me acercó a él.
Sin dudarlo recargue mi cabeza en su pecho y el puso su mentón sobre la mia.
Así estuvimos por un rato, apreciando el cielo en completo silencio y sin soltarnos el uno del otro.
no sé cuánto tiempo había pasado, Solo se que me sentía muy bien estando así con él.
- ¡Vamos nena! debemos descansar un poco, además, ya está haciendo algo de frío, no quiere que vallas a enfermar.-
caminamos de la mano y al llegar al campamento, todo Lucía en silencio, como si nada hubiese pasado.
- Hoy en la cena estabas más que hermosa, gracias por aver estado allí, eras lo único bueno que había en ese lugar, Que descanses.-
Sin decir más se adentro en su tienda y yo... Bueno, quede embobada de pie en la entrada de mi tienda.
Parecía idiota viendo ¡Nada!.
Luego de unos segundos entre y me acosté junto a Mary, ella estaba completamente profunda, y en segundos me logré quedar dormida.
Quedaron dos cosas inconclusa la familia del padre y el malvado y su hija