Una Esposa Para El Príncipe Maldito

Esa tarde, despues de aquella conversación con el principe, Nora se encerró en su habitación. pasó un buen rato mirando por la ventana los jardines del palacio, el mismo lugar donde todos la habian elogiado unas horas antes. lo único que sentia ahora era cansancio. no miedo, ni tristeza, solo un cansancio profundo de tener que justificar cada palabra, cada gesto.

decidió entonces que ya era suficiente. mandó a su doncella con un mensaje para el rey, pidiendo permiso para regresar a su mansión en el ducado aldridge. no queria causar más problemas ni parecer una carga.

poco despues, un guardia llegó con la respuesta.. el rey desea verla de inmediato.

Nora se arregló el cabello, respiró hondo y caminó hacia la sala del trono. al entrar, se sorprendió al ver que no estaba solo el rey, sino tambien el principe Jahir, de pie a su lado, con la misma expresión fria e impenetrable de siempre.

—su majestad —dijo Nora con una reverencia—, me pidió que viniera.

el rey la miró con una mezcla de afecto y autoridad.

Rey: si, lady Nora. me han informado que deseas regresar a tu mansión.

Nora: si, su majestad. no quiero incomodar a nadie, y el compromiso aún no ha sido confirmado oficialmente. pense que lo más prudente era esperar allá, en el ducado, hasta que usted lo considere conveniente.

el rey asintió lentamente, pero su mirada se desvió hacia su hijo, que permanecia en silencio.

Rey: me parece razonable.. pero antes de que regreses, debo informarte que dentro de unos dias el principe Jahir irá a visitarte al ducado.

ella parpadeó, desconcertada.

Nora: ¿el principe… va a visitarme?

Rey: asi es.. es hora de que ambos se conozcan fuera de la formalidad del palacio.

Nora apretó las manos frente a si.

Rey: su majestad, no creo que sea necesario. el principe está ocupado, y no quisiera interrumpir sus deberes.

Jahir levantó una ceja, sin decir nada, pero era evidente que la idea tampoco lo entusiasmaba.

el rey, sin embargo, sonrió con ese gesto tranquilo que usaba cuando una decisión ya estaba tomada.

Rey: irá igual. a veces, la comprensión nace en los lugares más inesperados.

ella bajó la cabeza en señal de respeto, aunque por dentro pensaba que aquella visita seria una prueba de paciencia.

Nora: como desee, su majestad.. pero antes de irme quisiera hacerle una petición..

Rey: habla, lady Nora..

Nora: me gustaria llevarme algunos libros de la biblioteca real. he estado estudiando sobre magia mental, y.. me gustaria aprender un poco mas, para no depender de nadie en cuestiones de defensa..

el rey la observó con interes, y luego asintió.

Rey: tómalo como un prestamo si lo deseas, aunque pronto no habrá necesidad de pedir permiso. despues de todo, cuando te cases con mi hijo, todo esto tambien será tuyo.

Nora sonrió, pero sin dejarse llevar por el halago.

Nora: entonces procurare cuidarlos como si ya lo fueran. los libros, al menos, siempre devuelven lo que uno les da..

el rey rió, complacido con la respuesta.

Rey: sabias palabras.

al anochecer, en la biblioteca, Nora revisó los estantes con cuidado. tomó tres libros de magia mental avanzada y uno más grueso, con el titulo desgastado: Principios de concentración y ataque energetico. lo hojeó brevemente, sintiendo la energia en las páginas.

desde la puerta, el principe la observaba en silencio. habia ido con la excusa de “asegurarse de que no tomara textos prohibidos”, pero en realidad no podia evitar sentir curiosidad.

Principe: ¿por que ese?

Mientras señalaba el libro de ataques psiquicos.

Nora no se sobresaltó. simplemente lo miró por encima del hombro.

Nora: porque antes yo no sabia defenderme.. y no pienso repetir esos errores..

el frunció el ceño, sin comprender del todo sus palabras, pero sin atreverse a preguntar más.

ella cerró el libro y lo sostuvo contra su pecho, con una leve sonrisa.

Nora: no se preocupe, alteza. no planeo atacar a nadie. solo quiero estar preparada si el mundo intenta hacerlo primero.

cuando Nora estaba por salir de la biblioteca con los libros en brazos, el principe Jahir se adelantó unos pasos, bloqueándole el camino. su mirada era fria, pero habia en ella un brillo peligroso, una mezcla de curiosidad y desconfianza.

Principe: no creas que no me doy cuenta.. finges calma, finges humildad, pero estoy seguro de que planeas algo más..

ella lo miró sin inmutarse.

Nora: ¿planear? si mi gran crimen es leer, entonces el reino de Deira está más en peligro de lo que pensaba.

Jahir dio un paso más cerca.

Principe: descubrire que estás tramando, lady Nora. nadie se interesa de repente por la magia de ataque sin un motivo.

ella lo observó con atención unos segundos, y luego, inesperadamente, sonrió.

Nora: ¿tienes miedo, alteza? ¿miedo de que me vuelva más fuerte y te ataque?

el principe se tensó.

Principe: ¡no digas tonterias!

Nora: entonces no te enfades tanto.. un principe que teme a su prometida no da buena impresión.

la calma de su voz, esa serenidad que contrastaba con la furia contenida de el, fue lo que más lo irritó. Nora pasó a su lado con elegancia, sin mirar atrás, como si la conversación no hubiera ocurrido.

Nora: nos veremos en el ducado, supongo..

mientras los tacones de sus zapatos resonaban contra el suelo de mármol.

Jahir la siguió con la mirada, el ceño fruncido, los puños cerrados. cada palabra suya le ardia como una provocación..

ella, sin embargo, ya se habia olvidado del asunto en cuanto salió del palacio. subió a su carruaje con sus libros apretados contra el pecho y pensó en todo lo que aún tenia por aprender.

el principe, en cambio, no pudo olvidar. pasó horas en silencio, recordando esa sonrisa tranquila, esas palabras que lo desarmaban más que cualquier hechizo.

[¿miedo yo? con rabia. ya veremos quien debe temer a quien.]