Alicia Vannecelli es una joven atractiva y optimista, llena de ilusiones. Uno de sus sueños es convertirse en doctora en pediatría, ya que siente una profunda afinidad por los niños. En secreto, está enamorada de David Müller, un sublíder de la mafia alemana. Sin embargo, considera que su amor es imposible debido a la diferencia de edades y al hecho de que él la ve como una niña. A pesar de esto, Alicia hace todo lo posible por conquistarlo, intentando cautivarlo con su encanto. Lo que ella no anticipaba es que el amor de David es tan intenso que se torna tóxico, transformando su vida a su lado en todo lo contrario a lo que ella había imaginado.
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Capítulo 8 El Comienzo de una travesura con los demonios Vannecelli 2/2
Alicia Vannecelli
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Kira se despide de mí y la observo alejarse junto a Liam. Algo parece estar planeado, así que decido seguirlos con cautela hasta el comedor, donde los encuentro conversando. Al escuchar su conversación, descubro que mis primos está considerando aplicarse las dosis que tiene en casa de mis tíos. Aunque Kai expresa que le causa dolor, los chicos insisten en que quiere hacerlo. Kira accede, y justo cuando se disponen a irse, salgo de mi escondite y digo que yo también iré, ya que tengo mucha curiosidad por esas dosis. Liam se opone, así que lo amenazo con contarles a mis padres y a mis tíos, lo que lo deja sin otra opción que permitirme unirme a ellos.
Después de unos minutos, llegamos a la mansión de mis tíos. Caminamos hacia una puerta, donde Kira ingresa un código y la puerta se abre, revelando un laboratorio impresionante. Observo atentamente; mi tía Valka ha organizado todo de manera increíble, y es evidente la inversión que se ha hecho en este lugar. Kira saca varias ampollas de una nevera y pregunta quién quiere ser el primero. Gino se ofrece, aunque Kai le advierte que aún está a tiempo de arrepentirse. Sin embargo, Gino insiste, y Kira le aplica la primera dosis. En segundos, lo veo retorciéndose de dolor y gritando. Luego, Kira aplica las dosis a los demás, y los gritos de mis primos me asustan un poco. Me acerco a Liam y le pregunto si también piensa aplicársela, y él afirma que sí.
Tras administrarle la inyección, me doy cuenta de que esas dosis están diseñadas para eliminar la sensación de dolor físico. Kira, emocionada, llama a Kai, su hermano mellizo, y dice que está listo para aplicar el VK3. Mi hermano, curioso, pregunta para qué sirve, y ella explica que aumenta la fuerza y agilidad, multiplicando estas capacidades en dos. Mi hermano también desea aplicársela, al igual que todos los demás. Considero que mi tía Valka y mi líder, Uzziel, son genios, y también quiero tener fuerza e inmune al dolor, así que me subo a la camilla y le pido a Kira que me aplique las dosis. Aunque Liam se niega, le digo con firmeza que lo haré, lo que lleva a Kira a administrármela. Después de unos segundos, el dolor se vuelve insoportable y me aferro a la camilla tratando de soportarlo; mis gritos brotan de mi garganta, y siento que estoy ardiendo. Sin embargo, minutos después, ya no siento nada.
Mientras escucho que es momento de buscar a un tal Luker y que deben inventar algo mis tíos, sugieren que digan que van al cine y que Kira se encargará de mí. hago una tos falsa les digo que yo iré con ellos, ya que si voy, será más creíble su historia. Liam se opone, y de nuevo lo amenazo con contar la verdad, lo que lo deja sin más opción que llevarme. tomo mi teléfono y llamo a mis tías, pidiendo permiso para ir al cine. Ellas aceptan, confiando en que nunca he estado en problemas.
Nos subimos a los autos y, tras unos minutos de viaje, noto que llegamos a un barrio humilde, y no entiendo qué hacemos aquí. Kai se baja del carro, seguido por los demás, y veo que se acerca un chico que los saluda. Con curiosidad, pregunto
-¿Qué hacemos aquí? ¿A dónde piensan ir?
- Vamos a una pelea ilegal.- Gian, emocionado, responde .
Miro a Liam con sorpresa; al parecer, Luker los quiere llevar. Caminamos por unos diez minutos hasta llegar a una bodega llena de gente. Al entrar, contemplamos una pelea entre dos chicos que se golpean violentamente, mientras la multitud grita de emoción. Kira, radiante, comenta que aquí saben cómo divertirse, aunque me parece un poco loca.Un chico alto se coloca frente a nosotros y nos mira irritado. Kira, sin dudar, le dice
- ¿Acaso no somos bienvenidos?
Él sonríe de lado mientras se acerca. Kai se interpone, posicionándose frente a Kira. El chico le responde
- No me agraden las personas como ustedes que se inmiscuyen en mis asuntos.
Kira, con determinación, se coloca delante de Kai y le dice
-Venimos a apostar. ¿No es esto lo que hacen aquí?
El chico, al notar su actitud, sonrie levemente y comienza a explicar sobre la apuesta. Mientras tanto, mi mirada se dirige hacia el chico que nos trajo aquí; se le nota nervioso. Varios chicos pasan a nuestro lado, me observan curiosamente guiñando su ojo, y Liam se da cuenta y me jala hacia él. Estoy segura de que esos chicos humildes son muy ilusos.
Matteo reta al chico llamado Maximiliano. Él acepta, pero propone que, si gana, se le dará una camioneta y una cita con mi prima Kira. Kira, confidente, acepta mientras se conversa que Matteo ganará. Por su parte, Matteo pide que dejen de molestar a Luker y al resto de los estudiantes, porque parece que a Maximiliano le gusta incomodarlos.
Matteo y Maximiliano se van hacia el ring, donde comienza la pelea. Esta resulta ser muy reñida, ambos pelean con gran habilidad. A pesar de que nunca me han gustado las peleas ni la defensa personal, pienso que sería bueno aprender un poco, porque nunca se sabe qué puede ocurrir en el futuro. Le pediré a Liam que me enseñe; después de todo, mi padre le ha enseñado a él y también entrena con los gemelos y con Matteo. Liam pelea muy bien. Pasados unos minutos de la emocionante pelea, ambos luchadores muestran su gran fortaleza.
Escuchamos un grito alertando que venía la policía. Abrí los ojos: si nos atrapaba, podría enfrentar un castigo que duraría toda la vida. ¡Por Dios, no podían capturarnos! Mis primos llamaron a Matteo, quien se bajó del ring y comenzamos a correr. Todo era un caos, con las personas tratando de escapar. Seguimos a Luker, quien se adentró en unos callejones. Miré hacia atrás mientras corría y parecía que habíamos perdido a los policías. Respiré aliviada; la próxima vez pensaré dos veces antes de salir con ellos.Escuché a Luker decir con temor
-No puede ser, tenemos que salir de aquí rápidamente antes de que se dé cuenta.
Por su nerviosismo y cómo miraba a su alrededor, no creo que se refiriera a la policía. Mis primos le dijeron que ya habían perdido a los agentes, pero él respondió que hablaba de una banda de la zona que también debía irse antes de que ellos se percataran. Comenzamos a correr por los callejones. ¿Cuánto falta para salir de aquí? ¿En qué situación me he metido?
Luker nos aseguró que ya estábamos cerca cuando escuchamos una voz que gritaba preguntando qué hacíamos en su territorio. A pesar de que Luker se disculpó y explicó que se había equivocado y que se marchaba, la banda comenzó a interrogarlo y a preguntarle por nosotros. Él intentó explicarse, indicando que éramos nuevos estudiantes y que había tomado este camino porque la policía había estado en la bodega de Maximiliano, pero la banda no parecía interesada en su explicación y únicamente quería agredirnos. Mi hermano intercedió en un intento de calmar la situación
-No es necesario llegar a la violencia. Luker ya explicó lo que ocurrió, solo debéis dejarnos ir.
El líder de la banda, un desafiante que amenazó a mi hermano con un bate, le preguntó quién le había dado permiso para hablar. Lo miré con desprecio, pensando que estaba acabado; Liam le daría una lección por su imprudencia. ¡Lo disfrutaría! Ese imbécil nos señala mientras sus compañeros se preparan para atacarnos. Liam me suelta la mano y dice
-Alicia, quédate detrás de nosotros. Luker, cuida de ella y de Kira.
Me acerco a Luker, pero él se coloca detrás de Kira, quien dice en voz baja
-Tranquilos, nadie los tocará.
Miro a Luker y veo que está temblando de nervios. Se supone que él debía protegernos, pero su conducta cobarde solo me irrita. Ruedo los ojos y miro a los que están peleando. Después de unos minutos, mis primos logran superar a la banda. Sonrío, sabía que ganarían. Luker se acerca a ellos, con una voz asustada dice que ya está todo terminado. Matteo le ofrece su ayuda y promete enseñarle a pelear. Era momento de irnos, así que comenzamos a correr hacia el barrio; unas pocas cuadras más allá estaban las camionetas.
Mientras nos acercamos, escuchamos una patrulla y seguimos corriendo hasta que varias patrullas nos rodearon. Los policías salieron de los vehículos y mis primos, para ayudar a Luker a evitar problemas con sus padres, comenzaron a distraer a los agentes, peleando con ellos. Luker aprovechó la situación y corrió. Un policía disparó al aire, y todos nos detuvimos en seco. Mis primos pueden ser grandes amigos, pero lo que hicieron resultó en un grave error: agredieron a un policía y, ahora, estábamos en serios problemas. El oficial gritó que subiéramos a las patrullas, así que comenzamos a hacerlo. Una vez sentada en la patrulla al lado de mi hermano, comencé a reírme nerviosamente; ahora tendría un reporte policial. Era la primera vez que salía con ellos y ahora estaba arrestada. Todos me miraban sin entender mi risa, pero en segundos, me vino el llanto. ¿Cómo podía estar pasando esto? ¿Cómo se me había ocurrido salir con ellos? Les dije entre lágrimas
-¿Cómo le vamos a explicar esto a nuestros padres? Salir con ustedes siempre trae problemas.
Mi hermano intentó consolarme mientras los gemelos se reían. Pasados unos minutos, llegamos a la comisaría y nos encerraron juntos. Mis primos discutían sobre qué podrían hacer mientras yo estaba perdida en mis pensamientos, preocupada por el castigo que recibiría de parte de mis padres o en qué manera podría evitar que se enteraran. Entonces recordé a la ninfa, nuestra hermana mayor; ella podría ayudarnos a salir de aquí. Si se lo pedía, no diría nada. Debía aprovechar que era su hermana favorita.
Miré hacia mis primos, quienes pensaban a quién llamar, y propuse el nombre de la ninfa. Ellos aceptan, pero ella se lo diría a Bruno, y por ende, a nuestros padres. Les dije que yo la llamaría y le pediría que no le dijera a nadie, ya que no había muchas opciones. El policía nos dio cinco minutos. Salí de la celda junto a Gino; él habló primero y luego yo. Por su tono, se notaba que estaba molesta. Después de un par de minutos de regaño, dijo que vendría a buscarnos. Colgamos y regresamos a la celda.
Transcurrida media hora, el policía volvió y nos informó que ya podíamos salir. Al salir, vimos a la ninfa y su esposo Bruno, quienes nos miraron con molestia. La ninfa nos abrazó y comenzó a revisarnos uno a uno; al comprobar que estábamos bien, empezó a regañarnos. Mis primos intentaron manipularla, pero era inútil: nadie podía hacerlo, ella era la reina de la manipulación y lograría someter incluso a mis tíos.
Le solicité que no informara a mis padres ni a mi tío, y ella accedió. Pasados unos minutos, ya se encontraba en mi casa. Agradezco profundamente que no tuviera que pasar la noche en la comisaría, sino en la comodidad de mi cama. Reflexionaré dos veces antes de volver a salir con esos demonios problemáticos.
y todavía la kiere controlar en todo lo que ella hace y me imagino ke habrá salidas de ella con sus amigas y amigos y el no va a aguantar sus celos ..