Ji Eun había reencarnado en su novela bl favorita, en un personaje lamentable que apenas logra reconocerlo ¿Morirá como una simple extra? Odia la idea de tan solo pensarlo. Al saber la cura del príncipe heredero decidió mejor pedir disculpas después al protagonista con tal de poder proteger su vida.
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8 -¿Recuerdos perdidos? ¿Ella no me reconoce?
El príncipe heredero estaba confundido en su habitación, luego de la visita de esa chica no pudo dejar de pensar como había ingresado alguien tan joven a ser su enfermera sin siquiera tener un título apropiado. Empezaba a sospechar que fue obra de la emperatriz.
El mayordomo ingresó a la habitación.
“¿Cómo lo ha atendido la señorita Roxana?” ¿Roxana?
“¿Cuál es su apellido?” Preguntó Cassius, desconcertado.
“Es la hija del archiduque, su apellido es Vaskléy” ¿Ella era la que había estado destinada a ser su prometida? ¿Cómo había acabado siendo ahora su médico?
El mayordomo al ver la cara de desconcierto del príncipe dijo: “Pensé que estaría cómodo con ella debido a que de niños solían llevarse bien”
¿Solo llevarse bien? Él la había llegado a amar, con su sonrisa Roxana había logrado despertar emociones en él, fue la primera persona que lo aceptó. El príncipe se sentía confundido ante la actitud de Roxana, es como si lo evitará si lo pensaba bien.
Ella había venido a ayudarlo ¿Ella pensaba en él? ¿Seguirá recordando con cariño como él?
“¿Ella no mencionó nada sobre...?” El príncipe casi dice "nosotros" pero sería falso, no había ningún nosotros ni lo hubo.
“La carta no fue escrita por ella, fue por el archiduque. Él mencionó que su hija quería atenderlo solamente por la paz del imperio y mientras pudiera vivir una vida tranquila seguiría ofreciendo sus servicios al príncipe” ¿Vida tranquila? ¿A qué se refería?
El príncipe se sintió molesto por una extraña razón.
“¿Dónde se encuentra ella?” Se levantó de su cama y con ayuda de los sirvientes se deshizo de su ropa sudada. Todos tenía la cabeza baja debido al estado de ánimo del príncipe, sus feromonas estaban más fuertes.
“Está ordenando su lugar de trabajo, está al lado de su habitación”. Perfecto.
“¿Cómo sabes que no fue enviada por la emperatriz?” El mayordomo ya se esperaba esa pregunta.
“La emperatriz ha enviado estrictamente solo a omegas dominantes, debido a que su majestad es un alfa dominante es lo adecuado”. Aclaró.
“¿Ella qué es?”
“Beta”. ¿Qué? ¿Cómo era posible? Estaba casi seguro en su niñez que Roxana sería una omega, no era posible que fuera beta. Roxana desprendía un aroma refrescante, cálido qué te hacía sentir cómodo. El príncipe no artículo ninguna palabra sobre esto, quería mantenerlo en secreto.
Al cambiarse el príncipe fue directamente hacia donde se encontraba Roxana, encontrándola bailando mientras tarareaba una canción, no lograba reconocerla. Decidió que sería mejor fingir no haber visto nada y tocar la puerta.
“¡Ya voy!” El príncipe escuchó como se tropezaba, probablemente sería por el desastre de hierbas que había.
“¿Qué necesita?” El príncipe visualizo las hojas enredadas en el cabello de Roxana al momento en que le abrió la puerta, escondiendo su sonrisa brillante.
Al reconocerlo Roxana cambió su expresión a una más seria, debía mantener la máxima seriedad posible ¡Podría morir!
“¡Príncipe! Lo iba a buscar entre poco, debo entregarle el reporte de las plantas qué estaré utilizando y además, aquí tiene la receta que utilizo para la elaboración de su medicina junto con la de los somníferos”. Él solo escuchaba, parecía que Roxana se había adueñado de esa pequeña habitación, desprendía el mismo aroma que ella pero mezclado con hierbas. No le molestaba, sentía que sus músculos se relajaban al inhalarlo.
“Disculpe el desastre, como puede ver apenas me estoy acomodando”. No sabía que palabras utilizar.
“Que sea pronto”. Fue lo único que dijo después que los papeles fueron entregados. ¿Qué mierda? ¡NI SIQUIERA UN GRACIAS POR HACERME SENTIR MEJOR! ¡AHG! , lo odio.
El príncipe salió y fue directo a su oficina.
“Llama al mayordomo”. Su mayordomo asintió y le llamó.
“Dígame, su excelencia”.
“Qué derriben la pared que divide mi habitación con el área de trabajo de la señorita Roxana”. El mayordomo supuso qué eran por sus sospechas qué era enviada por la emperatriz así que no se le hizo extraño, solamente asintió e hizo caso a su majestad. Primero debería informarle a Roxana.
“¿Qué planea hacer qué?” Roxana estaba impresionada. Maldito loco ¡No fue suficiente lo que curarlo en la mañana par ganarme su confianza! Ahora quiere esclavizarme más. ¡Todo lo hago por ti, padre! Si no hubiera ido ahora mismo a ahorcarlo, parece que el príncipe no usa sus dos neuronas. Si hubiera querido matarlo, ya lo hubiera hecho con la medicina de la mañana.