UN AMOR PARA TODA LA ETERNIDAD (Omegaverse)

Yeisan se encerró en la habitación y lloró por tres días seguidos.

Lleno de tristeza y miedo, eso era lo único que podía hacer al saber que había vuelto a la vida en este mundo.

Fue su cuerpo ya humano el que lo obligó a reincorporarse.

La pesadez del sueño ya olvidada lo invadió de repente y cayó en un sueño profundo.

Al despertar del largo sueño, una urgencia también olvidada apareció de improvisto, tomó fuerzas en sus piernas y se movió hacia el baño.

Si bien estaba familiarizado con esta sensación, era extraño y no sabía que hacer al principio, era como un pequeño niño que aprendía a ir al baño por primera vez.

Permaneció en el baño por un buen rato hasta que finalmente pudo tirar de la cadena y sentirse tranquilo.

"¿Debería conseguir un inodoro de entrenamiento?", rio kisho cuando Yeisan salió del baño.

"... Deja de molestarme", murmuró Yeisan saliendo de la habitación.

Era una pequeña habitación con un baño privado aún más pequeño, fuera de la habitación había un solo sofá en el espacio estrecho, una estufa, una diminuta nevera, una repisa, y una mesa para una sola persona.

"¿A quién le pertenece todo esto?", preguntó Yeisan.

"Es aquí donde vives, este es tu acogedor hogar", respondió kisho.

"Por eso dije que te llevaras todo lo que era tuyo", se encogió de hombros.

Como todo lo que tenía se le fue entregado a Emmett desde su primer renacimiento, Yeisan perdió todo aquello que lo hacía un príncipe, algo que no podía recuperar ahora.

Pero así estaba bien, tenía un lugar en donde vivir y eso era suficiente.

Después de haber llorado y dormir por horas, su estómago dolió de repente, era más como un sentimiento de vacío que subía hasta su garganta, y el vacío en su estómago se expresó con un gruñido.

Sujetando su estómago, Yeisan caminó hacia la nevera en busca de algo para comer.

Abrió la puerta de la nevera y encontró dentro un paquete de jamón y una gran caja de leche.

Aunque no sintiera nada, Yeisan tenía el hábito de comer junto a Emmett algunas veces, todo esto para sentirse normal.

Algo que por supuesto fue inútil y terminó por dejarlo para no molestar al alfa.

Pero ahora era diferente, su propio cuerpo le pedía alimentarse, así que tomó ambos alimentos de la nevera y probó un pequeño trozo de jamón.

El sabor se esparció por toda su boca, extraño y delicioso.

Eufórico al sentir el sabor, se engullo todo el jamón de una sola vez, al igual que se bebió toda la leche en un solo trago.

Se sintió satisfecho, pero al cabo de media hora empezó a sentirse mal.

"A este paso te enfermarás", dijo kisho mientras observaba a Yeisan quien estaba recostado sobre la cama sujetando su estómago de dolor.

"... Se siente extraño", murmuró Yeisan.

Todo era nuevo, el sueño, hambre, dolor, la urgencia de ir al baño.

Incómodo por el dolor, Yeisan frunció el ceño y empezó a reír, en verdad estaba vivo.

Al final, fue ingresado de emergencia al hospital por indigestión y una fuerte fiebre, fue kisho quien tuvo que llamar al número de emergencias, pues no pretendía presenciar la muerte de Yeisan cuando recién lo había traído a la vida.

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"¿Un trabajo?"

"Por supuesto, este mundo se rige por el dinero, todo el dinero que te di amablemente fue gastado en el hospital y medicamentos, así que necesitas ganar más para poder subsistir", respondió kisho.

Al momento de pagar los gastos hospitalarios, Yeisan usó la tarjeta bancaria que kisho tenía para él, el saldo de la tarjeta redujo considerablemente al realizar los pagos tanto como del hospital y de los medicamentos.

Además, este pequeño departamento tenía que ser pagado cada mes, al igual que los servicios básicos y despensas.

Como alguien que nunca ha trabajado, Yeisan no tenía idea de que podía hacer.

"La vida es muy difícil, ¿verdad?", sonrió kisho.

Sin prestar atención a las palabras de kisho, Yeisan se preparó para salir.

Tomar una ducha fue muy complicado, el agua primero salía fría y luego muy caliente, hubo muchos percances, pero al final pudo hacerlo.

Miró su reflejo por primera vez en siglos, no sabía si había tenido esa apariencia desde el principio, todo recuerdo de su imagen era borroso, pero algo era cierto, el color de sus ojos le recordaba a su madre.

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"¿Quieres trabajar aquí?"

"... Sí"

"¿Estás seguro de querer trabajar aquí?"

"... Sí", contestó Yeisan por cuarta vez, la misma pregunta se le había vuelto a repetir varias veces.

Se sintió un poco incómodo por las preguntas repetitivas, pero más incómodo por los empleados que lo rodeaban mientras lo miraban con curiosidad.

Por la mañana, se vistió lo mejor que pudo y salió a buscar trabajo con la identificación que kisho había conseguido para él.

En la identificación tenía escrito el mismo nombre con el que nació, además de tener una fotografía ya preparada, no le resultó curioso que kisho haya tenido todo ya listo.

Entró al primer establecimiento que le llamó la atención, se trataba de una pastelería.

A penas entró, todos los empleados se quedaron viéndolo, como era temprano, no había ningún cliente, así que fue atendido de inmediato por el encargado del lugar cuando dijo que venía por una oportunidad de trabajo.

Y al igual que los empleados, el encargado se quedó mirándolo fijamente por un buen tiempo.

Al ver a Yeisan, tanto el encargado como los empleados quedaron fascinados por su apariencia, era como ver a un ángel, una eminencia de la que la pastelería no era digna; sin mencionar que era raro ver a un omega dominante en busca de trabajo.

El silencio se hizo largo al estar las personas observándolo por largo tiempo.

"... En verdad necesito el trabajo, no he trabajado mucho, pero puedo aprender, solo necesito una oportunidad", habló Yeisan primero.

Al ver al bonito omega pidiendo trabajo, todos los empleados miraron al encargado para presionarlo.

"... Ahem, por supuesto, por supuesto, es bueno querer aprender", se aclaró la garganta el encargado.

"Puedes comenzar a partir mañana, no precisamos de personal con urgencia, pero serás de gran ayuda", sonrió el encargado.

Con Yeisan aquí, la pastelería tendría una buena imagen, algo que el encargado no desaprovecharía, además, se veía un buen joven.

"Gracias", agradeció Yeisan.

Este sería el primer empleo que tendría en su vida.