Minnie Watson es una hermosa heredera, deseada por muchos, pero poco le importaba esto a ella, lo único que quiere es que su padre se sienta orgulloso de ella ya que el vive amargado por no haber tenido un hijo, por el contrario tuvo dos hijas, desde pequeña Minnie se esforzó por hacer todo por su padre, seguir su ejemplo, estudiar para manejar la empresa de la familia, esto hasta que su padre la obliga a casarse con el millonario Ronald Green para unir empresas, pero lo que ella pensó que sería un matrimonio infeliz, se vuelve un matrimonio muy beneficioso para ambos.
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Contiene escenas +21
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Acepto
Sentía todo mi cuerpo caliente, Ronald se había acercado demasiado a mí sentía que nuestras respiraciones chocaban, sin que él supiera yo había sentido exactamente lo mismo que él, desde el primer momento que lo vi.
Me sentí demasiado nerviosa así que me puse de pie rápidamente con intensiones de irme, pero Ronald me acorralo.
-¿A dónde vas bonita? -pregunto él susurrándome en el oído mientras me abrazaba.
-Yooo, yo debo irme, pensaré un poco más sobre... sobre lo del matrimonio -dije temblando al tenerlo tan cerca.
-No nena, te voy a demostrar lo mucho que quiero que estés a mi lado -dijo el mientras me tomaba de la cintura fuertemente y me llevaba hacia su escritorio, el vestido que llevaba que ya era corto, se volvió aún más corto mientras él se posicionó entre mis piernas y puso sus manos en mi cintura, yo deseaba esto con el alma, pero él me intimidaba mucho, no sabía como reaccionar a su lado.
Ronald comenzó a acariciar mi cintura, mientras enterró su cabeza en mi cuello y comenzaba a besarlo, se sentía tan bien, sus manos bajaron a mis caderas, yo solo puse mis manos en los fuertes brazos de Ronald, él comenzó a subir sus besos por mi mandíbula, llegando a mis labios, hasta que por fin llegó a mis labios, soñé tanto con este momento y por fin llegó, sus labios eran suaves, pero demandantes, comenzó un beso lento, hasta que introdujo su lengua en mi boca y el beso comenzó a ser más exigente, mientras movía sus manos a mis nalgas y las apretaba eso me hizo excitar aún más, yo moví mis manos a su cuello y lo apreté aún más cerca de mí, comencé a gemír bajito, hasta que de repente paró todos sus movimientos y se separó de mi, me sentí vacía se alejó de mi lado y abrí los ojos, se estaba acomodando la ropa con una sonrisa.
-Sientes lo mismo por mi linda, definitivamente no será un matrimonio aburrido -dijo él, mientras me ayudaba a bajar del escritorio y a acomodar mi ropa, me sentía una niña.
Cuando vio que yo estaba bien, tomó ambos contratos que yo había dejado en su escritorio y dijo- veo que solo falta tu firma bonita, solo está la mía y la de tu papá, vamos, firma ambos amor-
Lo sentí como una orden y de cierta manera me gustó, tome la pluma que me ofrecía y con mano temblorosa firme ambos contratos, esperaba no arrepentirme.
-Maravilloso amor, este es mío y este es tuyo y de tu padre, te contactaré mañana para empezar a organizar todos los detalles de la boda, déjame decirte que estoy ansioso -me dijo mientras me acompaño al ascensor, su asistente y otras personas presentes, nos miraban con curiosidad ya qud el tenia su mano en la parte baja de mi espalda, allí en el ascensor, Ronald espero que este abriera y cuando iba a entrar me dio un corto beso en los labios, yo entre y mire esos hermosos ojos intimidantes mientras la puerta se cerraba y cortaba nuestras miradas.
No había pronunciado nada desde que me beso en su oficina, pero es que todo había sido muy confuso y excitante, yo solo seguí sus órdenes.
Tenía miedo por lo que sería mi vida a partir de ahora, pero algo en mí corazón me decía que era la decisión correcta.
Cuando subí a mi auto pensé hacia donde ir, sabía que papá querría que le diera las noticias y le entregará el contrato lo mas pronto posible, pero no sabía si ir a la compañía sería lo mejor, no me sentia con el animo de enfrentar a papá, decidí ir a casa, papá estaba en la compañía y probablemente mamá no estaba,
Para mi sorpresa cuando entré a casa, mamá si estaba además no estaba sola, mi hermana y sobrino estaban de visita, a mi hermana le gustaba venir en horarios donde papá no estuviera, la relación de ellos, era una relación muy problemática.
-Hola hermanita -dijo mi hermana mientras me abrazaba.
-Hola hija -dijo mamá abrazándome y entregándome a mi sobrino Alejo para cargarlo- y ese milagro que tan temprano en casa-
-Oh si, hoy decidí venir más temprano, a veces trabajo demasiado -respondí.
-Que bien que lo reconoces hermana -me dijo Nat.
Suspiro fuertemente, quería contarles lo de Ronald, pero no sabía como, además no quería crear más conflictos en la familia.
Decidí que se los diría pero en una sencilla frase.
-Mamá, Nat, debo decirles algo -comencé, ambas me miraron expectantes.
-Me voy a casar -dije frente a la cara de asombro de ambas.