Aisyah acompañó a Ammar desde cero y lo ayudó económicamente, pero fue otra mujer la que él decidió desposar.
Durante seis años, Aisyah apoyó a Ammar hasta que él obtuvo un alto rango, solo para ser abandonada cuando los futuros suegros de Ammar exigieron un yerno con título académico.
Decepcionada porque Ammar no la defendió y aceptó aquel matrimonio arreglado, Aisyah decidió marcharse a otra ciudad.
Finalmente, Aisyah consiguió trabajo en una empresa. Un mes después, descubrió que estaba embarazada… del hijo de Ammar.
El CEO de la empresa, al verla sola y embarazada, comenzó a sentir compasión por ella. Su simpatía se transformó poco a poco en cariño, y entre ellos nació una cercanía inesperada.
Tiempo después, Aisyah se encontró por casualidad con Ammar. El hombre quedó impactado al ver al hijo de Aisyah, cuyo rostro era casi idéntico al suyo.
¿Qué sucederá ahora?
¿Buscará Ammar la verdad sobre el padre del hijo de Aisyah?
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Capítulo 4
Al llegar a casa, Aisyah entró directamente en su habitación. Su cuerpo se desplomó al suelo. Sus lágrimas volvieron a brotar. No solo lloraba por la ruptura con su amado, sino también por su propia estupidez por haber amado al hombre equivocado todo este tiempo.
"Dios, gracias por haberme permitido sentir algo tan extraordinario por alguien. Al menos encontré a alguien que me hizo amarlo con tanta profundidad. Él, el hombre que me enseñó el punto más alto del amor: dejarlo ir. Él me hizo enamorarme perdidamente. Él es el hombre que amé repentinamente y que dejo ir a la fuerza", dijo Aisyah. Se secó las lágrimas que caían mojando sus mejillas.
Aisyah luego tomó su teléfono. Contactó a alguien. Le pidió a esa persona que le buscara un comprador para su casa. Ya no quería volver a esta ciudad. Quería comenzar una nueva vida en otra ciudad.
Después de eso, Aisyah tomó una maleta. Metió todas sus cosas valiosas y también ropa suficiente. No quería llevar muchas cosas.
"Padre, Madre, perdónenme. Me veo obligada a vender la casa que heredé de ustedes. No quiero volver a esta ciudad. Pero, créanme, seguiré visitando sus tumbas, el último lugar de descanso de padre y madre", murmuró Aisyah en su corazón.
Después de sentir que todas las cosas necesarias estaban dentro de la maleta, Aisyah se lavó la cara. Luego se durmió.
**
En otro lugar, Ammar y su madre acababan de llegar a casa. Tan pronto como se sentó en el sofá de la sala de estar, la mujer inmediatamente expresó su ira.
"¡Maldita mujer! Si no la hubieras conocido, mamá no habría perdido así. Ese es el dinero de ahorros de mamá. Tendrás que reponerlo más tarde. Afortunadamente, no te casaste con Aisyah. ¿Qué se puede esperar de una chica como ella? Eres un oficial, mereces estar con una doctora. Afortunadamente, la doctora Mia aceptó tu propuesta", dijo la Sra. Rida.
Ammar respiró hondo. Aunque había roto con Aisyah y aceptado a Mia, tampoco podía aceptar que su madre dijera cosas malas sobre la chica.
"Mamá, Aisyah fue quien se encargó de todos los documentos cuando quise entrar al ejército. También fue ella quien me ayudó cuando necesitaba dinero", respondió Ammar.
La respuesta de Ammar encendió aún más la emoción de la Sra. Rida. Luego golpeó la mesa, haciendo que el hombre se callara. Su madre era temperamental. Incluso con su padre discutía hasta que su esposo se rendía.
"Todavía la defiendes después de que ella le sacó el dinero a mamá. Afortunadamente, cuando mamá dijo que había recibido el dinero, lo grabé como evidencia. ¡Diré que ella te extorsionó!"
"Mamá, ya basta. ¿No ha terminado todo? Te repondré el dinero, mamá. Pero te pido tiempo. Te lo ruego, que no haya más historias sobre Aisyah. Ya cumplí tu deseo de casarme con Mia, así que te ruego que no vuelvas a mencionar el nombre de Aisyah", dijo Ammar.
Después de decir eso, entró en su habitación. Tomó su teléfono y marcó el número de Aisyah. Sin embargo, el número ya no estaba disponible. Parecía que la chica lo había bloqueado.
"Aisyah, perdóname. Soy un perdedor como dijiste. Espero que algún día nos volvamos a encontrar en nuestra mejor versión", murmuró Ammar antes de cerrar los ojos.
**
A la mañana siguiente, Ammar no desayunó lo que había cocinado su madre. Salió directamente de la casa. Cuando estaba a punto de entrar al coche, escuchó la voz de su madre.
"Ammar, después del trabajo, recoge a Mia en la clínica. Debes salir más a menudo para estar más cerca. Mañana por la noche habrá una reunión familiar para determinar el día de tu boda. ¡Espero que no hagas nada que avergüence a la familia!", dijo la Sra. Rida con énfasis.
"Está bien, mamá. Me voy", respondió Ammar brevemente.
Ammar condujo su coche hacia la casa de Aisyah. Quería disculparse por lo que su madre había hecho la noche anterior.
Tan pronto como el coche entró en el patio de la casa de Aisyah, el hombre sintió algo diferente. Aunque casi todos los días pisaba allí. Hoy se sentía extraño.
Ammar salió del coche. Caminó hacia la puerta principal de la casa. Se sorprendió al ver dos grandes maletas frente a la puerta. Sin tocar, el hombre entró. Vio a Aisyah que estaba metiendo sus pertenencias en cajas. Todas esas cosas las daría a un orfanato y a personas necesitadas.
"¿A dónde vas?", preguntó Ammar.
Aisyah, que estaba trabajando, se sorprendió. Se giró y vio a Ammar de pie con orgullo. Era guapo, especialmente con el uniforme que llevaba puesto en ese momento.
"A dondequiera que vaya, no es asunto tuyo. ¡Fuera! ¿Para qué has vuelto?", preguntó Aisyah.
Aisyah continuó con su trabajo. En poco tiempo, todas sus pertenencias estaban perfectamente organizadas dentro de las cajas.
"Aisyah, perdona a mamá. Ayer se dejó llevar por la emoción".
"Ya la he perdonado. Ahora puedes irte a casa. No quiero que tu madre me vea. Pensará que yo te pedí que vinieras", dijo Aisyah.
"También te pido perdón. En realidad, no quiero hacerte daño. Las circunstancias me obligaron a hacer esto. Todavía te quiero", dijo Ammar.
Aisyah se rió al escuchar las palabras de Ammar. Había cerrado su corazón a ese hombre. Aunque tal vez sería difícil, tenía que hacerlo.
"¿Amar...? Si me amaras, no harías esto. Ya no creo en tus palabras. Ahora vete. No hay ninguna relación entre nosotros. Piensa que nunca nos conocimos. Ni en el pasado, ni ahora, y si hay otra vida, seguiré enterrando tu nombre. ¡No quiero volver a verte en ninguna circunstancia!", exclamó Aisyah con énfasis.
"Aisyah, quiero que nuestra relación siga siendo buena aunque al final no estemos destinados a estar juntos. No quiero que sea así. Quiero que sigamos siendo amigos. Espero que no te vayas", dijo Ammar suplicando.
Aisyah ya no podía contener sus emociones. Luego se acercó a Ammar, y sin esperarlo, su mano se levantó y aterrizó directamente en su mejilla izquierda.
"¡Esto es por mi error por haberte amado una vez!", exclamó Aisyah mientras abofeteaba la mejilla izquierda de Ammar.
Ammar se sorprendió y se tocó la mejilla que se sentía caliente por la bofetada de la mujer. Aún no se había recuperado de su sorpresa, cuando su mejilla derecha volvió a recibir una bofetada.
"¡Esto es por mi estupidez por haberte entregado mi virginidad!"
El pecho de Aisyah parecía subir y bajar conteniendo la emoción. Luego señaló la puerta de su casa.
"¡Te pido que te vayas! ¡Antes de que haga algo que nunca esperaste!"
"Aisyah, puedes abofetearme cuantas veces quieras. Pero te ruego que no te vayas. No tienes a nadie. Me sentiré aún más culpable si te pasa algo", dijo Ammar.
"¡Vete o grito!", dijo Aisyah con una voz lo suficientemente alta.
Ammar no tuvo otra opción, finalmente se fue. Con el corazón apesadumbrado entró en el coche y salió del patio.
Después de que Ammar desapareció, Aisyah volvió a llorar. "Me aseguro de que estas sean las últimas lágrimas, donde todos los recuerdos de ti, los borraré lentamente. ¡Vete! Espero que seamos mejores en nuestras vidas respectivas".
