Alquilé una esposa

Elena bajó a la sala de comedor y vio una mesa gigante, pero solo un plato había sido colocado sobre la mesa, levantó la mirada y Charles llegó con una bandeja de plata y sirvió la comida de Elena.

Charles: ¡Buen provecho, señorita!

Elena: Charles...

Charles: ¿Necesita algo?

Elena: Es... no sé si estoy siendo muy atrevida, pero... ¿podría comer conmigo?

Charles, que hasta el momento no había cambiado su expresión, frunció el ceño y miró a los ojos de Elena en busca de respuestas.

Elena: Ah, lo siento... es que... siempre he comido con alguien y en donde vivía, las otras chicas y yo siempre comíamos juntas, pero es una tontería mía, no te preocupes.

Charles miró fijamente a un punto y suspiró antes de regresar a la cocina. Elena bajó la mirada y un sentimiento de soledad empezó a aparecer en su pecho, pero de repente, escuchó pasos y Charles volvió con otra bandeja en la mano y se sentó en silencio a la mesa. Se sirvió comida y empezó a comer. Elena sonrió, pero él no levantó la vista. A ella no le importaba, porque solo su compañía era suficiente para hacerla sentir mejor.

Terminó de comer y agradeció a Charles, quien se levantó y retiró los platos. Ella decidió subir y echar otro vistazo a su habitación. En cuanto entró, notó una puerta que no había visto antes. Cuando la abrió, se reveló un armario lleno de ropa y zapatos. Entró, asustada, y comenzó a mirar. Cada prenda era más hermosa que la anterior y todas eran de su talla exacta. Había varias estanterías con zapatos y un tocador al final con maquillaje y accesorios. Terminó de ver todo y salió del armario justo cuando Charles golpeó la puerta de la habitación.

Charles: ¿Señorita Marino?

Elena: Puedes entrar, Charles.

Charles: (entrando) El señor te pidió que revisaras el contrato matrimonial. Quiere que le digas las modificaciones que quieres hacer antes de esta noche.

Elena: Ah, claro, gracias Charles, había olvidado ese detalle.

Charles se marchó y Elena decidió cambiarse de ropa, ya que estaba empezando a hacer frío. Se puso un conjunto de sudadera y unos calcetines peludos, luego se dirigió a la mesita donde había dejado el contrato y se sentó en la cama con él en las manos. Respiró hondo y comenzó a leer:

...

Cláusulas:

1: La contratada no deberá tener ningún tipo de contacto innecesario con el contratante.

2: La contratada es libre de salir de la casa cuando quiera, sin embargo, debe avisar al contratante y consultar la disponibilidad del conductor.

3: La contratada no debe tener ninguna relación íntima con otra persona durante la vigencia del contrato.

4: La contratada deberá estar siempre disponible para los eventos designados por el contratante.

5: La contratada es libre de moverse por la casa, excepto por la habitación del contratante.

6: La contratada deberá actuar como esposa del contratante aunque él no esté presente.

7: Al finalizar el contrato, cualquier lazo entre ambas partes deberá ser cortado.

8: Solo la contratada y el contratante deben conocer del contrato, excepto el personal de la casa.

...

Elena: Hum... esto suena muy extraño, parece que solo yo tengo restricciones... ¿y él? Aunque sea un matrimonio de conveniencia, no quiero quedar como una cornuda en esta historia.

Elena salió con el contrato en la mano y fue a buscar a Charles. Caminaba por el pasillo aún leyendo el contrato y chocó con alguien. Se llevó la mano a la nariz y cuando levantó el rostro, vio la expresión preocupada de Thomas.

Thomas: ¿Estás bien, señorita?

Elena: Ah, sí, disculpa, no estaba mirando hacia adelante. Iba a buscar a Charles, pero ya que estás aquí, creo que puedes ayudarme... estaba revisando el contrato y solo yo tengo restricciones, así que hice estas anotaciones aquí y quiero que le pidas a Charles que las agregue a las cláusulas, por favor.

Thomas tomó el contrato y echó un vistazo a las anotaciones de Elena. Asintió con la cabeza y sonrió discretamente al leer. A Elena no le quedó claro por qué, pero tampoco preguntó nada.

Thomas: No te preocupes, hablaré con él de inmediato... pero no me llames señor, llámame Thomas o tú, por favor.

Elena: ¡Gracias, Thomas!

Elena va a su habitación y decide ver televisión, Thomas va a su oficina y llama a Ethan.

📱Ethan: ¡Hola!

📱Thomas: ¡Soy yo, Ethan!

📱Ethan: Ah, ¿algún problema con la chica?

📱Thomas: Ella quiere modificar el contrato...

📱Ethan: *suspiro* Te dije que esa idea tuya de dejar margen para que ella cambie el contrato me iba a traer problemas, ¡Thomas!

📱Thomas: Tranquilo, tranquilo *risas* ella no parece tener ningún interés en entrar en tu preciosa habitación *risas* ¡quiere igualdad, Ethan!

📱Ethan: ¿Igualdad? Ah, tú y tus rodeos, ¡dime de una vez qué quiere cambiar!

📱Thomas: Está bien, estresado, ella me dijo que le parecía extraño que solo ella tuviera restricciones y tú no tuvieras ninguna con respecto a ella, así que ella quiso restringir algunas cosas... se parece a ti *risas*

📱Ethan: ¿Quiere restringirme a mí?!?!?! ¿qué cree que soy? ¿algún tipo de pervertido?

📱Thomas: Tío... tú elegiste a la chica entre varias, ella no tiene experiencia alguna, no le has mostrado nada de ti hasta ahora, la trajiste a tu casa y le hiciste firmar un contrato de un año restringiéndola de todo, pero con total libertad. ¿Qué crees que iba a pensar?

📱Ethan: ... *suspiro* Está bien, no me importan sus restricciones, siempre y cuando no entorpezcan mis planes. Puedes modificar el contrato para ella y después haz que lo firme de una vez, quiero que esto se resuelva de una vez ¿entendido?

📱Thomas: ¡De acuerdo, jefe!

Thomas cuelga y comienza a modificar el contrato, se da cuenta de que las restricciones de Elena son muy similares a las de Ethan, sin contacto con otras personas, solo entrar en la habitación con permiso, etc. Luego, se dirige a la habitación de Elena y escucha la televisión encendida, golpea la puerta pero ella no responde, entonces abre la puerta una rendija, tratando de no hacer ruido y sin mirar adentro, y coloca el contrato sobre la mesita con una nota adhesiva pegada en él.