Laurent fue invitada a un evento, allí se encontró con una extraña situación, a ella le dieron un afrodisiaco, debido a esto pasó una noche con un hombre, que además es el hijo de su jefe. Pero todo se tornó de una forma inesperada, ella no quería que la tacharan como una oportunista, para Santiago fue así, por eso decidió irse y no volver.
Laurente decidió esconder el secreto de quién era el padre de su hijo, algo que hasta el momento no le había afectado, su pequeño hijo creció rodeado de amor y con la compañía de una madre amorosa.
Pero él volvió y está dispuesto a recuperar lo que perdió 4 años atrás, esto hará que muchas cosas cambien, y en especial la relación de ambos.
¿Podrá su pequeño hijo unir nuevamente a ambos? ¿Podrá ganar el amor en esta batalla de orgullos?
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Capítulo 7
Laurent Vitale
Santiago estaba parado justo en frente de mí y yo estaba que no sabía que hacer. Solamente se que él me miró por unos segundos y luego subió junto conmigo al ascensor. Sin perderme ningún movimiento suyo, veo como presiona el botón hasta el último piso para luego colocarse detrás de mí.
Yo podía sentir como su mirada estaba fija sobre mi cuerpo y como el suyo estaba muy cerca del mío. Por lo que debido a eso comencé a ponerme bastamte nerviosa y todo empezó a darme vueltas. Luego de eso, en cuestión de segundos sentí un leve mareo que me hizo balancearme y justo antes de caer. Sentí como él me tomaba por mi cintura, evitando así el golpe.
De pronto y sin ninguna explicación, algunos de mis recuerdos regresaron haciendo imposible contener las lágrimas que brotaron de mis ojos.
_ ¿Te encuentras bien? _ Preguntó al verme llorar sin aparente razón _ Si estás de este modo por lo que pasó yo...
No pude, no pude escuchar como salía de su boca que me había acostado con él. Por lo que antes de que me lo echara en cara, decidí interrumpirlo y de esta manera hacerme la desentendida.
_ Estoy bien, solo le tengo algo de fobia a los ascensores _ Respondí en un susurro y no mentí al decirlo porque en realidad si tengo fobia. Solamente que me pasa cuando estoy nerviosa o no descanso bien.
_ Tranquila, ya estamos llegando _ Dijo acariciando mi cabello.
En los próximos cinco minutos que nos tardamos en llegar, él sostuvo mi cintura sin despegarse ni un segundo. Cuando las puertas del ascensor se abrieron, pude ver a mi jefe rodeado del resto de sus hijos y Adella. Quienes conversaban tranquilamente y yo al verlos a todos, me puse más pálida de lo que ya estaba .
Ellos al ver la escena tras esa llegada, no dudaron ni un segundo en acercarse casi corriendo a nuestro encuentro. El primero en llegar fue mi jefe, quien ayudó a Santiago a sacarme de ahí.
_ ¿Qué te pasó mi niña? ¿Estás bien? _ Preguntó el patriarca de la familia.
_ No me pasó nada, solamente me puse mal en el ascensor _ Dije para tratar de calmar los ánimos.
_ ¿Sufriste un ataque por tu fobia? ¿Qué te pasó? Siempre que te pasa es cuando estás estresada, cansada o alterada _ Planteó mi jefe.
_ Es que no dormí bien ayer debido a que hoy tengo mucho que hacer y pues ya ve lo que pasó.
Al decir eso, miento descaradamente para tapar mi error y debo de admitir que me siento fatal al hacerlo. Pero al ver como Adella me mira sin entender el porqué mentí, me siento más mal no obstante ella no me delata.
_ Si usted sabe que sufre de esto, no bebería descuidase tanto ¿No lo cree? _ Esta vez es Santiago el que habla, pero en su voz puedo notar que tampoco ha creído mucho lo que he dicho.
_ Sí, lo tendré en cuenta ¡Gracias! _ Digo aparentando una sonrisa.
_ Bueno Santiago, acompaña a Laurent a su oficina. Yo pediré que le preparen un café con miel, así recupera las fuerzas _ Dice su padre.
_ No hace falta, Adella me puede acompañar no quiero causar más problemas _ Digo porque me aterra el hecho de estar sola con él otra vez.
_ Deberías dejar que mi hermano te lleve, no es molestia alguna. Aparte todavía se ve que estás mal _ Sugirió el mayor de los cuatro, Bruno.
_ ¡No se preocupe! _ Intervino Adella y daba gracias a dios por hacerlo _ Yo trabajo con ella, soy su secretaria y puedo llevarla a la oficina.
_ Entonces está bien _ Dijo el mayor.
_ Bueno niña terca, ve a tu oficina y no hagas nada hasta que te lleven el café para que te sientas mejor
Ante el regaño cariñoso de mi jefe, me fui con Adella rumbo hacia mi oficina. Una vez dentro, me senté sobre el escritorio y pase mis manos por mi rostro. Dejando escapar un suspiro de frustración casi inaudible, el cual provocó que Adella me mirase de manera acusatoria sabiendo bien que le oculto algo.
_ ¡Y bien! Ne vas a decir la verdad ¿Qué te pasa en realidad? Porque yo sé que no tienes mucho trabajo, ya que soy tu secretaria y no dejaste nada olvidado. Solamente tienes la reunión con los socios con los que hablaste en la fiesta y nada más. Así que soy toda oídos _ Dijo sentándose en la silla frente a mí con sus brazos cruzados y expresión seria.
Doy el último suspiro y la veo a los ojos, por lo que sé que si no le doy una buena explicación. No dejará de insistir nunca.
_ Está bien tu ganas, te voy a contar. Sin embargo debes prometerme que no le contarás a nadie sobre esto _ Cuando dije esto, ella en respuesta afirmó con la cabeza. Cosa que le creo, porque le tengo una confianza absoluta.