AURORA: LA PERDICIÓN DEL SR. ALEMÁN

AURORA.

_ ¡Oh, maldición! Serás la primera mujer que me disfrutará después de cinco años. _ sus palabras me hacen sonreír maliciosamente llenándome de satisfacción, una de las cosas que más me gusta de él, es que no es un perro mujeriego, que se la pasa brincando aquí y allá, me enorgullece que le haya guardado luto a su difunta prometida por tantos años.

Me confundo un poco cuando noto como me mira fijamente, frunce el entrecejo y luego niega con los ojos cerrados.

_ ¿Sucede algo? _ le pregunto con voz débil, he tenido tres org4smo en menos de una hora.

_ Por un momento recordé a alguien a quien odio mucho _ su confesión me hace tragar duro _ Pero ya pasó, estamos en el ahora y es a una mujer que no tiene nada que ver conmigo y que tiene 29 años la que está conmigo ahora mismo, a la que voy a f0ll4rme hasta el amanecer y sin compasión.

Lamo mis labios con sensualidad y vuelvo a sonreír cuando indago un poco en sus palabras y noto que posiblemente estaba pensando en Aurora Lobo, o sea en  mí, me muerdo los labios cuando confirmo que de alguna manera le atraigo y que sus malditas reglas le impiden acercarse a mí como yo quisiera.

Me pregunto ¿Cómo reaccionará este hombre cuando descubra que perdición y yo, somos la misma mujer? Me río internamente porque para que eso suceda falta mucho, primero debo volverlo loco de deseo por mi hasta convertirme en su perdición.

Su lengua en mi c0ñ0 me saca de mis cavilaciones, haciendo que me retuerza cuando sus labios aprietan mi perla roja, me aferro a las sábanas y arqueo mi espalda, su alta y poderosa figura se yergue sobre mi, hunde las rodillas en el colchón y siento como su mi3mbro me roza.

Me siento completamente envuelta en la pasión que nos rodea. Bastian está sobre mí, su cuerpo fuerte y musculoso me hace sentir débil y vulnerable. Pero no me importa. Quiero sentirlo sobre mí, sentir su poder, sentir su fuego.

Miró hacia un lado viendo el bolso que traje en un sofá.

_ No sé quién trajo mis pertenencias hasta acá, Pero en mi bolso tengo c0ndones _ le señalo y el asiente.

_ Los usaremos, pero primero quiero que me limpies.

Su indicación me confunde un poco, pero el ver cómo se sube más sobre mi, quedando ahorcadas sobre mi pecho me hace entender que quiere que se la chup3, he practicado con p0llas de goma, así que debo saber complacerlo.

Abro la boca y saco la lengua para que introduzca su gran bestia dentro de mi boca, lamo la punta limpiando la poca cantidad de s3m3n que aún hay en ella.

_ Chup4, perdición, saboreame. _ ordena. Me 3xcitan sus órdenes.

Chupo, lamo y el lo lleva hasta el final de mi garganta causando una arcada que me pone los ojos llorosos, la saca, tomo aire y él la vuelve a meter, luego de unos minutos se baja un poco y escupe en medio de mis t3tas y posiciona su deliciosa bestia en medio de mis pechos.

_ Juntalas _ vuelve a ordenar y lo hago. Comienza a f0llarm3 las t3tas de una forma tan rica, mi intimidad palpita, y con cada movimiento su cabeza grande y brillante queda en mi boca para que la chupe como una nena chupando un caramelo. _ Qué bien lo haces, perdición _ gruñe _ sigue así.

Una de sus manos viajan hasta mi vulv4 y toca mi perla roja en círculos lo hace de una forma tan experta que mi cuarto org4smo no tarda en llegar, da unos toquesitos más y luego se vuelve a concentrar en la rusa hasta que ey4cul4 en mi boca y como una nena traviesa me trago todo sin asco, sin reparos.

Su mirada es intensa, sus ojos me p3n3tran hasta el alma. Me siento como si estuviera d3snuda  emocionalmente ante él. Me doy cuenta de que estoy completamente bajo su control, pero no me importa.

Su mano se desliza por mi cuerpo, tocando cada centímetro de mi piel erizada, siento que me tiemblan las piernas y que con un org4smo más me voy a desmayar.

Se separa de mi. _ Ve a buscar tu bolso.

Me tomo unos segundos para reponerme, las piernas me tiemblan como gelatina cuando me pongo de pie, el se ríe y me dice que me acueste nuevamente.

_ Iré yo por el.

Admiró a ese Adonis cuando se pone de de pie totalmente desnudo, admiró su tras3ro firme y ese dragón que tiene tatuado en su espalda.  ¡Qué rico!

Toma el bolso y me lo entrega, luego va y sirve una copa de champán para ambos, la mía la tomo de una y él me sirve otra.

Se lo que se viene ahora y ruego a todos los santos que no  descubra mi secreto. Qué no descubra que soy un poco virgen aún.  No quiero que se e detenga ahora que estamos tan cerca.

Mi corazón late con fuerza mientras Bastian sigue explorando mi cuerpo. Me siento como si estuviera al borde de un precipicio, a punto de caer en el abismo. Pero no quiero detenerme. Quiero seguir adelante, quiero sentir más.

Me quita la copa, busco en el bolso un recipiente con lubricante y un pr3s3rvativo y se los entrego, mi líbid0 sube al cielo cuando observo como se coloca el pr3servativo, me acuesto sin que lo pida y me abro de piernas para que deje caer el lubricante sobre mis pliegu3s.

Su boca se desliza por mi cuello, dejando besos húmedos y pequeños mordiscos que me hacen g3mir agitada.

Me siento como si estuviera en un sueño, un sueño del que no quiero despertar. Bastian es el dueño de mi cuerpo y mi alma, y yo estoy dispuesta a dejarme llevar por él.

Su mano se desliza por mi cuerpo, tocando cada centímetro de mi piel. Me siento estremecer bajo su toque, mi cuerpo se arquea hacia él, buscando más. Su boca se desliza por mi cuello.

Me siento como si estuviera en un torbellino de sensaciones, incapaz de controlar mi propio cuerpo. Bastian es el que está al mando, y yo soy simplemente una marioneta en sus manos.

Quiero dejar que Bastian me lleve a lugares que nunca he imaginado. Quiero sentir su pasión, su deseo.

Su mano se detiene en mi muslo, y luego se desliza hacia arriba, hacia mi zona más íntima. Me

Su mano se desliza por ahí, tocando mi piel sensible. Me siento estremecer, mi cuerpo se arquea hacia él. Su dedo se desliza dentro de mí, y me siento llenar de una sensación de placer.

Me doy cuenta de que estoy a punto de cruzar un límite, uno que nunca he cruzado antes. Pero no puedo detenerme. No quiero detenerme. Quiero sentirlo a él.

Bastian se acerca a mí rostro, su boca se desliza por la mía. Su cuerpo se presiona contra el mío, y puedo sentir su mi3mbro duro y listo.

Estoy dispuesta a entregarme por completo...