Mary es una chica muy alegre y llena de sueños, aunque desde pequeña enfrentó muchos obstáculos, siempre es optimista y está con una gran sonrisa, buscándole siempre el lado bueno a todo, una día su vida cambiará, aunque al principio todo parece ir de mal en peor, pronto todo eso pasará a ser parte del camino para su felicidad, pues conocerá a su gran amor, aunque eso todavía no lo sabe, acompañame a vivit esa increíble historia, llena de dolor, lágrimas y felicidad.
NovelToon tiene autorización de Gabriela para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Prueba positiva
Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, entre el estrés del trabajo, las madrugadas llenas de pendientes y las preocupaciones que cargaba, sumado a la presión de sus padres, sin darse cuenta ya habían pasado tres meses.
Era una tarde, exhausta, y de pronto Mary sintió un mareo extraño, no le tomo mucha importancia, y trató de ignorarlo, pero el malestar se hizo más fuerte, entonces se dió cuenta que algo andaba más, se sentó un momento y trató de pensar a qué se debe el malestar, pero de pronto un pensamiento se le clavo en la mente, como cuchillos que cortaban cada parte de su ser y entonces pensó en voz alta:
—¿Cuándo fue la última vez que tuve mi periodo?—.
La pregunta quedó en el aire, y ella solo se helo de pánico, salió rápidamente sin pensar ni en el trabajo, ni en nadie, fue directo a la farmacia más cercana y pidió una prueba de embarazo, inmediatamente se fue al baño sw la farmacia y espero unos minutos a que la prueba diera el resultado, esos minutos le parecieron horas, un montos de pensamientos se le cruzaron por la mente, la preocupación no la dejaba en paz, fueron los minutos más largos de toda su vida.
Pasaron los 5 minutos, ella se llevó las manos al pecho y miró la prueba, vio dos líneas rosadas, su corazón cayó al suelo, y solo murmuró:
—No… no puede ser…—.
Entró en pánico, se puso pálida, el mundo se le vino abajo en cuestión de minutos, no sabía qué hacer, ni siquiera sabía el nombre del hombre con el que había estado aquel día, no sabía nada, ni siquiera recordaba lo que pasó.
Durante horas caminó como un fantasma, intentando pensar que hacer, prefirió no decir nada a nadie, ya tenían muchos problemas y no quería seguir siendo una carga para sus amigas, pero como todo secreto, tarde o temprano salió a la luz, este no tardó en descubrirse, pues una mañana, su madre encontró la prueba escondida entre sus cosas y sin dudarlo la encaro:
—¿Qué significa esto Mary?— su madre estaba en estado de shock, con la voz quebrada entre rabia y miedo, escuchando los gritos, su padre llegó enseguida, y al enterarse, el ambiente explotó.
Decepcionados y molestos empezaron una lluvia de preguntas e insultos:
—¿De quién es ese bebé? Eres una cualquiera
—¿Qué has hecho?, no puede ser que nos hayamos equivocado tanto contigo.
—¿Cómo pudiste ser tan irresponsable? Eres la peor de las hijas.
Ella, con lágrimas que no cesaban, solo logró susurrar:
—No sé… no sé quién es el padre…
Ese fue el punto de quiebre, sus padres, cegados por la vergüenza y la frustración, no quisieron escuchar más, entre gritos, portazos y palabras duras que nunca debieron decirse, la tomaron del brazo y la sacaron de la casa, la tiraron en la calle, como quien desecha algo que ya no sirve, mientras le decían, que ella no es su hija, que así como fue grande para hacer lo que hizo, puede cuidarse y mantenerse ella sola con su bastardo.
Mary se levantó del suelo y quería volver a entrar, pero sus padres no se lo permitieron, sin saber que hacer o a dónde ir, decidió buscar refugio en su amiga Mónica, después de todo era una señora sola, y pensó que tal vez ella podía ayudarla por unos días.
Así se encaminó hacia la casa de Mónica, su amiga de alma, como era sábado la mujer se encontraba descansando, aprovechaba los fines de semana para dormir un poco más, Mary llegó y tocó la puerta, Mónica no esperaba visitas, así que no tenía ni idea de a quien encontraría en la puerta, se puso una bata y salió a ver quién es, apenas abrió la puerta se encontró con Mary, llena de lágrimas, los ojos hinchados y casi sin aliento, la abrazo fuerte y sin preguntar nada le dijo:
—Vente conmigo—
La llevó adentro de su casa, le preparó un té de manzanilla y jengibre, y la dejó llorar todo lo que necesitara.
—tranquila querida, cálmate, todo pasará— le dijo, acariciándole el cabello.
Pero Mary no logró hablar, solo le mostro la prueba de embarazo que llevaba en la mano, la colocó sobre la mesa, Mónica la miró, tardó un segundo en procesar y luego la abrazó nuevamente:
—Ay, Mary… —susurró— cuéntame desde el inicio.
Entre lágrimas, Mary relató todo, el retraso que ignoró por meses por culpa del estrés del trabajo, la confusión, el miedo… y finalmente, la reacción violenta de sus padres, Mónica cerró los ojos un instante, pensaba en que Mary tenía casi la misma edad que su hija, a la que tuvo que dejar en Venezuela con sus abuelos, para darle una vida mejor, tal vez por eso, o porque siempre tuvo un corazón amplio, decidió en ese momento que Mary se quedaría con ella.
—Te quedas conmigo —afirmó con una seguridad que Mary había añorado oír—. Nadie va a ponerte la mano encima ni a humillarte, aquí estás a salvo.
Mary rompió a llorar otra vez, esta vez de alivio, Mónica tomó el teléfono y llamó a Ana para contarle lo nuevo, apenas contesto fue un grito que se escuchó hasta el cielo.
—¿Qué? ¿Mary está embarazada? ¿Cómo…?
—Luego te explico —dijo Mónica—. Ven ahora mismo, la niña está destrozada.
Ana llegó en menos de veinte minutos, Mónica salió a recibir a su amiga, apenas entró fue directo a Mary, quien bajó la mirada, como si tuviera miedo de decepcionarla también, pero Ana la tomó del rostro con ambas manos.
—Mi preciosa, aquí nadie te va a juzgar. Vamos a ayudarte, pase lo que pase.
Las tres mujeres se quedaron en silencio por un momento, era un silencio fuerte, cargado de preocupación pero también de unión. Luego, Ana tomó aire.
—Lo primero es saber quién es el padre, ese hombre no puede desaparecer como si nada.
—Exacto —asintió Mónica—, pero solo Don Napo podría saber algo, él es el único que estaba allí ese día.
Que la rescaten.