Un encuentro desastrozo me llevo a quedar embarazada. Decidida a cambiar mi vida, me refugie en una lejana isla de Grecia en donde le di un hogar a mi hija. Quien diría que 3 años después esos hombres volverían a mi vida. ¿Quien es el papá de Estrella?
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El caos se esparce.
Si se preguntan como termine aquí pues bueno después de comer, beber y bailar por horas necesite usar el baño, Donovan me indicó usar el de su cuarto, pero me perdí porque este lugar no es una casa común, sino una maldita mansión y al ya no poder aguantarme entre en la primera puerta que vi.
Luego de descargar mi vejiga salí y algo en la mesita de noche llamo mi atención, Al acercarme un pendiente se me cayó y como no son míos y su precio debe de ser alto me agache a buscarlo, en eso sentí la puerta y unas voces familiares, algo en mí me dijo que no me levantará y justo así pasó todo esto.
Por favor Donovan no caigas en la tentación y en la cama porque si no perderé mi vida y todavía hay tantas cosas que quiero hacer. Hubo muchos insultos, fosejeos y hasta golpes, pero luego de como 20 minutos la puerta se volvió a escuchar y el silencio se apoderó del lugar.
Asustada levante mi cabeza y para mi suerte ninguno de los dos estaba, espere un tiempo prudente para salir y me fui directo a la cocina para no levantar sospechas. Poco después Donovan apareció, tenía su mejilla rasguñada y una expresión de sufrimiento.
- Luna te he buscado por todas partes. Te dije que no te alejaras de mi lado.
- Perdón quería agua. ¿Estás bien?. - Acaricio su lastimadura.
- Estoy bien fue con un rosedal.
- Vamos a tu cuarto que te curaré si la dejas así puede infectarse. - (y más cuando la persona que lo hizo es venenosa).
Lo tomo de la mano y lo llevo a un cuarto, él rápidamente me indica que ese no es. - ¿Ya lo olvidaste Luna?
- Perdón tu casa es como un laberinto.
- Es el del final del pasillo.
- Bien.
Entramos y lo dejo sentado en la cama en lo que voy al baño y busco el botiquín. - Es un gran rasguño amigo. Te pondré pomada y una vandita.
- No tienes por qué preocuparte tanto, no es parte de tu trabajo.
- Bueno hoy estoy de humor como para ser generosa así que aprovecha.
- Ja Ja Ja Una chica tan linda no debería trabajar de esto.
- Bueno podría decir lo mismo, un chico guapo no tendría que tener la necesidad de pagarle a una novia sustituta.
- Es porque las mentiras tienen patas cortas.
- Eso ya lo sé de memoria, gracias a las mentiras de patas cortas yo tengo trabajo.
- Ja Ja Ja Eres muy divertida. Lamento todo esto.
- Que lamentas Donovan, he comido delicioso, he bebido cócteles de alto nivel y estoy usando un vestido que jamás en mi vida podría costear, me siento como Cenicienta solo que mi hora límite es hasta el amanecer.
- Pero te falta el príncipe azul.
- Ya besé demasiados sapos para entender que el príncipe azul no existe.
- ¿Así de tantos fueron?
- En realidad con uno me bastó para aprender la lección. Listo amigo, pronto estarás como nuevo.
- Gracias, si estás cansada puedes quedarte aquí. Te daré ropa de cama.
- Todavía no sirven el pastel.
- Ja Ja ja De verdad eres única.
Luego de curarlo bajamos a la fiesta en donde el ánimo ya no era nada agradable, conforme las horas pasaban esas personas comenzaban a transformarse como si de día fueran unos y de noche fueran otros como Fiona ja ja ja. Incluyendo a la flamante novia que no me quitaba la mirada de encima. De verdad estaba esperando verla ponerse verde.
- De que te ríes. - Siento un pinchazo en mi cachete y el rostro de este idiota está muy cerca del mío.
- De un chiste que acabo de inventar o robar, ya no sé.
De repente y sin previo aviso él me besa con delicadeza para luego pasar su lengua por mis labios. - Vamos a bailar hermosa.
- Si.. si.. Vamos.
Lo que yo pensé que serías un inofensivo baile en realidad terminó siendo algo demasiado descarado. Las manos de Donovan acariciaban mi cuerpo sin pudor alguno mientras todos los presentes nos observaban. Todo estaba "Bien" hasta que un fuerte estruendo se escuchó. Era Fiona quien estaba furiosa.
De la nada siento el fuerte agarre de Donovan quien me cubre detrás de su espalda justo después una gran pelea se forma, gritos por doquier e incluso logre ver armas. - Que.. Que pasa..
- Vámonos de aquí Luna.
Mientras estábamos entrando el padre de él nos pide no salir de la habitación y su esposa nos asegura que estará muy al pendiente de nuestra seguridad. Sus palabras me dan más miedo que lo que acaba de pasar.
¿Que familia de locos son estos?
Donovan Sudeikis.
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