Victoria Casani es una chica de 24 años con poca vida social, su día a día se basa en ir a la universidad y forjar su carrera a base de esfuerzo y dedicación, ella sueña con ser arquitecta, ella vive con sus padres Carmen que es de Asendencia Mexicana y Lorenzo que es Italiano, también con su hermano mayor Gabriele, viven en la hermosa ciudad de Florencia- Italia.
Leonard Loannou tiene 38 años, es un excelente decano de diseño arquitectónico y hace poco se unió a (Università degli Studi di Firenze, UNIFI) en Florencia, el es de origen Griego, pero decidió mudarse a este nuevo país, ya que le llegó una excelente oferta de esta universidad, a la que por mucho tiempo estuvo aplicando, pero hasta hace unas semanas se le dió la oportunidad gracias a su excelente perfil profesional.
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CAPITULO 9
LEONARD LOANNOU
Creo que me estoy volviendo loco, o realmente no sé que me está pasando, parezco un acosador, siguiendo a Victoria por todos los lugares, fui demasiado imprudente, la besé, pero no me sentí muy bien al hacerlo, admito que probar sus labios es lo más delicioso que ha pasado por mi boca, pero escucharla llorar me hizo sentir el peor ser humano del mundo, al parecer tiene muchas heridas que merecen ser sanadas y esa no fue la forma correcta de ayudarla, por eso hui como los cobardes.
Quise despejar mi mente el resto del día viendo los partidos, las chicas de la facultad se lucieron, hicieron un excelente trabajo, pero quede realmente sorprendido al ver la destreza que tiene Victoria en el fútbol, cuando ganaron vi como una leve sonrisa se dibujó en sus labios, creo que es la primera vez que le veo una sonrisa genuina, aun así sentí que podía hacerlo mejor.
Ellas se retiraron a los vestidores, me iba a retirar, pero al poco tiempo vi salir a Victoria, no se quedó a celebrar el triunfo, la seguí al verla caminar con dificultad, fue una larga jornada deportiva, sé que debe estar agotada, ella cogió la ruta hacia el parqueadero, en ese momento me encontré al director y me tomó distancia, él me saludó y luego nos despedimos, a lo lejos vi como se le doblaron sus piernas y cayó sobre sus rodillas, yo corrí y la ayudé a levantarse.
Le realicé una curación en sus rodillas y le regalé mi ungüento, no quería que le quedarán cicatrices en sus hermosas rodillas.
Ella se marchó, luego subí a mi auto e hice lo mismo, quería regresar a casa y tomar una ducha, está chica está causando estragos en mi vida, es indescifrable lo que estoy sintiendo.
............
Llegué a mi casa y fui directamente a la ducha, me bañé un largo rato y luego fui a la cocina a buscar algo de comer.
Revisé en la nevera y quedaban dos tacos de birria, de los que me trajo Victoria el día anterior, los saqué y los puse en el sartén a calentar, luego me los comí y se me cruzó por la cabeza, pasar a llevar el plato, pero no puedo ir con las manos vacias.
Tomé las llaves de mi auto y fui a la panadería más cercana, allí compré una caja de Macarones, se que les gustará, además a la salida había una floristería, allí elegí un ramo de flores para la mamá de Victoria, quiero agradecerle el gesto de la comida.
Conduje de regreso y estacioné el auto en mi garaje, tomé las compras y entré a mi casa, recordé que debía regresar el plato, lo guardé en una bolsa y salí en dirección a la casa de ella.
toqué su puerta y un señor que ya pasaba los 50 años abrió la puerta, me miró un poco confundido.
- Caballero, ¿se equivocó de casa?-- preguntó el hombre.
- Hola, no señor, vengo a devolver un plato, su esposa amablemente me envió unos tacos el día de ayer, yo solo.....- No alcancé a finalizar lo que estaba diciendo cuando una señora salió.
- Amor, lo vas a espantar -- puso sus manos sobre los hombros de su esposo-- hola, bienvenido, sigue y te tomas una taza de café -- me ofreció la amable señora.
- No quiero incomodar, solo venía a devolver el plato-- observé mis manos y recordé lo que traia-- ah, y estás flores, también una caja de Macarones, espero que sean de su gusto señora-- dije y ella sonrio.
- Puedes decirme Carmen, si me dices señora una vez más, me voy a sentir muy vieja, amor, el es el nuevo vecino del que te hablé-- le dijo al señor, luego me recibió lo que traía en mis manos.
- oh, ¿o sea que eres el Decano de la mia principessa?-- le pregunto a su esposa.
- Si, es el profesor de Victoria -- el me miró y sonrió.
- por favor sigue, acepta la taza de café, no seas modesto -- el hombre me tomó del brazo y me hizo entrar en su casa, me guío hasta la sala, allí me senté frente a el.
- Es un placer conocerlo, me llamó Lorenzo Casani-- se presentó.
- Es un gusto conocerlo, yo soy Leonard Loannou, soy el decano de Diseño Arquitectónico, su hija es muy buena estudiante -- comenté y sus ojos brillaron de orgullo.
- Gracias, es un honor escucharlo, ella es mi princesa, me ha dado muchas alegrías, ella y su hermano son lo mejor que nos pudo pasar -- agregó y yo sonreí.
Al parecer en este hogar no falta el amor, y los padres de Víctoria se ven que son muy buenas personas, eso me deja aun más confundido, ¿ella por qué es así?, pensé que quizás no había un buen ambiente familiar, pero todo está bien ¿entonces que será?.
Escuché unos pasos bajando las escaleras a toda velocidad, me sobresalté al ver a Victoria, estaba en un short un poco corto y crop top, al parecer no se percató de mi presencia, pasó directo a la cocina, solo escuché sus palabras.
- Mamá ¿estuviste en mi habitación?-- dijo en un tono un poco molesto.
- shhh-- le dijo su madre-- ¿no te da vergüenza con tu profesor?--
- Por qué tendría que avergonzarme, el no vive con nosotros, además solo te estoy haciendo una pregunta, sabes muy bien que no me gusta que entren a mi habitación-- comentó.
- si, si, yo entré, necesitaba una sábana, y por si no recuerdas, en tu cuarto está el closet con todo eso, pero no tomé nada más, no sé cuál es tu miedo, ya me estás preocupando, ¿tanto escándalo por entrar a tu habitación?, incluso mira nada más como estás vestida-- la reprendió su madre.
- Estoy en mi casa, y ustedes son mis padres, además no me alcancé a poner la camiseta cuando me di cuenta que alguien había estado en mi cuarto --
- y las ganas de discutir fueron más grandes que las ganas de terminar de vestirte, ahora sube y ponte algo presentable, tu profesor está en nuestra sala -
-¡¿QUE?!-- exclamó escandalizada -- por qué no me dijiste-- escuché su murmullo.
- yo te pregunté si no te daba vergüenza con tu profesor-- su mamá comenzó a reír.
-¡La mía principessa, cariño, desde aquí se escucha todo!-- habló en voz alta el señor Lorenzo -- te ofrezco una disculpa, mi familia te está ofreciendo un gran espectáculo el día de hoy -- se rió con naturalidad, yo sonreí de vuelta.