Si hubiera sabido el impacto que tendrías en mi vida, hubiera corrido en otra dirección que no fuese la tuya
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Siempre tu
El restaurante estaba lleno de vida esa noche, pero había algo en el aire, una sensación sutil de inquietud que April no podía ignorar. Las risas y murmullos parecían envolver todo el lugar, creando una atmósfera acogedora, casi perfecta, pero bajo la superficie había algo más. Andrew había planeado esa cena con cuidado, como una distracción para April, pero a medida que los minutos pasaban, la perfección de la escena empezaba a sentirse forzada, como si alguien tratara de ocultar una verdad incómoda.
Se acomodaron en una mesa junto a la ventana, con vista a un jardín cuyas luces cálidas creaban sombras que se movían en la oscuridad. Mientras disfrutaban de un delicioso plato de pasta, Andrew se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con una intensidad que April no pudo descifrar del todo.
—¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando se rompen las fachadas? —preguntó Andrew, su voz baja, pero cargada de una extraña anticipación.
April lo miró, intentando entender el trasfondo de sus palabras. Había estado distraída, su mente enredada en pensamientos sobre Alex y el enigmático mensaje que había recibido días atrás. *"Te extraño, ¿cuándo volverás?"* Las palabras seguían resonando en su mente, como una nota discordante en medio de una melodía perfecta.
—A veces es mejor no saber lo que hay detrás —respondió April, tratando de restarle importancia a la conversación. Sabía que Andrew tenía una tendencia a indagar demasiado, y esta noche no quería ahondar en sus propios miedos.
Sin embargo, Andrew la observaba con detenimiento, como si sus palabras llevaran más peso del que aparentaban. Había algo que él sabía, algo que ella no lograba identificar del todo, pero la incomodidad que crecía en su pecho le decía que no todo era lo que parecía.
—La verdad siempre sale a la luz, aunque intentemos ocultarla —comentó Andrew, tomando un sorbo de vino, sus palabras colgando en el aire entre ellos.
April intentó relajarse, pero había algo en su tono, en la forma en que lo dijo, que le erizó la piel. Sin embargo, decidió apartar ese pensamiento. Tal vez solo era paranoia, después de todo, ¿qué tan complicado podría ser todo? Andrew siempre había sido transparente.
Mientras esperaban el postre, el teléfono de April vibró sobre la mesa. Un mensaje de Alex. *“¿Podemos hablar mañana? Es importante.”* El corazón de April se aceleró al leerlo. Pero antes de que pudiera reaccionar, Andrew tomó su mano.
—¿Todo bien? Pareces distraída —dijo él, con una mirada que parecía indagar más allá de lo evidente.
—Sí, solo… un mensaje de un amigo —respondió April, intentando sonar casual, pero su propia ansiedad se delató en el temblor de su voz.
—¿Alex? —preguntó Andrew, sus palabras demasiado rápidas, como si ya supiera la respuesta.
April lo miró con sorpresa. ¿Cómo lo sabía? No recordaba haber mencionado a Alex, al menos no recientemente. Pero decidió no darle mayor importancia. Tal vez Andrew simplemente estaba siendo observador, como siempre.
La conversación se tornó más ligera después del postre, pero una tensión subyacente seguía presente. Mientras se dirigían a casa, April no podía sacudirse la sensación de que algo extraño estaba sucediendo, pero decidió, al menos por ahora, no darle demasiada relevancia. Sin embargo, en el fondo de su mente, el pensamiento seguía persistente: había más de lo que Andrew mostraba, y también más en su propio mundo que pronto tendría que enfrentar.
Cuando llegaron a su casa, April se detuvo antes de salir del coche, una sensación de inevitabilidad pesando sobre sus hombros.
—Andrew… —comenzó, vacilante, pero él le ofreció una sonrisa tranquila.
—No te preocupes —dijo, su tono más suave de lo habitual. —Sé que hay cosas en tu mente que aún no has resuelto. Tómate tu tiempo. Estoy aquí.
April le devolvió la sonrisa, agradecida por el apoyo, aunque su mente seguía girando en torno a Alex, a los extraño que a veces era Andrew, y a esa inquietante sensación de rareza.
Mientras entraba a su casa, decidió que no respondería el mensaje de Alex de inmediato. Necesitaba tiempo, y más aún, necesitaba claridad. Pero sabía que esta noche era solo el principio de algo más profundo, algo que pronto saldría a la luz.