Después de tanto esfuerzo en una relación, llega un momento que decides dejarlo todo por tu paz y tranquilidad... Hasta que el presente de tu ex decide molestarte...
Espero me acompañen en esta nueva historia... 😘
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7- Mi mamá y mi... suegra...
La verdad si le agradezco enormemente este gesto a Sebastián pues prácticamente no dormí nada en toda la noche y tenía un fuerte dolor de cabeza, me tomé una pastilla, luego me refresque un poco el cuerpo, me cambie de ropa por algo más cómodo y me acosté a descansar un poco. No sé cuánto dormí, pero cuando me desperté había un rico olor a comida en casa y es que mi mamá y la señora Marina la mamá de Sebastián, habían llegado después de saber que Sebastian y yo la noche anterior la habíamos pasado en el hospital con nuestro pequeño Miguel. Sebastián estaba dormido en la habitación con nuestro hijo aún con la misma ropa que traía la noche anterior.
- Hija! Cómo estás? --mi mamá y la señora Marina me abrazaron en lo que me vieron asomarme en la cocina--
- Abbi cuando Sebastián me comentó que nuestro Miguel estuvo hospitalizado anoche me preocupe tanto y aquí nos tienes para lo que sea. --me dice con una pequeña sonrisa la señora Marina--
- Gracias por estar aquí. --les digo con toda sinceridad--
- Sebastián preparo la sopa! Ya Miguel se bañó, comió, tomo su medicamento y se volvió a quedar dormido junto con su padre. --dice la señora Marina mientras sirve sopa--
- Hija! Puedes estar tranquila, nosotras nos quedaremos a cuidarlos.
- La verdad? --respiro-- Si me quedó más tranquila sabiendo que ustedes están con nosotros. Gracias por estar aquí.
- Por favor hija! Nosotras sabemos lo malo que se siente estar toda la noche en el hospital especialmente cuando los hijos están pequeños y se enferman.
- Es muy desagradable... --les respondo--
- Bastante nuera... Ven toma un poco de sopa, te caerá muy bien... --me dice con una tierna sonrisa--
Mi suegra, bueno es que ella no quiere que la llame de otra forma y si me escucha decirle señora Marina es capaz de no hablarme por años; me sirvió un poco de la sopa que Sebastián había preparado y que por cierto le quedó muy bien; converse un rato con ellas, pero la verdad es que me sentía agotada, pero no quería dejar a la visita sola, luego pase por la habitación de Miguel quien estaba dormido abrazado al pecho de su padre, no los quise despertar, acaricie la mejilla de mi hijo, bese su frente, les acomode su cobija, apague la luz y cerré la puerta, por insistencia de mi mamá y mi suegra me fui a dormir.
Me desperté de madrugada varias veces e iba a ver cómo estaba mi hijo quien por lo menos paso buena noche. La mañana siguiente desperté, fui a ver cómo estaba mi hijo y para mi sorpresa Sebastián aún seguía en casa...
- Buenos días! --Sebastián está ayudando a nuestro hijo a vestirse-- Hijo como te sientes? --mientras me acerco a mi pequeño para darle su beso de buenos días--
- Buenos días mami, bien... Papá me cuido toda la noche --dice con una gran sonrisa y dirige su vista a su papá que estaba parado del lado contrario--
- Buenos días, Abbi como amaneciste?
- Bien, gracias por cuidar de Miguel.
- No tienes que agradecerme nada, recuerda que Miguel también es mi hijo.
- Cierto! Pero creo que ya debes irte a tu casa, no quiero tener una visita desagradable...
- Abbi! No te preocupes por eso... Puedes estar tranquila, ya hablé con ella y me prometió no molestarte más...
Sebastián solo fue a su casa para darse un baño, cambiarse de ropa y regreso como a la hora. Mi mamá y la señora Marina se la llevan muy bien, como no pude dormir muy bien la noche anterior mi mamá me preparo un té que no sé que le coloco, pero me relaje y dormí casi que todo el día, cuando desperté ya era final de la tarde...
- Que hora es? --les pregunto al verlas en la sala--
- Nuera! Descansaste?
- Demasiado creo... ¿Miguel? Señora Marina...
- Señora Marina? Dónde quedó el suegra? Abbi, prefiero que me sigas llamando suegra porque este cariño y el lugar que tienes en mi corazón nadie te lo quitará...
- Si, disculpe seño... Suegra --me dió una tierna sonrisa, ya con esta perdí la cuenta de cuántas veces me ha dicho que me dejará de hablar si la sigo llamando señora Marina como que si fuera la vecina-- Miguel, dónde está? No le di el medicamento a Miguel! --coloco mi mano en la cabeza al ver la hora en el gran reloj de la cocina--
- No te preocupes Abbi, Sebastián se encargó de todo. --me dice con su tierna sonrisa--
- Sebastián? --le pregunto asombrada por la hora que era y él aún continuaba en mi casa-- Pensé que ya no estaba en casa!
- Sí, él pasó el día aquí con nosotros y se ocupó de cuidar al niño. --esto no me está gustando nada--
- No fue a trabajar? ¡Ay, no! La loca de su mujer ahora sí me va a querer matar... --digo bastante preocupada--
- Ella no te va a hacer nada, quédate tranquila nuera --mientras me abraza de lado-- Además ya Sebastián hablo con ella y no creo que se atreva a venir a esta casa...
Mi mamá y mi suegra se fueron al siguiente día, Sebastián se ha quedado a dormir todas estas noches con nuestro hijo; yo me siento un poco incómoda pues tengo muy en claro que nuestra nueva relación solo es de papá y mamá de Miguel, pero la que aún no entiende es Lisbeth que ahorita está tranquila, pero no sé que se le pueda ocurrir viendo y sabiendo que Sebastián se ha quedado tantos días aquí en mi casa... Se debe estar imaginando de todo...
- Por qué tan pensativa? --me pregunta Sebastián mientras se acerca con una taza de té--
- Gracias. --la tomo mientras se sienta a mi lado--
- Que tanto piensas tienes rato mirando a la nada. --mientras toma un sorbo de su taza--
- Miguel... --no sé cómo decirle que se vaya, pero no quiero hacerlo sentir mal y por otra parte, quiero evitar problemas con Lisbeth--
- Tranquila! Abbi, Miguel está bien.
- Por eso! --tomo un sorbo de té de la taza-- Sebastián, te agradezco mucho la ayuda, la atención y los días que haz pasado aquí con nuestro hijo, pero creo que ya te puedes regresar a tu casa... --Sebastian me mira bastante desconcertado-- Mira! Miguel ya está mejor, mañana tenemos cita con la doctora...
- Abbi! Déjame quedarme está noche...
- Sebastián no está bien que acostumbres a Miguel... Mira --respiro-- Miguel se va a confundir con tu presencia en esta casa todos los días y más aún si te quedas a dormir, recuerda que tú tienes otra casa, otra vida...
- Pero yo quiero estar con mi hijo... Quiero estar con ustedes... Abbi, le prometí a nuestro hijo que me quedaría a dormir con él está noche.
- Está bien! Solo porque se lo prometiste al niño, pero ya trata de no hacerle promesas que no vas a poderle cumplir.
- A qué te refieres?
- Solo te recuerdo que tienes una relación con otra persona, que por cierto es bastante "especial", demasiado diría yo! Y... la verdad no quiero que mi hijo vaya a sufrir algún tipo de consecuencias de su parte...
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