Oliver es un joven aventurero que quiere recuperar el alma de su hermana mayor, pero el mundo le recarcará lo difícil que será su deseo para alguien como él. ¿Podrá cumplir con su cometido? Acompáñalo junto a su grupo de compañeros: Evelyn, Richard, Ginna y Victoria, quienes a pesar de tener distintos motivos, comparten un mismo destino, el continente oscuro. Para ello, deberán unirse a la Unión de Asalto antes de su excursión hacia el continente oscuro.
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Algo frío
Bajo la tenue luz de la luna, Oliver y Richard se preparaban para partir. Se colocaron sacos anchos y Oliver cargó cuidadosamente a la joven a sus espaldas, asegurándose de que su presencia pasara desapercibida.
Mientras caminaban, Richard le explicó con una voz grave, llena de seriedad, que el lugar hacia donde se dirigían estaba repleto de personas peligrosas. "Es un territorio donde las leyes no existen", advirtió, su expresión reflejando cautela. "Debemos evitar cualquier tipo de problema."
Richard hizo una pausa, su mirada escudriñando el camino antes de dirigirse sigilosamente hacia un callejón. "Por aquí", murmuró a Oliver, gesticulando para que lo siguiera. Las sombras de la noche parecían cernirse más cerca con cada paso.
Tras varias vueltas erráticas entre callejones, finalmente llegaron a un estrecho pasadizo que los llevó a una antigua puerta de madera. Richard, con un gesto estudiado, la tocó tres veces, deteniéndose un momento antes de volver a tocar otras tres, y terminando con dos golpes más. Desde el otro lado, se oyó el sonido inconfundible de un cerrojo deslizándose, seguido por la apertura de la puerta.
Un hombre corpulento, con cicatrices que hablaban de sus batallas pasadas, se asomó. Su mirada era inquisitiva cuando extendió una mano pidiente. Richard le entregó un trozo de papel, que el desconocido leyó con escepticismo antes de hacer un gesto para que lo siguieran.
Oliver y Richard ingresaron al lugar, que tenía la apariencia decadente de un bar. El aire estaba cargado del olor a cerveza y el murmullo de conversaciones sordas y risas burdas escapaban de las mesas donde algunos jugaban a las cartas. Oliver notó una figura vagamente familiar al fondo del salón. "¿Es ese el líder del gremio?", susurró con un tono mezclado de sorpresa. Pero antes de poder pronunciar más palabras, Richard cubrió su boca con premura. "No viste nada, no sabes nada", le advirtió con severidad.
Oliver comprendió de inmediato la gravedad del asunto y asintió en silencio, mientras continuaban su camino guiados por el hombre corpulento hasta una puerta que él abrió con un gesto firme. Al otro lado, una figura pequeña, envuelta en una gran bata, preguntó con voz suave qué tenían para ofrecer.
Richard, sacó una caja cuadrada de su bolsillo y se la entregó. La persona, sin mediar palabra, la abrió y examinó su contenido con detalle, antes de cerrarla y llamar al hombre corpulento para susurrarle algo al oído. El hombre se acercó a Richard y le indicó que lo siguiera, tocó el hombro de Oliver diciendo: Habla con ella, ella sabrá qué decirte.
—¿Ah?, entendido, respondió Oliver, mientras depositaba suavemente a la joven en una silla.
La extraña figura se aproximó a la joven y, tras una breve revisión, pronunció con seguridad una palabra: "Humana."
—¿Eh? Oliver reaccionó confundido.
—En otras palabras, explicó con calma, fue convertida en vampiro, pero su transformación no se completó. Es una mezcla entre humano y vampiro, aunque con un bajo porcentaje de lo último. Al final, es una humana con colmillos de vampiro.
—Entiendo, muchas gracias, comentó con gratitud mientras tomaba de nuevo a la joven en sus brazos.
¿Alguna recomendación o precaución que deba tener? preguntó Oliver, tratando de no incomodar a la misteriosa persona con su curiosidad.
—Sangre, respondió ella, mirando fijamente. Es poco probable que ocurra algo, pero evitar sería prudente para prevenir problemas innecesarios.
—Comprendo. Entonces, ¿puede seguir comiendo comida normal?
—Así es, dicho esto puedes retirarte.
—Bien, muchas gracias nuevamente, respondió Oliver con un tono de gratitud mientras se dirigía a la puerta.
La figura en la sombra miró detenidamente la espalda de Oliver mientras esté se alejaba lentamente.
—Ten cuidado, jovencito, tienes un futuro oscuro por delante. Sus palabras resonaban en el aire mientras las puertas se cerraban lentamente.
Oliver, al percibir un murmullo distante, se giró rápidamente, su expresión reflejaba confusión y escepticismo. Solo logró ver las puertas cerrándose. —¿Me lo abre imaginado? se preguntó en voz baja mientras seguía su camino.
—¿Y bien, qué te dijeron? una voz familiar resonó desde enfrente.
—Ah, Richard, me dijeron que técnicamente es humana, comentó Oliver mientras buscaba con la mirada a Richard.
—Buenas noticias entonces, es hora de irnos, vamos, respondió Richard dirigiéndose hacia la puerta.
—Por cierto, ¿adónde fuiste? preguntó Oliver con curiosidad.
—A una reunión, respondió Richard, casi en silencio.
—¿Reunion, y eso? Pregunto Oliver con curiosidad.
—Nuevos contactos. En esta vida, los contactos lo mueven todo.
—Ah, no lo entiendo del todo, pero supongo que está bien. Por cierto, ¿no estamos yendo por otro lado?
—Correcto, no se puede salir por la misma puerta de entrada —respondió Richard sin detenerse.
—Ah, ya veo.
Una vez afuera, se apresuraron en llegar a la casa de Oliver antes de que la joven despertara. Al llegar, la colocaron en la cama con cuidado. Sin embargo, al entreabrir los ojos y verlos, la joven se sobresaltó. Dió un gran salto hacia atrás, claramente asustada.
Oliver y Richard intentaron calmarla pero, al ver que seguía hostil, decidieron salir.
—Por cierto, Richard, ¿cómo conociste ese lugar? ¿Y cómo sé que lo que esa persona dijo es verdad?
—Llegué allí gracias a contactos, y puedes confiar en lo que dice. Ella lo sabe todo.
—Lo sabe todo... murmuró Oliver con un suspiro, mientras contemplaba la luna.
—¿Y ahora qué vas a hacer? preguntó Richard, mirando a Oliver con curiosidad y un toque de preocupación en sus ojos.
—Aún no estoy seguro, respondió Oliver, frotándose el mentón pensativamente—. Pero ahora deberías ir a dormir, Richard. Ya es bastante tarde, yo me encargaré del resto.
Richard asintió, con cierto cansancio en su expresión, mientras se giraba para irse. —De acuerdo, nos vemos mañana, dijo, haciendo un gesto con la mano en señal de despedida. Se detuvo un momento antes de salir por completo—. Por cierto, Oliver, puede que aún sea humana, pero de todos modos no deberías decirle nada a Evelyn. Sabes cómo es ella. Necesitamos tomarnos las cosas con ella cuidadosamente.
—Lo entiendo, lo tendré en cuenta, respondió Oliver, con una voz serena pero firme.
Richard se fue, dejando a Oliver solo en la casa. Oliver volvió a entrar, esta vez sin dirigirse al pasillo de la derecha. En lugar de eso, se dejó caer pesadamente en una de las sillas del comedor.
Miró con atención el corredor, sumido en el silencio opresivo del lugar. La duda le invadía. ¿Seguiría la joven en la habitación? Se acercó a la puerta con paso cauteloso y tocó suavemente. Un ruido hostil desde dentro le dio la respuesta que buscaba. Aún estaba allí. Oliver suspiró, algo aliviado para posteriormente volver de nuevo a su puesto.