De Extra A Villana

CAPÍTULO 19

Es momento de regresar a la academia, y con esto todo se definirá. Kristen estaba sumamente nerviosa, ya que teme que las cosas cambien demasiado como para enfrentarse a algo mucho más grande de lo que se imagina.

—Kyan, pequeña, te extrañaré mucho. Además, tienes que venir a mi boda, no puedes faltar —dijo Kyan con una mirada suplicante.

—Claro que sí, Kyan. Además, ¿quién cree que hará los trajes que usarán ese día? —respondió Kristen, intentando mantener el ánimo.

Kyan ya se había convertido en el prometido de Liz, aunque ese día fue un desastre, pero aún así se casarían en unos meses.

ESCENA RETROSPECTIVA

Después de hablar con su hermana, Kyan decidió que ya era tiempo de hablar con el duque Leandro. Estaba decidido a ir a enfrentar al duque.

En el camino hacia el Ducado Henderson, Kyan murmuraba para sí mismo.

—Duque... no, eso no... Padrino, quisiera hablar contigo. [¿Cómo es posible que esté tan nervioso por esto?] Ay, voy a morir, pero con tal de estar con la mujer que amo, haría eso y más.

Al llegar al Ducado, Kyan pidió hablar con el duque.

—Mayordomo: Joven Kyan, el duque lo recibirá en unos minutos, sígame...

—Kyan: Claro, Luis.

El mayordomo lo guió hacia una sala donde el duque lo recibiría. Mientras Kyan esperaba, sumamente nervioso, a Liz le avisaron de su llegada.

—Doncella: Señorita Liz, el joven Kyan ha llegado para hablar con el duque.

—Liz: [Ha llegado el momento que tanto esperaba. Padre, por favor, no vayas a matar a Kyan].

El duque, sumamente intrigado con la llegada de Kyan, se dirigió hacia la sala donde él lo esperaba.

—Duque Leandro: Kyan, pero mira qué guapo estás. Pero diez centavos, ¿a qué has venido?

—Kyan: Padrino, de eso quisiera hablarte en un lugar más privado, como tu despacho.

—Duque Leandro: Mm... claro, Kyan, vamos.

Estando en el despacho...

—Duque Leandro: Ahora sí me dirás por qué has venido.

—Kyan: Bueno, lo que pasa es que...

—Duque Leandro: Ve al grano, que me estás poniendo impaciente.

—Kyan: Duque, he venido a pedirle la mano de su hija —dijo Kyan, sumamente nervioso.

—Duque Leandro: Creo que no he escuchado bien. ¿Dices que quieres a una de mis hijas? Espero que sea una broma.

—Kyan: Esto no es ninguna broma. Y para ser específico, es a Liz por la que he venido hasta aquí. Quiero casarme con su hija.

Para el duque, oír esas palabras fue lo peor que podría pasarle. Así que, como se hace en estos casos, decidió darle una golpiza al sujeto que quería robarse a su hija. Después de noquear a Kyan, Liz entró muy preocupada al despacho, ya que había escuchado casi todo, pero como la puerta estaba cerrada, hasta ahora pudo entrar.

Al ver a un Kyan todo golpeado tirado en el piso, se acercó muy preocupada, temiendo lo peor, aunque unos minutos después se tranquilizó al ver que tenía pulso.

—Liz: Papá, no puedo creer que hicieras esto. Creí que de todos, tú eras el más sensato, pero mira, casi lo matas. Kyan, cariño, despierta. Luis, ¿podrías por favor llamar a un doctor? Y hay que llevar a una habitación...

Kyan despertó un poco adolorido, viendo a una Liz muy alterada y dándose cuenta de que estaba en el piso.

—Kyan: Liz, sabes, soñé algo muy loco. Por cierto, ¿dónde estoy?

Dándose cuenta de que estaba en el despacho del duque.

—Kyan: No, no lo soñé. Sí vine a pedirle tu mano a tu padre.

—Liz: Pero tú me habías dicho que lo harías en mi cumpleaños.

—Kyan: Sí, pero quería tener primero el permiso de tu padre porque mi hermana me hizo comprender que tenía que enfrentar al duque primero, para que en tu cumpleaños pudiera sorprenderte con un anillo. 😩

—Liz: Kyan lo mira con ojos de amor , estoy muy sorprendida, aunque me asustaste mucho.

Para el duque, saber sobre los planos de Kyan le sorprendió mucho, ya que cuando él se comprometió con su esposa, solo mandó una solicitud y el marqués la ayudó. Como se hace, claro que después le entregó un anillo y le hizo una propuesta a su esposa, pero él no fue personalmente a hablar con su suegro. Así que permitió que Kyan se casara con su hija, solo con la condición de que la cuidara y que entrenara más, para cuando le tocara proteger a su hija.

A los pocos días, toda la familia se enteró de la golpiza que le dio el duque. Claro que todos se burlaron de él, ya que lo conocen y saben lo perezoso que es en enfrentamientos cuerpo a cuerpo, aunque es muy hábil con la espada.

FIN DEL FLASHBACK

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Kristen estaba sumamente nerviosa. No todo está como esperaba y esto cambia todo. Si solo, si Vanesa no hace lo que debería, cambiaría todo, y el guion se reescribiría. Al entrar e iniciar un nuevo año en la academia, tal vez para muchos era un año más, pero para Kristen, no...

Han pasado casi un mes desde que Kristen regresó a la academia. En este tiempo ha investigado mucho, y se ha dado cuenta de muchas cosas sorprendentes, como por ejemplo que Vanesa en realidad no entró en la academia, ya que su padre ya no era un noble. Así como también que Erick y Adara no se gustan, solo se ven como hermanos, y ambos tienen pareja. La verdad eso le angustiaba, porque no sabía qué era lo que le esperaba en el futuro, así como también los momentos de tranquilidad que tiene, ya que tanta tranquilidad podría traerle un caos.

Así siguieron pasando los días, entre paz y armonía. Cuanto más pasaba el tiempo, más se sentía la oscuridad que se avecinaba.

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En el banquete cumpleaños de liz:

—Kyan: Liz, desde el primer momento en que te vi, supe que eras la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Prometo amarte, respetarte y apoyarte en cada paso que demos juntos.

Liz, con lágrimas en los ojos, respondió con sinceridad.

—Liz: Kyan, tú eres mi mejor amigo y el amor de mi vida. Prometo estar a tu lado en los buenos y malos momentos, y siempre ser tu compañera.

Cuando llegó el momento de intercambiar los anillos, Kyan se arrodilló, sacando un anillo de compromiso que había diseñado especialmente para Liz. Era un anillo de oro blanco con un hermoso zafiro en el centro, rodeado de pequeños diamantes.

—Kyan: Liz, ¿quieres casarte conmigo?

La multitud contuvo la respiración mientras Liz sonreía, asintiendo con entusiasmo.

—Liz: ¡Sí, mil veces sí!

La ceremonia continuó, y al final, el sacerdote los declaró marido y mujer. Kyan, lleno de alegría, levantó a Liz en un abrazo, y la multitud se estalló en aplausos y vítores.

Tanto la ceremonia como el banquete fueron un éxito para Kristen, Adara y Luz, ya que ellas fueron las que organizaron toda la boda, aunque claro, con las opiniones de Kyan y Liz.

Kristen también se iba a encargar de la noche de bodas, y claro, de lo que usaría Liz ese día, ya que quería que pasaran una excelente velada.

Traje que usó Kyan: Un elegante traje de tres piezas en tonos oscuros, con una corbata de seda que combinaba con los ojos de Liz.

Vestido que usó Liz: Un vestido de encaje con un escote en forma de corazón, que caía en una hermosa cola, adornado con delicados bordados.

Ceremonia: Lleno de amor y emoción, con amigos y familiares que compartieron su felicidad.

Banquete: Una cena exquisita con platos gourmet, música en vivo y un ambiente festivo que hizo que todos se sintieran parte de un momento mágico.

En dónde pasarían la noche de bodas: En una cabaña decorada con pétalos de rosa y velas, creando un ambiente romántico.

Lo que usaría Liz en su noche de bodas: Un conjunto de lencería delicada y seductora, que Kristen había elegido con mucho cuidado, asegurándose de que fuera perfecto para la ocasión.

La noche prometía ser inolvidable, y Kristen no podía evitar sentir una mezcla de alegría y ansiedad por lo que el futuro les depararía a todos.