Impura

• Estado, cautiva •

"Cada acción tiene una reacción"

Unos días después

Cada integrante de este grupo ahora estaban en sus respectivos clanes.

Ciro y Harith, pertenecen a el clan Blood shadow

Romy, en Élite.

Río, en Death attack.

Narine, destroyers siendo la mano derecha del líder.

Y Hazel, de Lunatic.

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Mientras tanto en otro lugar, o más bien en otro mundo para especificar el mundo de los humanos.

Un grupo de ellos se encontraba en lo que parecía era una reunión, juntos a ellos estaba la líder de aquel territorio.

Sentada en la punta de la mesa escuchando lo que discutían sus compañeros.

— ¡Esto puede causar un gran conflicto entre los mundos, tenemos que dar marcha atrás! — habló uno de ellos levantando la voz

— Estamos consiguiendo un buen tesoro no podemos simplemente abandonar la misión solo por eso — respondió otro a su lado.

— Es una de nuestras miembros fue secuestrada por intentar saquear territorio impuro que tú ordenaste y no sabemos que podrían llegar a hacerle — replicó de nuevo.

— Y eso que importa, tenemos más personas dispuestas a remplazarla — habló sin interés alguno.

— No es solo remplazarla, es una humana que decidió arriesgar su vida por el bien de nuestro hogar, tenemos que hacer algo para salvarla — dijo cerrando los puños con fuerza a causa del enojo.

— Solo es una simple humana que más da si no podemos salvarla, de todas formas no tiene a alguien quien le tome importancia — se cruzó de brazos.

Antes de que alguien pudiera decir algo más la líder interrumpió golpeando duramente la mesa mientras se levantaba, los que estaban presentes se quedaron en un silencio total.

Acaricio el puente de su nariz cerrando los ojos mientras trataba de pensaba en algo.

— Haremos esto — puso sus brazos sobre la mesa — ustedes seguirán con sus trabajos y yo traeré a la chica devuelta — el chico anterior la miro apenas terminó de hablar.

— Pero, usted no debería hacerlo — contesto rápidamente.

— Es una de mis mejores aliadas no puedo dejar que esos demonios le hagan algo — fue lo único que dijo dirigiéndose a la puerta.

— Pero... —.

— Sin peros, es mi última palabra — salió de ahí sin dejar que nadie pudiera decir nada más.

— ¿Y que comen los humanos? — pregunto Ciro a Río que estaba alado de el mientras observaban a la chica en el suelo.

— Eh, ¿Comida humana? nosé hay que pedir ayuda o si no Hazel nos mata por darle algo no comestible — salió del cuarto.

****************

— Tú — señaló a Romy quien estaba recostada boca arriba sobre la mesa con un libro en su cara.

— ¿si? — respondió sin moverse de su lugar y sin voltearlos a ver.

— Hazel nos encargó que le sirvamos de comer a la humana cuando llegaramos, el problema es que no sabemos que comen — terminó de decir esperando que los mirará.

— Y sabemos que tú tienes conocimiento sobre su especie así que, ¿nos ayudas? — habló está vez Ciro.

Romy se quitó el libro de la cara y se sentó en una esquina de la mesa.

— ¿Y que obtengo? — los miro sosteniendo su mejilla con su mano.

— Por favor siempre nos pides cosas por pequeños favores — se quejó Ciro.

— Te parece un favor pequeño ayudarte a evitar que intoxiquen a la presa por la cual nuestra superior acepto un trato con una impura que no tiene cordura — dijo con una pequeña sonrisa en su rostro.

— Ahg, está bien cuando terminemos de hacer esto te daremos lo que quieras — le dijo Río mientras rodaba los ojos.

— Entonces vamos — salto de la mesa y les hizo una seña para que la siguieran.

****************

Este pequeño grupo cruzó el bosque para llegar a el pueblo.

— ¿Estás segura que sabes dónde conseguir comida humana? porque según yo aquí no venden nada humano — la miro con los ojos entrecerrados.

— No me creas tonta, hay un lugar aquí donde venden cosas humanas ilegales — respondió casual mientras seguía caminando.

Río y Ciro se detuvieron en seco al escuchar lo que dijo.

— Espera, como dices — pregunto Ciro sorprendido.

— ¿Qué estás asustado? — habló Romy en burla.

— No, no es solo que eso de ilegal podría enojar a nuestros líderes si se llegarán a enterar — respondió el con un rostro serio, conocía perfectamente bien los castigos de su líder y no eran nada piadosos.

— Somos demonios es obvio que todo lo que hacemos es ilegal e imperdonable así que no hay problema — siguió con su camino pasando por un largo puente que estaba por encima de un amplio río — además otra regla rota no nos hace daño —.

— Si pero puede causar problemas que unos miembros de los clanes más poderosos estén aquí — habló Río acercándose a la barda de seguridad del puente observando lo extenso de aquel río.

— Uh si, por eso nos cubriremos nuestros rostros. — respondió buscando algo en una maleta, y saco tres mascaras dándoles una cada uno — Usen esto y asegúrense de sujetarla bien —.

Llegaron al final del puente quedaba hacia otro bosque siguieron caminando, cada paso que daban se escuchaban ramas y hojas secas romperse igual el ruido de los pájaros.

Romy que iba al frente de repente se detuvo con su mirada fija en un árbol.

— ¿Qué pasa? — se acercó a ella Río con un tono preocupante.

— Creo que vi a alguien allá — señaló el árbol con su brazo e intento caminar hacia allá pero alguien sostenía su brazo.

— Debe ser un animal salvaje mejor vámonos puede ser peligroso — dijo mientras la empujaba para que continuará con el camino.

A unos metros de ellos justo detrás de ese árbol una figura con capucha se quedó estática observando como se iban perdiendo entre los enormes árboles.

— Estúpida impura —.

El trío había llegado a lo que se veía un pequeño pueblo.

Al contrario de pueblo que fueron hace unos días este parecía un poco más moderno pero eso también habían impuros con mascaras intercambiando cosas y otros peleando entre ellos.

Romy camino a casa que se veía era una tienda muy especial.

— Oye ¿Cuántas veces has venido para acá? — le susurro Río al oído.

— Solo un par de veces a la semana — le dijo igual en susurro ganándose una mirada de reproche de los dos. — mentira, como sea entremos —.

Entraron a la tienda sintiendo un raro aroma que los hizo arrugar la nariz.

Vieron al frente a un impuro alto y fornido que los miraba de una forma extraña.

— ¿Quienes son ellos? —.