Eva Winchester a la edad de 7 años pierde a sus padres quedando al cuidado de sus tíos que la toman como hija adoptiva.
Eva se encierra en su mundo de soledad con el dolor en su corazón por la pérdida de sus padres, donde sus emociones son contradictorias, sobre todo al aislarse de las personas que la rodean.
Llega el momento que alcanza su adolescencia donde ella cree haber encontrado a la persona que le cambiaría la vida... sin embargo, al confiar en la persona menos indicada la llevará a hundirse más en la depresión y la ansiedad.
Su vida dará un giro de 180° donde se muda de país encontrando personas que la ayudarán a salir adelante...
Acompáñame en esta nueva historia donde nos hará erizarnos la piel en apoyo a Eva quien necesita ayuda de urgencia.
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Capitulo 3
Naima:
3:00 am…
PAAM!!! PAAAM!! PAAMM!
Abrí los ojos al escuchar fuertes golpes en la puerta, me senté en la cama mirando a Gian, no lograba comprender que era lo que estaba sucediendo.
PAAM!!! PAAAM!! PAAMM!
Me asusté al escuchar nuevamente los golpes fuertes en la puerta, removía Gian, él logró despertarse apartando rápidamente las sabanas.
Gian: ¿Qué es eso?
Naima: están llamando a la puerta.
Dio pasos apresurados, tomó una playera poniéndosela mientras caminaba hacia la puerta, me levanté en seguita, tomé mi bata poniendo, ataba de un lazo, saliendo de la habitación, mi mirada se fue hacia la habitación donde se encontraba Eva, di pasos lentos, Gian corrió bajando las escaleras, abrí la puerta viendo que Eva estaba completamente dormida, cerré con mucho cuidado, no quería despertarla.
Naima: ¿Quién pudiera ser a esta hora?
Respiré profundamente, me asomé hacia las escaleras viendo a dos personas que estaban con Gian, la luz azul y roja iluminaba dentro de la casa, cubrí mis labios con una mano, negué con la cabeza, Gian pasó su mano por su barba negando con la cabeza, dio la media vuelta mirándome. Mis ojos sin saber lo que había sucedido se iban humedeciendo, bajaba los escalones lentamente, mis piernas me estaban temblando… Gian se apartó de los oficiales llegando al inicio de las escaleras, sus ojos se iban humedeciendo.
Naima: ¿Qué… Que sucede?
Sostuve sus brazos con fuerza, bajó la mirada abrazandome con fuerza.
Gian: Amor… tranquila.
Naima: No… no… ¿Qué pasa? ¿Nelmi? ¿Matteo?
Tragó saliva, removía mi cuerpo empujando a mi esposo, quería que me soltara, él negaba con fuerza, pero necesitaba saberlo, quería escucharlo. Me soltó dando el paso, quedé frente a frente a los dos oficiales, se miraron entre si no teniendo las palabras para decirme lo que estaba pasando.
Oficial: Señora Naima Ferré. Encontramos su contacto en el móvil de la señora Nelmi Winchester.
Tragué saliva mirando el móvil, estaba la pantalla cuarteada, cerré los ojos volviendo abrirlos, mis lagrimas no dejaban de caer… Gian se acercó, no apartó la mirada de mi.
Oficial 2: Lamentamos tener que venir para darles la noticia…
Naima: ¿Qué sucedió?
Oficial: hubo un terrible accidente en la carretera hacia el aeropuerto, el conductor del auto chocó con un trailer de carga pesada. El auto del señor Matteo y la señora Nelmi, estaba en medio y quedó prensado entre el trailer y el auto que los colisionó. Hicimos… (carraspeo) hicimos lo que estuvo en nuestras manos, el paramédico dijo que fallecieron por el impacto, quedando el auto en pésimas condiciones.
Naima: No es cierto… no me diga eso… por favor. Son Jóvenes, mi hermana está embarazada… yo tengo a s… No.
Eva: Tía…
Cerré los ojos bajando la mirada, di la media vuelta mirando hacia la parte de las escaleras, donde Eva estaba paradita con su colchita que su madre le había obsequiado para su cumpleaños, Gian la miraba dio un paso subiendo el primer escalón. Sus ojitos se le iban llenando de lágrimas. No podía verla de esta manera.
Eva: ¿Mamá? ¿Papá?
Mi corazón se hizo en pedazos al escucharla, su voz entrecortada, sus lagrimas se deslizaron en sus mejillas, bajó unos cuantos escalones sentándose mirando a los oficiales.
Oficial: Señor.
Gian: (carraspeo) claro.
Gian se acercó al oficial saliendo de la casa… subí las escaleras mirando a Eva, no dejaban de caerle sus lagrimas, me asenté a su lado pasando mi brazo por sus hombros, la atraje hacia mi, mis lagrimas caían sobre su cabecita. Acariciaba su cabello suavemente.
Eva: ¿Quién cuidará de mi?
Naima: Mi amor, yo… estaré aquí, estoy aquí para ti, nunca te voy a dejar.
Eva: Eres mi tía. Se burlaran de mi en el colegio al saber que no tengo mamá.
Naima: No mi vida, no mi cielo, eso no va a suceder nunca, seré tu madre y Gian tu padre. Solo tú y yo lo sabremos.
Eva: Me dejaron, me dejaron solita.
Negué con la cabeza, era incapaz de darle palabras de animo en estos momentos…
¿Cómo le puedes explicar a una pequeña que ya no estarán sus padres?
La aparté de mi regazo tomando su hermoso rostro entre mis manos, pasé mi dedo pulgar sobre sus mejillas apartando sus lagrimas…
Naima: Mi cielo, siempre has sido como una hija para mi, lo sabes, sabes que te quiero ante todo, has sido la luz que ha iluminado mi vida, te he cuidado desde pequeña, conozco cada sentimiento y cada gusto que tienes, de la manera más inesperada llegaste a mi vida, siendo sincera no recuerdo la primera vez que te conocí por que solo quería tenerte en mis brazos, pero tengo la certeza de que siempre has estado para mí. A partir de ese momento creamos un vínculo muy especial, donde no ha existido nada de rivalidad. Mucho amor, protección y diversión, como si fuera tu madre y tú mi hija.
Bajó la mirada asintió la cabeza abrazando su colchita, levantó la mirada, ahora ella pasó sus deditos en mi mejilla…
Eva: Desde muy pequeña me has enseñado la diferencia entre el bien y el mal, pero lo más importante es que hasta donde mi memoria comienza me animaste a que pensara por mi cuenta pues “nadie más lo tenía que hacer por mí”.
Sonreí entre lagrimas, eso era muy cierto, me gustaba la independencia que ella tenía a pesar de sus apanas 7 años…
Naima: A lo largo de mi vida me he equivocado y caído pero siempre me has sanado las heridas para que pueda seguir caminando. Tu sonrisa Eva y tu compañía me han servido hasta en los mementos de tristeza.
Eva: A ti, mi hermosa tía, que sin ocupar el puesto de autoridad has sido una segunda madre para mí, donde nos hemos divertido, reído y hasta llorado, siempre has sido mi consejera en los momentos que más necesito de una segunda opinión. Contigo he aprendido que mi infancia es una actitud y no importa la edad que tenga, siempre serás la más divertida.
La puerta se cerró, Gian nos miró aparándose las lagrimas, sonrió con tanto dolor, él también quería mucho a Eva, la consentía más que hasta a mi. Subió los escalones sentándose aun lado de Eva, sostuvo su barbilla dejando un beso en la mejilla.
Gian: Eva, no estarás sola, nunca te vamos a dejar. Eres nuestra hija, esta va ser tu casa, es un hecho que tu ti y yo siempre te hemos visto como la hija que nunca hemos podido tener.
Eva: Pero si llegan a traer un bebé con la cigüeña… ¿Me van abandonar?
Gian: Eso jamás… (voz entre cortada) serás el amor de vida, mi princesa, mi sobrina que deseo que siempre siga jugando conmigo, aunque me tenga que poner a jugar a las muñecas.
Naima: Mi amor, todo esto que te decimos es la verdad, vamos a ver por ti siempre, estaremos a tu lado y vamos hacer hasta lo imposible por cuidar de este corazoncito.
Gian se puso de pie, la tomó entre sus brazos, ella rodeó su cintura con sus piernitas, su sollozo me partía el corazón, cubrí mis labios, tenía que hacerme la fuerte no quería que ella me viera con el alma destrozada. Es una niña que apenas empieza a darse cuenta de que la vida no es siempre puede ser color de rosa.
La llevó hacia nuestra habitación… la recostó a su lado. Empezó a contarle un cuento, pero ¿Cómo puedes consolar a una pequeña cuando sabe que sus padres ya no estarán a su lado?
Entrecerré la puerta, reposé mi cuerpo en la pared, reposé mi mano en mi pecho, un dolor terrible se apoderaba de mi.
(…)
Pasaba mi dedo sobre el borde de la taza de café, levanté la mirada viendo a Gian que estaba reposado en el marco de la entrada de la cocina, también él se veía afectado, siempre mantuvimos una unión familiar, Matteo su mejor amigo y con Nelmi siempre la mejor de las amistades.
Gian: No lo puedo creer. Hace unas horas estaban aquí.
Negué con la cabeza bajando la mirada, le di un sorbo a mi café, dejé la taza en el mostrador viendo a Gian que se sentaba reposando una mano en la barra del desayunador, miró hacia la entrada, esperando que Eva no se levantara.
Gian: Hay que apoyar a Eva en todo, aun es pequeña y emocionalmente puede afectarle no contar con sus padres.
Naima: Lo sé. No quiero verla triste, no quiero que piense que está sola en este mundo donde hay mucha maldad y malas personas. ¿sabes? Me dijo que sus compañeritos se burlarán de ella.
Gian: Eso no lo toleraré.
Naima: (carraspeo) Tampoco yo, quiero adoptarla para que nadie se atreva a burlarse de ella.
Gian: si es lo que quieres, vamos hacerlo. Por mi encantado de tener a Eva como mi hija.
Sonreí asintiendo con la cabeza, eso era lo que me gustaba de Gian, su amor y su apoyo más que nada en estos momentos que sabemos que nos necesitará, no para olvidar a sus padres, eso jamás lo permitiría, sino para que tenga a su lado a dos padres adoptivos que darían la vida por ella en todo momento, por que nunca permitiré que nadie la haga sentir menos, que nadie la aparte de su sonrisa o que piense que los otros pequeños por tener unos padres son más que ella.
(…)
Habíamos empezado a ver todos los trámites para la adopción que agradecida con las personas que nos apoyaron para no hacer largo el proceso quedando completamente extraoficial teniendo como clausulas que la información de Eva no podía salir a la luz en que fuera adoptada, así como toda la fortuna de sus padres quedara a nombre de ella, dinero, propiedades y regalías de todo el trabajo de sus padres pasaría a mano de ellas apenas cumpliera la mayoría de edad, así como estaba como su presentante tanto como Gian su apoderado.
Entre los dos seguimos el legado de mi hermana y cuñado, el patrimonio de Eva estaría en nuestras manos y nunca le faltaría nada, claro que no le daríamos todo en cuanto a sus caprichos, los proveedores seguían en el giro de instrumentos médicos así como los clientes que ellos ya contaban.
Sin embargo, Eva aun era poco retraída, tenía sus terapias con asesorías por las tardes, aunque ella mostraba un poco de atención, su mente y su corazón estaba aun en sus padres.
La primaria fue una parte donde se nos dificultó un poco a que se acoplara, no tenía muchas amigas, solo una que hasta el momento era con quien más convivía, pero por azares del destino Jimena tuvo que irse del país por viaje de negocios de sus padres, de nuevo volvía a ser esa niña tímida donde no quería tener a nadie cerca. Prefería mantenerse en manualidades así como en dibujos donde plasmaba a sus padres a base de imágenes que dolían.
La secundaria, era un poco más complicada, ella no daba por querer prestar atención, sus notas, bueno… no eran las mejores, tampoco le exigía un 10 o un 9, para Eva, con que sacara un 6 o 7 con que pasara la materia ya era ganancia, hasta los maestros la reportaban que no quería cumplir las actividades, de novios, pues ni hablamos, para ella no existía nadie a su alrededor, donde era una etapa donde veía que las niñas presumían que ya tenían novio, para ella era todo una pérdida de tiempo.
Gian procuraba no dejarla en la soledad, los fines de semana hacíamos actividades con ella, nunca quería salir de casa, al menos logró terminar la secundaria dando inicio a otra etapa de la vida.
La preparatoria… en la preparatoria, ya llevaba 3 meses, sus actitudes ya cambiaban, se le veía un poco más alegre y con un poco más de entusiasmo en querer acudir, se levantaba más temprano de lo que estaba acostumbrada, creo que todo se debía a que por fin había regresado Jimena donde las dos acudía al mismo colegio. Hasta un celular nos había pedido una portátil, cosa que se le dio, claro que Gian cierto tiempo revisaba que todo lo que tenga no sea perjudicial para ella….
La preparatoria… una etapa que le cambiaría a Eva su vida completamente.
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