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La Sombra Del Olvido

La Sombra Del Olvido

Status: En proceso
Genre:Casos sin resolver
Popularitas:2k
Nilai: 5
nombre de autor: Camila Vegas

En un remoto pueblo donde la niebla nunca se disipa, se encuentran vestigios de un antiguo secreto que atormenta a sus habitantes. Cuando Clara, una joven periodista, llega en busca de respuestas sobre la misteriosa desaparición de su hermana, descubre que cada residente guarda un oscuro pasado.

NovelToon tiene autorización de Camila Vegas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 4: Los Ecos del Sacrificio

La oscuridad envolvía a Clara mientras las visiones se deslizaban a su alrededor, fragmentos de un pasado que el bosque parecía querer compartir y esconder al mismo tiempo. Las imágenes giraban en espiral, dejando a Clara desorientada, tratando de comprender lo que veía: aldeanos reunidos en el mismo claro donde ella se encontraba, sus rostros crispados por el miedo, y una figura encapuchada de pie ante el altar antiguo. En sus manos, un cuchillo de hueso que reflejaba la luz de la luna.

Las voces regresaron, pero esta vez eran diferentes: no eran los susurros seductores de la sombra, sino gritos, llantos de personas desesperadas. Clara sintió un nudo en el estómago cuando una palabra se repetía, una y otra vez, en un tono de súplica y terror: "Perdón."

La figura encapuchada levantó el cuchillo y lo hundió en la tierra junto al altar, con un movimiento ritual que resonó en el aire. Al instante, la visión se disolvió, y Clara se encontró de nuevo sola en el claro, con el altar frío y cubierto de musgo a sus pies. Su respiración era pesada, y su mente bullía con preguntas. ¿Qué había sido aquel sacrificio? ¿Y cómo se conectaba con la desaparición de su hermana?

Clara pasó la mano por las inscripciones del altar, sintiendo las marcas ásperas bajo sus dedos. Aún temblaba por lo que había visto, pero algo en su interior la impulsaba a continuar, a enfrentarse a lo que fuera necesario para descubrir la verdad. Mientras examinaba las inscripciones, sus dedos encontraron una pequeña cavidad oculta en un lado del altar, lo suficientemente grande como para guardar algo.

Con cuidado, introdujo la mano y sacó un objeto envuelto en una tela vieja y deshilachada. Al desenvolverlo, encontró un diario de cuero, con las páginas amarillentas y frágiles por el paso del tiempo. Clara lo abrió con delicadeza, y al leer las primeras líneas, sintió un escalofrío recorrerle la espalda:

*"San Everardo, 1924. La sombra nos pide un tributo. Se alimenta de nuestros miedos, de nuestras promesas no cumplidas. Debemos mantenerla satisfecha, o reclamará lo que más amamos..."*

Clara sintió que el suelo bajo sus pies se volvía inestable. Las palabras escritas en el diario eran como un eco de las advertencias de la anciana, pero mucho más concretas y terribles. Pasó las páginas con manos temblorosas, leyendo entradas que detallaban una serie de rituales llevados a cabo para apaciguar a la sombra. Los aldeanos habían ofrecido a sus seres queridos como sacrificios, convencidos de que así protegerían al pueblo de una maldición inminente. Los rituales se repetían cada generación, y cualquier intento de romper el ciclo había resultado en desapariciones inexplicables.

Clara contuvo el aliento cuando encontró una entrada que mencionaba un último sacrificio. Era de 1924, y hablaba de una joven que había intentado escapar del ritual. La describían con un cariño que contrastaba con la brutalidad del destino que le había esperado. Pero lo que más la perturbó fue que, a medida que avanzaba en la lectura, las fechas se acercaban peligrosamente a su tiempo. La última entrada, escrita en tinta casi desvanecida, tenía un mensaje aterrador:

*"El ciclo debe continuar. Si no, la sombra tomará lo que le pertenece... Y nosotros, sus cómplices, quedaremos atrapados en su abrazo eterno. Ella lo sabe. La sombra ha hablado. Ya viene por la próxima... y su risa se perderá en la niebla."*

Clara cerró el diario de golpe, sintiendo cómo la niebla a su alrededor se volvía más espesa, casi como si estuviera reaccionando a su descubrimiento. De repente, un sonido rompió el silencio: una risa, suave y distante, que se mezclaba con la bruma. Era la risa de su hermana.

—¡Sofía! —gritó Clara, corriendo hacia el lugar de donde provenía el eco. Sin embargo, cada paso la adentraba más en el bosque, donde los árboles se volvían más retorcidos y la oscuridad más intensa.

A lo lejos, vislumbró una figura pequeña y delgada, envuelta en una niebla que parecía brillar con una luz pálida. Clara la reconoció al instante: era su hermana, Sofía, tal como la recordaba, con su cabello largo y su sonrisa inocente. La figura alzó una mano, invitándola a acercarse, pero sus ojos reflejaban algo extraño, algo que no pertenecía a este mundo.

Clara sintió las lágrimas quemarle los ojos mientras corría hacia su hermana. Pero cuando apenas faltaban unos pasos para alcanzarla, la figura de Sofía se desvaneció como humo en el aire, dejando solo un frío terrible y una sombra que se cernía sobre Clara.

La figura oscura, ahora mucho más definida, se materializó ante ella, ocupando el espacio donde Sofía había estado. Tenía una forma humanoide, pero su cuerpo parecía formado de oscuridad líquida, su rostro un vacío en el que solo brillaban dos ojos carmesí. Clara sintió que su respiración se cortaba, el miedo apretándole el pecho con garras heladas.

—¿Qué quieres de mí? —susurró Clara, su voz quebrada por el terror.

La sombra se inclinó hacia ella, y en su mente resonaron las mismas palabras del diario: *"El ciclo debe continuar."*

Clara comprendió de repente. Su hermana no había sido la primera, y no sería la última. La sombra buscaba una víctima más, un tributo que perpetuara el ciclo. Y ahora, Clara era la única que podía romperlo... o ceder a él.

Sintiéndose atrapada entre la culpa y la desesperación, Clara apretó el diario contra su pecho, su única conexión con la verdad que tanto había buscado. Pero antes de que pudiera tomar una decisión, la sombra se abalanzó sobre ella, envolviéndola en un torbellino de frío y tinieblas, y Clara sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies.

En ese instante, entre la negrura, apareció una última visión: su hermana, con los ojos llenos de lágrimas, susurrando una sola palabra que parecía perforar la oscuridad: *"Corre."*

Clara sintió un golpe de adrenalina recorrerle el cuerpo. Cerró los ojos, se concentró en la imagen de su hermana, y con un grito ahogado, se liberó del agarre helado de la sombra, corriendo a través del bosque, con el diario fuertemente sujeto a su mano. A cada paso, la sombra se desvanecía a su alrededor, pero sabía que no estaba a salvo. Solo había ganado tiempo.

Emergió del bosque, el corazón latiendo con fuerza, sintiendo el rocío frío sobre su rostro. Se desplomó en la hierba, respirando entrecortadamente, mientras el sol comenzaba a asomar en el horizonte. Pero sabía que la sombra no había desaparecido, y que el ciclo seguía esperando.

Clara levantó la vista hacia el amanecer, con el diario aún en sus manos, y prometió que haría lo que fuera necesario para poner fin al ciclo de una vez por todas, aunque eso significara enfrentarse al verdadero rostro de la sombra... y a los secretos enterrados en las raíces de San Everardo.

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Francia Silva de Luna
Excelente
Liand AR
Excelente historia ❤️
karen B: Gracias 🙂
total 1 replies
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