Una jovencita hija de uno de los mafiosos más grandes de Italia, nacida de su primer matrimonio y destinada como toda mujer nacida en la mafia a ser moneda de cambio, está comprometida con Reginald Fabrizi, a quien ama y adora.
Reginald Fabrizi Heredero de otra de las mafias de Italia, está enamorado como un loco de Fiorella Cappellari, hija de Francesco Cappellari, pero la envidia de la media hermana de Fiorella hará dudar a toda su familia, incluyendo a Reginald del amor de su amada.
La pobre Fiorella deberá ser fuerte y valiente para poder superar todo lo que le viene, la traición, intriga y la venganza rodeará a esta joven volviéndola capaz de hacer lo que sea para conseguir su venganza, habrá para esta mujer dañada la oportunidad de volver a amar.
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extraño
En el velorio todo es un ambiente serio, hombres vestidos de negro y mujeres con caros vestidos de luto, sombreros elegantes y mallas en su cara, Borys pasó mucho rato con Fiorella, ya que ella misma lo preparó no fue necesaria la autopsia porque todos sabían que iba a morir, estaba en el ataúd solo con el vidrio para que lo vieran se veía tan tranquilo hasta se podía decir que estaba dormido.
La familia de Borys la veían raro como si fuera una arribista, pero a ella le importaba poco, estaba alejada de todos sentada al lado de Borya, quien no dejaría que la trataran mal.
Socios y mafiosos le daban el pésame y algunas palabras referente a que ahora se la podían follar a ella, pero en otro idioma solo que como ella hablaba varios les respondía que ni lo soñarán en sus idiomas y ellos se sorprendían.
—Así que tú eres la zorra que sedujo a mi padre, lo engañaste _ Habló una mujer de canelo rubio y ojos verdes que estaba molesta con ese matrimonio.
—Adara, respeta, no puedes venir e insultarla así._ Dijo Borya.
Adara.
—A ti también te sedujo, le harías eso a tu padre, te revolcabas con esta mientras vivía. —Dijo la mujer.
—De hecho murió mientras los tres dormíamos en la misma cama, soy su viuda y si lo seduje o no eso no cambia que prefirió casarse conmigo y no dejarle su dinero a usted que es su hija. —habló firme, pero ella no la vio a la cara por el velo de Fiorella.
—Tú eres una arribista zorra desgraciada. —Hablo uno de los nietos.
—Y tu un frustrado, mide tus palabras porque no solo tengo dinero, sino el mismo cargo y poder que tu abuelo. —hablo firme.
—Eso lo veremos, una zorra jamás estará al frente. —Habló otro acercándose. Fiorella se levantó y le coloco algo filoso en el abdomen ni se veía, pero sí lo puyó un poco.
—Esta zorra te puede castrar, querido nieto, respeta a tu abuela o te enseñaré cosas que no hizo tu madre. —El hombre abrió sus ojos, nadie se dio cuenta, cualquiera diría que era solamente un pésame y nada más.
Sus nietos no entendieron hasta que vieron gotas de sangre en la camisa del hombre, esta mujer era venenosa y peligrosa.
El velorio siguió en calma muchos nietos del hombre llegaron, hijos y familiares más lejanos, borys tenía dos hijas la que insultó a Fiorella y otra que llegó después llamada Salma está fue cordial con Fiorella y le dio las gracias por haber hecho feliz a su padre en sus últimos días, pues, cuando borys hablaba con ella la felicidad se le notaba.
—Gracias por hacer feliz a mi padre, gracias por estar con él, yo sí te acepto, aunque conociendo a ese viejo zorro algo se traía entre manos y tu tiempo en la familia aún no acaba. —Dijo Salma, ella conocía muy bien a su padre y no daba paso en falso.
—Buenas tardes, señora, yo también apreciaba a mi suegro y de nuestra parte tiene apoyo, soy Salvador Falcone, esposo de Salma. —Se presentó el hombre como de cuarenta y tantos, pero igual de guapo.
Salvador.
—Muchas gracias su apoyo es importante para mí, yo quedé al frente de los negocios de Borys y cumpliré sus deseos, aunque ustedes los conocerán en unos días. —Hablo la mujer.
—Cuando quieras, vienes a casa, quiero que seamos amigas, tú has quedado sola de nuevo y no es justo. —Dijo Salma.
—No está sola, me tiene a mí, pero es bueno tu apoyo, hermana. —Dijo Borya.
Cada mafioso estaba expectante, el poder estaba sin dueño porque una mujer no podría con todo, ellos querían acercarse para poder hacerse su esposo y tener el liderazgo de la mafia roja.
En el entierro ella ya no quería seguir con esa gente que la veía mal, solo quería terminar con eso, luego de las palabras del cura se acercó y le dejo un girasol.
—Adiós mi amado Borys sabes cuánto te amé en poco tiempo y cuánto te seguiré llevando en mi alma. —Decía en voz baja una vez todos se habían acercado y ya estaban alejados.
—Me enseñaste tanto y tu ausencia me pesa viejito, hermoso… Odio tu muerte, pero me queda la tranquilidad de que te vas feliz y te prometo que cumpliré cada uno de tus deseos, así no me gusten. —Siguió.
—Siempre te llevaré en mi corazón mi viejo astuto, te amo. —Dijo y una voz resonó detrás.
—Te enamoraste de un viejo de setenta años o es que tu papel de viuda abnegada es muy bueno. —Ella suspiró y no se giró.
—Si eres otro de sus nietos, sí, soy tu abuela, si me quieres decir arribista, aprovechada y de todo, bien, no me importa, solo déjame con Borys y regresa en unos minutos. —dijo dejando al hombre frío ante su respuesta.
—Vaya… Te enamoraste de mi abuelo, si podía tener sexo aún, aunque era un Ivancov claro que podía. Me pregunto cómo se dejó embaucar así, era muy astuto. Supongo que los años lo volvieron idiota—Dijo el hombre detrás de ella.
—Que parte de, déjame en paz, no entiendes, y no vuelvas a insultar a Borys en mi presencia Imbécil. —Habló la mujer sin su sombrero y sin sus lentes, dándole la cara a ese majadero.
El hombre quedó de piedra y no podía moverse al ver tal mujer hermosa y no solo eso ante él estaba un fantasma, una muerta alguien que lo perseguía en sus pesadillas al pensar que no le ha podido cumplir.
—¿Tú?
—¿Tú.?
Extraño.
Fiorella.
