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Una Vuelta Es Mucho.

Una Vuelta Es Mucho.

Status: En proceso
Genre:La Vida Después del Adiós
Popularitas:6.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Vicky30

Una mujer, una traición, un matrimonio sin amor.
¿Realmente valdrá la pena?....

Espero que esta carta te encuentre bien, aunque mi corazón late con dolor al pensar que ya no estaré aquí para verte sonreír. Si la estás leyendo, es porque mi tiempo se ha agotado y mi cuerpo ya no puede luchar más.

Quiero que sepas que te perdono. Te perdono por todo el dolor que me causaste, por todas las noches que pasé llorando por ti, por todas las mañanas que desperté con la esperanza de que regresaras a mí.

Te perdono por no estar allí para mí cuando lo necesité, por no escuchar mis súplicas, por no sentir mi dolor. Te perdono por dejar que el tiempo y la distancia nos separaran.

Aunque decidí rendirme y dejar de luchar por nosotros, nunca dejé de amarte. Siempre te amé, y siempre te amaré. Recuerdo cada momento que pasamos juntos, cada beso, cada abrazo, cada mirada...

NovelToon tiene autorización de Vicky30 para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 6

Paola se sentó en el sofá de la suite de hotel de Sergio, mirándolo con una expresión seria.

"Sergio, ¿qué pasó con Elena?" preguntó Paola, sin rodeos.

Sergio se encogió de hombros. "No sé de qué hablas, Paola".

Paola se rió. "No te hagas el tonto, Sergio. Vi cómo se fue de la carrera, llorando. Y luego te vi besando a esa... Carola".

Sergio se puso defensivo. "Mis asuntos personales no tienen nada que ver contigo, Paola".

Paola se levantó del sofá y se acercó a Sergio. "Elena siempre ha sido una buena amiga nuestra, Sergio. Incluso cuando no teníamos para comer, ella nos ayudaba. Y tú la tratas de esta manera".

Sergio se cruzó de brazos. "No es asunto tuyo, Paola. Ya te dije que mis asuntos personales no tienen nada que ver contigo".

Paola se enfureció. "¡Eso no es justo! Elena se merece mejor que esto. Y si no te importa ella, al menos deberías pensar en nuestros padres. ¿Cómo crees que se sentirán cuando se enteren de que trataste así a una persona que siempre nos ha ayudado?"

Sergio se puso tenso. "No vas a decirles nada, Paola".

Paola sonrió, con una mirada astuta. "Oh, sí que lo voy a hacer. A menos que tú me digas qué pasó realmente entre tú y Elena".

Sergio se levantó del sofá y se acercó a Paola. "No te metas en esto, Paola. No es bueno para ti".

Paola no se intimidó. "Ya me he metido, Sergio. Y no voy a callar hasta que Elena tenga la justicia que se merece".

Sergio se defendió, intentando calmar a Paola. "Paola, escucha. Elena y yo ya habíamos terminado hace una semana. No hay nada que discutir aquí".

Paola se rió, incrédula. "¿Terminado? ¿Y por qué no me lo dijiste? ¿Y por qué ella parecía tan sorprendida y dolida en la carrera?"

Sergio se encogió de hombros. "No sé, Paola. No es asunto tuyo".

Justo en ese momento, el teléfono de Sergio comenzó a sonar. Miró la pantalla y frunció el ceño.

"Lo siento, Paola. Tengo que atender esta llamada".

Paola se cruzó de brazos, enfadada. "Claro, atiende tu llamada. Pero esto no ha terminado".

Sergio se alejó de Paola y respondió la llamada.

"¿Sí?"

La voz al otro lado de la línea era de su manager. "Sergio, tenemos un problema. La prensa está llamando para preguntar sobre tu relación con Carola. ¿Qué quieres que les diga?"

Sergio suspiró, sintiendo un dolor de cabeza venir. "Diles que es mi novia. Y que no hay nada más que decir al respecto".

Paola, que había estado escuchando la conversación, se enfureció aún más. "¿Tu novia? ¡Eso es una mentira! Elena te ama, Sergio. Y tú la estás destrozando".

Sergio se volvió hacia Paola, intentando calmarla. "Paola, por favor. Este no es el momento..."

Pero Paola ya había salido de la habitación, dejando a Sergio solo con su conciencia.Sergio se sentó en el sofá, intentando procesar lo que había pasado con Paola. Sabía que había herido a Elena, y ahora se sentía culpable.

Sacó su teléfono y buscó el número de Elena. Marcó la llamada, pero ella no respondió.

"Contesta, Elena", dijo Sergio, hablando solo.

Intentó llamarla de nuevo, pero ella siguió sin respondiendo.

Sergio se sentó en el sofá, mirando fijamente el teléfono. Sabía que Elena estaba enfadada, y no podía culparla.

Envió un mensaje de texto: "Elena, por favor, habla conmigo. Necesito explicarte lo que pasó".

Pero Elena no respondió.

Mientras tanto, en su hotel, Elena se había encerrado en su habitación, llorando y sintiendo un dolor intenso en su corazón. Después de ver a Sergio con Carola en la televisión, se sentía traicionada y engañada.

No quería hablar con nadie, ni siquiera con Paola. Solo quería estar sola y procesar sus emociones.

Bloqueó el número de Sergio y se deshizo de todas las redes sociales para evitar cualquier contacto con él. Quería olvidar lo que había pasado y seguir adelante con su vida.

"Estoy mejor sin él", se dijo a sí misma, intentando convencerse de que había tomado la decisión correcta.

Por otra parte Paola llamó a Elena, preocupada por su amiga.

"Elena, ¿dónde estás? Estoy preocupada por ti", preguntó.

Elena suspiró, intentando contener sus lágrimas. "Estoy en mi hotel, Paola. No quiero hablar con nadie".

Paola entendió. "Lo entiendo, Elena. Pero ¿estás bien? ¿Necesitas algo?"

Elena negó con la cabeza, aunque Paola no podía verla. "No, Paola. Solo necesito estar sola".

Paola asintió. "Está bien, Elena. Pero te prometo que voy a hacer algo al respecto".

Colgó la llamada y se dirigió a la habitación de Sergio.

"Sergio, ya sé dónde está Elena", dijo Paola, con una mirada enfadada.

Sergio se levantó del sofá, expectante. "¿Dónde está?"

Paola se cruzó de brazos. "Está en su hotel, encerrada y llorando. Y todo porque tú no hiciste nada para arreglar las cosas".

Justo en ese momento, el teléfono de Sergio comenzó a sonar. Miró la pantalla y vio que era Carola.

"Lo siento, Paola. Tengo que atender esta llamada", dijo Sergio, y le cerró la puerta a Paola.

"¿Sí?" respondió Sergio, contestando la llamada de Carola.

"Hey, amor. ¿Cómo estás?" preguntó Carola, con una voz dulce.

Sergio se sintió aliviado de cambiar de tema. "Estoy bien, Carola. ¿Y tú?"

Sergio terminó la llamada con Carola y se dirigió a la habitación de Elena, decidido a hablar con ella y tratar de arreglar las cosas.

Llegó a la puerta de la habitación de Elena y llamó suavemente. Elena abrió la puerta, pensando que era Paola, pero se sorprendió al ver a Sergio parado en el umbral.

"Elena...", comenzó Sergio, pero ella no le dio tiempo para hablar.

Se puso pálida y su rostro se tensó de rabia. "¿Qué haces aquí?" preguntó, intentando mantener la calma.

Sergio intentó explicarse, pero Elena no quería escuchar. Se dio la vuelta y se dirigió hacia el baño, cerrando la puerta detrás de sí.

"Sergio, vete", dijo Elena, desde detrás de la puerta del baño. "No quiero hablar contigo".

Sergio se quedó parado en la habitación, sintiendo la frustración y la culpa. Se acercó a la puerta del baño y llamó suavemente.

"Elena, por favor. Déjame explicarte...", dijo Sergio, pero Elena no respondió.

Se quedó en silencio, esperando a que Elena saliera del baño y estuviera dispuesta a hablar con él. Pero la puerta del baño permaneció cerrada, y Sergio se sintió cada vez más solo y rechazado.

Después de dos horas de silencio, Elena abrió la puerta del baño, pensando que Sergio ya se habría ido. Pero para su sorpresa, él seguía sentado en la habitación, con una botella de whisky vacía al lado.

Sergio levantó la vista hacia Elena, con los ojos vidriosos y la mirada desenfocada. Estaba claro que había estado bebiendo demasiado.

"Elena...", dijo Sergio, con la voz arrastrada y llena de... irá quizas.

Elena se sintió alarmada al ver el estado de Sergio. "Sergio, ¿qué pasa? ¿Por qué estás así?"

Sergio se levantó de la silla, tambaleándose. "No te amo", gritó, con la voz llena de veneno. "Ya no te amo. Amo a Carola".

Elena se sintió como si hubiera sido golpeada en el estómago. "¿Qué estás diciendo?" preguntó, intentando mantener la calma.

Sergio se acercó a ella, con la cara desfigurada por la ira y la embriaguez. "Te dije que no te amo", repitió. "Carola es la única que me importa. Ella es la que me hace feliz".

Elena se retrocedió, horrorizada por las palabras de Sergio. "¿Cómo puedes decir eso?" preguntó, con lágrimas en los ojos.

Sergio se rió, con una risa cruel y despiadada. "Porque es la verdad", dijo. "Y no hay nada que puedas hacer para cambiarlo".

Elena se derrumbó en lágrimas, incapaz de entender por qué Sergio estaba tan enojado con ella. Se sentó en la cama, con la cabeza entre las manos, y sollozó desconsoladamente.

"Sergio, ¿por qué?" preguntó, entre sollozos. "¿Qué hice mal?"

Pero Sergio no respondió. Solo se quedó parado en la habitación, con la mirada desenfocada y la cara desfigurada por la ira y la embriaguez.

Elena se secó las lágrimas con la manga de su camisa y miró a Sergio con una mezcla de tristeza y confusión.

"¿Por qué dices que no me amas?", preguntó, con la voz temblorosa. "Antes de subirte a la monoplaza, me dijiste que me amabas. ¿Qué cambió?"

Sergio la miró, con una expresión vacía y sin reconocerla. No respondió, solo se quedó allí parado, en silencio.

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