Diana es una mujer de personalidad tranquila y muy trabajadora, pero es alguien solitaria, tiene muchas deficiencias. Hasta que tuvo un accidente.
Su esposo es el protagonista principal de su libro favorito, y ella ¡Es la villana que muere sola al final! Pero, espera ¡Este marido es tan lindo que quiere quedárselo!
¡Qué se pierda la protagonista principal, este esposo solo puede pertenecerle a ella!
No importa si todos la odian, el protagonista masculino nunca lo hará. Pero entre cambios tan inmensos ¿Qué tan fácil es saber sí su amor por él es sincero?
¡Es tan complicado!
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Puedes buscar trabajo como profesora.
Al tener la orden, dos camareros salieron mientras que otros dos se quedaron de pie a unos metros de la mesa, esperando cualquier orden que se mes diera.
-Esposo...- Llamó Diana con suavidad, Diego la miró con indiferencia, esa palabra no sonaba tan mal en los labios de la chica, tan solo qué... no sé sentía acostumbrado a ella.
-Puedes llamarme Diego.- Dijo Diego con un tono plano, viendo como Diana negaba con la cabeza y decía -Llamarte esposo es mejor.
Al escuchar eso, ya no trato de corregirla, simplemente la dejo ser.
-Se supone que los abuelos estarían en casa, pero no estaban ¿Sabes cuándo volverán?- Preguntó Diana en un tono calmado.
Diego la miró con simple indiferencia -Volverán mañana.- Respondió, y como antes, no dijo más de cuatro palabras en una oración.
-Bien.- Asintió Diana, quedándose en silencio, ambos miraron en direcciones diferentes, Diego porqué se sentía algo incómodo y Diana porque se sentía ligeramente sorprendida mientras miraba el hermoso diseño de la habitación.
'El autor si que se esforzó por mejorar estos diseños de fondo. Nunca pensé que en la vida real se verían así.' Pensó la joven con admiración, recorriendo con sus ojos la sala.
Ella estaba perdida en sus pensamientos cuando su celular sonó con urgencia, el ceño de la chica se frunció un poco cuando vio el número que le marcaba.
¿Su mánager?¿Para qué la llamaba tan pronto, no dijo que le daría unos días libres para que se recuperara de la caída? Se supone que eso era lo que le había dicho a la verdadera Diana el mismo día del accidente ¿Entonces porqué la llamaba ahora?
La joven contestó la llamada, llevándola a su oído. En menos de tres segundos, un gritó sonó desde el otro lado de la línea "¡Tú maldita mocosa ¿Cómo pudiste ser tan cruel con tu amiga y tu novio?! ¡Eso no va de acorde a la personalidad que acordamos, un cambio niña, un cambio, sale en el contrato!"
El ceño de Diana se frunció con molestia ¿Cómo era posible que en tan sólo su primer día de estar aquí ya tenía tantas molestias?
Sin embargo, ya que ocupaba el cuerpo de la segunda protagonista y villana, haría que todos pagarán por tratarla mal, se portaría como la villana que todos querían.
-¿No eres solo mi mánager? ¿Porqué me tiene que importar lo que tú digas o pienses? Tu trabajo es únicamente representarme, no corregirme ni educarme, si quieres hacer eso, puedes buscar un trabajo como profesora.- Respondió con pereza Diana.
Nunca le gustó ser intimidada por otros, no importa si es una huérfana, ha luchado por todo lo que quiere por su propia cuenta, es algo que esos niños ricachones no pueden hacer.
No saben apreciar el valor de la vida, no conocen el horrible sentimiento de aguantar hambre por dos días y la fea sensación que tiene el cuerpo al trabajar horas extras durante varios días seguidos.
Era por eso mismo que no toleraba que otros la regañaran, ni siquiera su jefe en su vida pasada se atrevía a tratarla mal por temor a que renunciara.
"¡TÚ..!" Exclamo enojada la mujer al otro lado de la línea, estaba acostumbrada a que Diana le respondiera pero no con tanta intensidad "¿Sabes qué? ¡Renunció, no pienso seguir tolerando tus berrinches! ¡Puedes buscar otra mánager!" Gritó furiosa la mujer, sin encontrar otra cosa que poder decir.
Diana golpeó sus dedos rítmicamente sobre la mesa y frunció el ceño, pesando un poco.
En la historia original, esta mánager nunca apoyó realmente a la villana, si no que trató de llevarla a la ruina de forma lenta.
-Bueno.- Respondió con indiferencia la joven, mirando de reojo a Diego, quien la miraba detenidamente, como si estuviese curioso sobre la conversación.
Los ojos de la chica brillaron con diversión, colocó el móvil sobre la mesa y lo puso en altavoz, dejando escuchar el grito furioso desde este "¡Eres una maldita ingrata! ¿Cómo puedes aceptar así como así mi renuncia? ¡Pero no importa, me vale una mierda!.."
La mujer al otro lado de la línea soltó un feroz gruñido antes de continuar "Ya veré cómo te pudres tratando de buscar a alguien mejor que yo ¡TE HUNDIRAS COMO LA MIERD*, DIANA!"
La llamada se colgó de golpe cuando la mujer terminó de hablar, pues ella misma había colgado.
Diana miró con las cejas fruncidas el móvil, lo hizo a un lado y miró el paisaje fuera de la ventana, cruzando los brazos delante de su pecho, se apoyó en su totalidad al sofá.
Qué palabras tan desagradables dijo esa mujer.
Los camareros casi pudieron ver una sombra oscura proyectarse detrás de la chica, pues a leguas se notó que su humor se volvió sombrío.
Diego la miró con indiferencia, quería decir algo, pero no sabía que decir para consolar a su esposa, de hecho, no le importaba como se sintiera pero temía que ella le dijese a sus abuelos que no la trataba bien y ambos se enojarán con él por no apoyarla.
Él estaba a punto de preguntar sí aún quería que se quedarán cuando la escuchó hablar.
-Ahora puedes ver por ti mismo porqué me quiero llevar bien contigo, aunque no recuerdo a estas personas, puedo sentir que todas son falsas. Hasta ahora, tu eres el único que realmente demuestra querer conocerme mejor...- Dijo la joven sin mirarlo.
Aún así, Diego sabía que ella estaba hablando con él.
-Aun tengo algunos recuerdos pocos claros, al casarnos, me dijiste que podía tener un amante si yo lo quería, resulta que el hombre que me gustaba mucho antes de casarme contigo esta enamorado de mi mejor amiga y ambos se aman...- Ella se quedó en silencio y frunció el ceño, como si se esforzará en recordar.
-...Mi mánager, la que yo elegí, es un asco en su trabajo y yo... soy una estúpida egocéntrica que ama derrochar dinero.- Continuó la joven con un tono perezoso.
Su expresión parecía sombría, pero aún así mantenía una calma extraña, era como si una burbuja estuviese a punto de explotar.
Diego no pudo evitar preocuparse un poco al verla así ¿Ella estaba tratando de recordar las cosas? Por alguna razón, quería detenerla...
aora biene lo buena para esa jente mala