Desde que naci he sido alguien sin suerte en el amor, ya que todos a los que ame me abandonaron o les paso algun accidente, asi aue luego de que cumpli los 28 decidi se un soltero, cuando al fin habia conseguido un trabajo decente una niña se acerco a mi y me dijo:
-quieres ser mi mami?
en ese momento pense, <<que rayos, como puedo ser su madre si soy un hombre>>
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Amenazas
Rápidamente, pasó un mes y me estaba acostumbrando a la vida que tenía en aquella casa, la mayoría de mi tiempo la pasaba junto a Hedone, ella era una niña muy extrovertida amable y que amaba la naturaleza, cada vez que podíamos salir al patio trasero de la mansión.
Pero ese día precisamente Eros llegó enojado a casa, mientras que Hedone y yo estamos jugando a los congelados en la sala, ella se tropezó con su padre y él la tomo por los hombros y gritando dijo:
¿¿-mierda, a caso no recuerdas que tienes prohibido correr dentro de casa?
Hedone con los ojos llorosos dijo:
-pe... perdón papi.
-para que diablos pides perdón si no vas a cumplir las reglas.
-papi...
-vete a tu habitación ya.
En cuanto vi a Hedone así de triste corriendo a su habitación, le grite:
- qué diablos te pasa?
- no te metas, tú no eres nadie.
- soy quien cuida a tu hija y quién está al pendiente de ella todo el día, porque tú en el último mes no has puesto ni un solo pie en su habitación, tampoco me has preguntado cómo está, ni te has preocupado por ir a verla.
- tú no tienes derecho en decirte nada, porque tú no eres nadie simplemente eres un empleado más de esta casa.
- es cierto soy un simple empleado, sin embargo, este simple empleado se preocupa más por tu hija que tú que eres su padre.
- es cierto yo soy tu padre y, por lo tanto, puedo hacer lo que se me dé la gana.
-que maldito eres, ahora entiendo por que la madre de Hedone se fue, yo hubiera hecho casi lo mismo, lo unico que hubiera cambiado es que me hubiera llevado a Hedone.
-no te atrevas a hablar de él, tú no conoces las circunstancias por las que sucedió eso.
- es cierto no sé nada sobre eso, pero tu actitud y la forma en la que tratas a los demás hace que me da una idea del porqué él te abandono.
- no me provoques, porque no sabes cómo soy cuando estoy enojado.
- estoy tonto de tu maldita manera de actuar, así que más te vale que seas bueno con tu hija, por qué decir verdad pronto voy a a perder la paciencia.
- pobre empleado me está amenazando, ja, eso jamás me había sucedido, sí que tienes agallas.
En cuanto dijo eso me acerque a él lo suficiente como para que nuestras respiraciones se mezclaran y mirándolo a los ojos dije:
-puedo ser un simple empleado, pero durante el último mes descubrí que su hija tiene depresión y crisis de ansiedad y todo se debe a usted, un adulto inmaduro e irresponsable que solo se ocupa del trabajo y olvida por completo a su hija, siendo sincero creo que usted no merece ser padre.
-mira, mira, ya me cansé.
Eros me tomo por los hombros y agarrándome fuertemente dijo:
-ya se me acabo la paciencia, te soporté solo porque mi hija te quería como niñero, pero prefiero sus rabietas a tener a un maldito inútil y entrometido.
-que me va a hacer?, ¿despedirme?, hágalo, no me importa, lo único que me dolería de ser despedido es dejar a esa niña pequeña al cargo de un inútil poco hombre y mal padre.
-soy lo suficiente mente hombre como para doblegar a otro del mismo género y hacerlo cumplir mis órdenes sin importar que sea.
-cuando digo poco hombre no me refiero a su falta de poder, sino a su falta de responsabilidad.
- lárgate de mi casa.
- bien me iré, pero antes tengo que decirle otra cosa más.
-que?
- su hija me dijo que su madre la odiaba y la evitaba a causa suya y que odiaba tanto que él solo verlo le provocaba asco y que se enojó solo lo sentía por usted si no también por ella, y todo gracias a lo que usted le hizo.
Al escuchar eso él me empujó contra la pared y me gritó:
- si quieres saber lo que le hice a él para que así también me odies, pero esta vez lo hagas de verdad?
- no te atreverías.
- pruébame, creo que esta sería capaz de hacerte un hijo a ti también.
Lo escupi, le di una patada en la ingle y le dije:
- Primero te mato.
luego de la patada logré soltarme de su agarra y me fui corriendo de la habitación de Hedone, alli la encontre acurrucada en un rincón abrazando un oso de peluche mientras lloraba.