Luego de ser traicionada por su mejor amiga y su prometido, Bella busca la manera de vengarse de las personas que una vez quiso como a su propia familia.
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capítulo 24
Pronto ambos nos estábamos dirigiendo hacia el restaurante y al llegar mi hermano como me lo había prometido se quedó en el estacionamiento esperando a que yo terminaré de hablar con Vladímir.
Cuando llegue al restaurante pude ver a lo lejos a Vladímir con la carta en sus manos y pidiendo algo al mesero levantó su vista y fue entonces donde me vio. Camine más que nerviosa hasta llegar junto a él y extendiendo mi mano, lo saludé.
— Señor Salvatore, buenas tardes.— Vi como sus hermosos ojos mieles me miraron de pies a cabeza y con una sonrisa en sus labios correspondió a mi saludo.
— Buenas tardes, Bella, veo que el cambio de aires te asentó muy bien, te ves preciosa. Por favor toma asiento
Podía sentir como mi rostro se había empezado a ruborizar, no entendía por qué, ya que nunca había sido alguien que se intimidara fácilmente.
Desviando la mirada tomé asiento y Vladímir fue quien comenzó la conversación.
— Vi tu desfile, me alegro saber que te estaba yendo bien.
— Sí, trabaje duro para poder cumplir mis mestas.
— Ya veo, y sé que es así, ya que por lo que pude escuchar tus diseños son todo un éxito.
Veo como el mesero trae una botella de agua con gas y dice.
— Desean ordenar o...
— Sí...— dije rápidamente para luego tomar la carta y cubrir mi rostro con ella. Sentía muchos nervios de estar frente a este hombre y aunque él estaba siendo amable con sus comentarios, quería comer algo antes de que el momento de darle la noticia llegara — Bien, quiero una porción de pastas, una porción de canelones de verduras con salsa blanca, pero sin queso y unos Sorrentino con salsa boloñesa y para tomar solo voy a beber agua sin gas.— Veo que en la carta no está la sección de postres y mirando al mesero digo.— ¿Y la carta de postres?—Bajo la carta y al ver el rostro de ambos caballeros digo.— Es que este es mi restaurante favorito, no puedo decidirme por un solo platillo.— Sonrió algo apenada y Vladímir entregándole la carta al mesero dice.
— Pediré lo mismo que ella, y cuando traiga nuestras órdenes no olvide la carta de postres por favor.
Veo como el mesero asiente y marchándose con dirección a la cocina se pierde de vista. Pronto el silencio vuelve a invadir nuestra mesa y Vladímir al verme tan nerviosa dice.
— ¿Sucede algo? Te veo algo nerviosa desde que llegaste aquí.
Cerré los ojos y dije interrumpiendo sus palabras.
— Sí... tengo algo que decirte, pero primero me gustaría comer antes de tocar el tema.
Veo como asiente levemente y cambiando nuevamente de tema dice.
— Muy bien, no hay problema...
Pronto el silencio volvió a la mesa y mirándome hacia la ventana dije.
— Es un día precioso.
— Sí... lo es.
Volví a mirarlo y pregunté para matar el tiempo antes de que nuestra comida llegara.
— ¿Y qué te trae a Italia?
— Negocios, estoy interesado en invertir en un proyecto hotelero, aquí en Milán. Uno de mis socios de Miami me comentó de este proyecto y al ver los números y la viabilidad, decidí viajar para verlo yo mismo.
— Ya veo, ¿entonces estarás aquí por un tiempo?
— De hecho aún no lo he decidido, debo dejar todo organizado en casa antes de poder tomar esa decisión, pero la idea sería poder estar en todo el proceso desde el inicio.
Veo como pronto nuestros platos llegan y al ver las porciones que servían en ese lugar, Vladímir me miró sorprendido al ver todo lo que había pedido, pero al ver mi emoción al mirar toda esa deliciosa comida, sonrió.
— Muchas gracias — Dije recibiendo mis platos y luego el mesero me entregó la carta de postres y dejándola a un lado dije — en cuanto termine, te vuelvo a llamar.
El mesero solo asintió y sin decir ni una palabra se marchó.
— Muy bien, espero que disfrutes tu comida.— Asentí olvidándome de las miradas curiosas que miraban con dirección a nuestra mesa y disfrutando mi comida dije.
— Mmm... tienes que probar estos fideos, son los mejores. — Vladímir no dijo nada, pero pronto comenzó a comer al igual que yo.
Ambos seguimos hablando de nuestros futuros proyectos hasta que de pronto Vladímir dijo.
— Bella el motivo por el cual te pedí vernos es porque te he extrañado. — Veo como levanta su mirada del plato y mirando directamente a mis ojos dice.— Sé que fui un tonto al dejarte ir aquel día así... no espere no verte más. Fui a buscarte al día siguiente, pero los custodios que quedaron en tu casa me informaron que tanto tú, como tu familia se había ido y que no iban a regresar por un largo tiempo. ¿Por qué no me lo dijiste?
— Tú sabías que pronto me iría...— Vi como guardo silencio y agregué — ese día había ido a despedirme, quería estar contigo una última vez antes de irme para no extrañarte tanto. — Bajé mi mirada al sentir la mirada penetrante de Vladímir, ya que me ponía nerviosa qué me mirará fijamente.– No sabía si iba a funcionar lo nuestro a larga distancia, pero luego paso el incidente con Verónica y... creo que me tomé de eso para convencerme de que lo nuestro no iba a funcionar.
Vi como Vladímir intento tomar mi mano y apartando la mía agregué.
— No me arrepiento de la decisión que tomé, aquí pude cumplir mi sueño y reunir a mi familia. Tal vez no lo tenga todo, pero estoy feliz de alejarme del lugar donde tantas personas me hicieron mal.
Vladímir vuelve a tomar la compostura y contesta.
— Luego de ese día no he vuelto a ver a mi hermana, entendí lo mal que estuve contigo cuando te fuiste. Bella no te pido que me perdones pero...
Al ver que la comida me estaba empezando a caer mal dije cortando sus palabras.
— Estoy embarazada.
Vi como sus ojos se abrieron y analizando mi rostro dijo.
— ¿Qué acabas de decir?
— Estoy embarazada Vladímir, tengo tres meses de embarazo.
Veo como baja su mirada a mi vientre y mirándome fijamente por un instante dice.
— ¿Es mío?— Pregunto aun con su mirada en mi vientre y fue entonces que asintiendo dije.
— Sí... entiendo si no puedes creer lo que te digo — Mis lágrimas estaban a punto de salir y agregué — Ni yo puedo entender aun como fue esto posible, pero acabo de enterarme y...
— ¿Acabas de enterarte?
— Sí... con todo esto del desfile, la semana de la moda y mi trabajo. No me di cuenta de las señales hasta que los síntomas aparecieron.
Veo como aun sin poder salir de su estado de shock dice.
— Vaya...no me esperaba esto...– Veo como por fin levanta su mirada y al ver como estoy a punto de llorar. Se levanta de su asiento y entregándome su pañuelo se agacha a mi lado y dice.— Lo siento, perdón... no sé qué decir...
Tomé su pañuelo y limpiando mi nariz digo.
— Yo me sentía igual, Vladímir tú y yo siempre nos cuidamos — Diciendo eso último por lo bajo agregué — No entiendo como pudo pasar esto.
Veo como desvía su mirada y contesta.
— No lo sé, pero... espera un momento, ¿ibas a ocultarme esto?
Mire con culpa su rostro y conteste.
— ¿Qué querías que hiciera? Tenía miedo, apenas nos conocemos y... tenía miedo de que tú creyeras qué te estaba engañando. O que tampoco quisieras a los bebes.
Pronto todo el autocontrol qué estaba manejando Vladímir se esfumó y mirándome seriamente dijo.
— Eso es lo que piensas de mí Bella. — Veo como vuelve a tomar asiento frente a mí y agrega— No soy un mal hombre Isabela, no sé que tipo de concepto te has creado de mí, pero no voy a dejarlos desamparados, ni a ti, ni a nuestro hijo. No te voy a mentir me toma por sorpresa toda esta situación, pero voy a hacerme responsable de ustedes...
— Yo no te estoy pidiendo eso Vladímir. Tampoco pienso que seas un mal hombre, es solo que toda esta situación es muy inusual. No quiero que te sientas comprometido conmigo, solo te pido que estés presente en la vida de nuestros hijos.
— Espera ¿Hijos?
Veo como el rostro de Vladímir pierde aún más color y contestó.
— Son dos...
Y sin poder terminar de decir las palabras veo como Vladímir se levanta de la mesa y se dirige rápidamente hacia los sanitarios. Mire a mi alrededor y al ver que el restaurante estaba casi vacío suspiré aliviada, no quería que estuvieran observando toda esta situación.
Al ver que aún quedaba comida en mi plato, termine de comer para calmar la angustia que estaba sintiend. Al cabo de unos minutos vi venir a Vladímir más blanco que un papel. Al verlo así dije.
— ¿Te sientes bien?
— Sí... creo que la comida me cayó mal.— Veo como me mira, y al observar que aún seguía comiendo y digo.
— Lo siento, pero... estos niños tiene hambre hasta en las peores situaciones. Literalmente estoy comiendo por tres, pronto estaré rodando.
Veo como sonríe levemente y tomando un poco de agua contesta.
— Termina de comer Bella, no te preocupes por eso, yo creo que te ves mucho más hermosa.
Me volví a ruborizar y desviando la mirada, volví a tomar mis cubiertos para terminar mi comida. Estaba más que preocupada por toda esta situación, pero al ver como la mirada de Vladímir después de haber hablado por un instante se suavizó, me quedé más tranquila.
No sabía que esperar de él en este momento, pero iba a tranquilizarme un poco antes de terminar con nuestra conversación...