Después de una tarde de amor pasión Hannah desaparece de la vida de Sebastián, dejándolo sumido en la más cruel desesperación. Pero él no escatimará en gastos, ni en esfuerzos para traerla de regreso a su vida. ¿La traerá para amarla o para hacerle pagar todo su dolor?
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CAPÍTULO 7
Hannah le hizo una señal de adiós al viejo y le cerró la puerta. Ella se recostó de la puerta y suspiró.
Hannah no podía negar, sentirse agradecida por tener un mes más de vida y al final de todo le pedía perdón a Dios por haber renegado de la vida y de haber deseado morir. Pero la última palabra no estaba dicha. Ella también era hija de la misma manipuladora que su hermana. Entonces, sacará la casta y usará todo su esfuerzo para salvar su vida y la de su hermano.
Hannah se observó al espejo y una sonrisa perversa se dibujó en su rostro. Entonces ella buscó entre su equipaje un sexy y elegante traje de baño y se cambió. Tomó una bata de baño y se cubrió hasta llegar a la piscina.
Ahí descubrió su cuerpo y se lanzó en la piscina, ante la mirada de sorpresa de todo el personal de seguridad y de servicio.
Pero sobre todo, ante unos ojos que la vieron con malicia. La mujer, sin disimulo, ni demora, corrió escaleras arriba y llegó hasta la habitación de la gemela enfermiza.
—¡Mi niña! ¡Mi niña! E-esa mujer es idéntica a usted. Está en la piscina. ¿Qué te parece mi niña?
—¿Se está bañando en la piscina? —le preguntó Alexia con un tono de reproche.
—Sí, mi niña
—¿Y dónde está mi padre?
—En su despacho. Mi niña, ¿necesita hablar con él?
Alexia asintió ante la pregunta de la mujer y está sin demora, tomó el teléfono interno de la mansión y se lo entregó a Alexia.
La joven sin perder tiempo le marcó a su padre, al tercer tono escucho la voz de su padre del otro lado.
—Papito lindo. ¿Cómo estás? —le preguntó Alexia a su padre usando esa voz de niña mimada con la que lo manipulaba cada día.
Alexei suspiró y se sirvió un trago de whisky antes de responder, conocía perfectamente a su pequeña y sabía que un reproche se aproximaba. Entonces se preparó mentalmente para escucharlo y soltó el aire que tenía retenido.
—Muy Bien, mi princesa ¿y tú?
—Papito. Sabes que no puedo tener cambios emocionales y me haces enojar, ¿papito ya no te interesas por mi salud? ¿Acaso como recuperaste a la impostora, ya no me quieres? —le preguntaba Alexia, ya envuelta en lágrimas.
Alexei suspiraba con cada oración de reproche, pronunciada por su pequeña. Él no soportaba oírla llorar. Entonces, decidió tratar de calmarla.
—Alexia, tú eres mi vida. Eres lo más importante para mí. ¿Por qué estás tan molesta, amor?, ¿Qué te puso tan triste? —le preguntaba Alexei tratando de sonar lo más dulce posible.
Pero Alexia sollozó al teléfono y Alexei colgó la llamada, para correr hacia la habitación de su pequeña princesa.
Alexei llegó y la encontró refugiada en los brazos de su Nana. Alexia apenas lo vio entrar, soltó el cuerpo de la mujer y se aferró a su padre. Alexei levantó a su hija y la sentó en su regazo como si tuviese cinco años.
Él le tomó ambas mejillas y le limpió sus lágrimas.
—No llores, mi princesa. ¿Dime por qué lloras?
Alexia se aferró a la camisa de su padre y sollozó una última vez, para responderle con su voz ronca de tanto llorar.
—Ver a esa mujer tan hermosa, tan sana, luciendo su hermoso traje de baño en la piscina. Me lastima. Porque mientras ella está llena de vida, yo soy un maldito despojo humano, un saco de huesos. Mírame papito, mírame lo horrible que soy. —le decía Alexia, acariciando las mejillas de su padre, para obligarlo a verla a la cara y abriendo un vacío en el estómago de su padre y una punzada en su corazón.
El viejo Alexei sintió rencor hacia Hannah. No entendía que tan difícil fue cuidarse de la mirada de su hermana. Pero entonces Alexei se detuvo en sus propios pensamientos y después de hacer un minuto de silencio, cayó en cuenta de que, desde esa habitación, era imposible ver hacia la piscina. Entonces, fijó su mirada en la mujer que estaba a su lado.
Entonces Alexei acostó a su pequeña en la cama y salió de la habitación, pero no sin antes tomar a la Nana por el brazo y sacarla arrastras de la habitación.
La mujer sintió un frío recorrer la espalda. Al sentir la presión en su brazo y el jaloneo agresivo que su jefe le estaba dando.
Así la atrajo hasta que logró cerrar la puerta y sacó su arma para colocarla en la cabeza.
—Si vuelves a lastimar a mi hija. Te mataré. Con tu chisme solo lograste que se deprimiera aún más. Marie, no tomes en vano mis palabras. Al final del día, ellas dos son mis hijas y las cosas pueden cambiar aún. La última palabra no está dicha aún.
La mujer entendió perfectamente lo que trató de decirle Alexei y frunció el ceño. Pero no sé atrevió a reprocharle nada. No con un arma en su cabeza y con este hombre en este estado. Los ojos de Alexei, estaban llenos de odio.
Alexei sintió a la mujer temblar a través de su agarre y la soltó bruscamente, antes de volver a amenazarla.
—Estás advertida. No te metas entre mis hijas o perderás la cabeza.
Alexei se alejó y se dirigió a la piscina. Ahí pudo observar a su hija tomando el sol.
Alexei no pudo evitar recorrer el rostro de su hija. Él detalló sus gestos. Era increíble el gran parecido que había entre sus hijas y a la vez, la gran diferencia que tenían.
Hannah era una mujer altiva, orgullosa y arrogante, capaz de convertirse en una leona por defender a su hermano.
Mientras que Alexia, siempre fue frágil, sobreprotegida y mimada. Y este comportamiento no se derivaba solo de su enfermedad. Ella siempre había sido así. Definitivamente, ellas eran polos totalmente puestos.
Alexei no pudo evitar sonreír, con orgullo al ver a Hannah jugar con las uvas, ella las lanzaba hacia arriba y las atajaba con su boca. Era un comportamiento un tanto infantil, Pero Alexei en este juego era el mejor.
kmo todo trabajo de esta bella escritora.
Nunca nos decepciona y sus trabajos son bellísimos
Al final Se llama Sebastian Jr o Bastian el otro bebé ?