Alianza Con El Mafioso 2... La Niña De Mis Pesadillas.

Cuando al fin se separaron casi sin poder respirar, Lucia abrió sus ojos asombrada, sus mejillas estaban encendidas a más no poder y su pecho agitado subía y bajaba casi sin control, jamás nadie la había besado de esa manera.

—Eres tan hermosa, tan increíblemente perfecta que aún no puedo creer que me ames y que me aceptes a tu lado para siempre—susurró Danilo sobre su boca antes de acechar nuevamente esos labios que se estaban convirtiendo en su mayor adicción.

Lucia no pudo evitar gemir de placer, él movía sus labios con precisión. Sabía exactamente cómo recorrer cada rincón de su boca y rozando  el paladar de la joven con la punta de su lengua  la hizo reír.

Nuevamente se separaron pero esta vez fue un beso totalmente diferente, un beso donde comenzaban a disfrutarse, donde los miedos y la timidez quedaban de lado para dar comienzo a lo que realmente sentían. Amor y pasión.

Danilo recordó de repente que Loreta estaba esperando en el pasillo, así que sintiendo mucha pena le dijo.

—No quisiera apartarme jamás de tu lado, pero ya es tarde y debo marcharme.

—No lo hagas, quédate está noche conmigo —suplicó mientras lo abrazaba.

—Lo lamento, pero le prometí a Loreta que solo estaría un momento hasta que te tranquilizaras, mientras que ella  toma un café en la sala de espera sin embargo debe estar impaciente por ingresar a cuidarte.

Ella cambió su semblante, se puso tensa, recién ahora se daba cuenta que debía enfrentar a su familia y comunicarles que entre ambos había comenzado una historia totalmente diferente y dudaba de tener el apoyo de su hermana. Loreta siempre la trató como una niña pequeña y ahora que mantenía una relación distante y poco cordial con Danilo eso lo complicaba todo. Suspirando profundo, recostó su cabeza sobre el pecho de Danilo y murmuró.

—Loreta no va a aceptar nuestra relación, ni se imagina que nosotros nos amamos.

—No te preocupes por eso, tu hermana ya sabe que te amo

—¡¿Qué, cuándo, cómo?! —preguntó desconcertada e incorporándose de repente.

Danilo se sentó al igual que ella, respiro hondo y tomando su mano entre las suyas le comentó

—El día que te marchaste mi mundo se derrumbó por completo, todo me estaba saliendo mal y fui a la mansión, Loreta me recrimino mi comportamiento y me hizo jurar que te dejaría en paz y eso hice. Sin embargo el corazón le ganó a la razón y fui hasta el aeropuerto dispuesto a detenerte, confesarte mis sentimientos pero entonces te vi con tus amigos. Estabas tan radiante, sonreías feliz y era obvio que estabas ansiosa por dejar Italia. Era  tanta tu emoción que no pude acercarme. No podía arruinar tus sueños solo por mi egoísmo, ya te había causado mucho daño y solo le pedía a Dios que algún día puedas perdonarme —dijo llevando la mano de la joven hasta sus labios y besando su palma con ternura, en modo de arrepentimiento y continuo—. Cuando desapareciste de mi vista en las escaleras mecánicas ya no tuve la oportunidad de confesarte cuánto te amaba y era lo mejor, me sentí morir pero al menos uno de los dos sería feliz—dijo mientras jugaba con sus dedos.

—Te sacrificaste por mí.

—No diría que fue un sacrificio, si no un castigo. Debía pagar de alguna forma todo el mal que te hice. Debí reparar mi error y lo mejor era dejar que partieras sin saber que te amaba. Eso solo te hubiera confundido, alterado emocionalmente y no tenía sentido arruinar tu futuro solo por mí —explicó su punto de vista y se encogió de hombros.

—Dany, sí me hubieras dicho algo, me hubiese quedado. Creo que me enamoré de tí desde el primer día que llegué al penthouse. Hasta ese momento nunca nadie me había tratado como lo hacías tú. Nunca sentiste lástima por la niña traumada y siempre trataste de que tenga una vida normal.

Él sonrió tiernamente recordando la primera vez que la vio con sus ojos grandes y sus rizos desordenados sintiendo temor hasta de respirar.

(Foto del recuerdo)

—Por esa razón no lo hice, de cierto modo sabía que lo nuestro no solo era un cariño fraternal, tú forma de actuar cada vez que alguna mujer se acercaba a mí me hacían sospechar de tus sentimientos, pero me negaba aceptarlo. Tú eres mucho más joven, con todo un futuro por delante y no deberías fijarte en mí.

—Pero lo hice.

—Y eso me encanta —respondió besando suavemente sus labios.

—¿Qué pasó después?

—Una vez que el avión partió, me quedé estático mirando el cielo con la tonta ilusión de que diera la vuelta y  tú regresaras a mi lado, sin embargo eso no sucedió. Así que esa noche volví al casino y digamos que tomé un poco de más. No aceptaba la idea de que te marcharas sin siquiera decirme adiós, y al mirar por el ventanal vi a una mujer bailando con un vestido similar al tuyo y me volví completamente loco de celos. Necesitaba corroborar que no te habías llevado ese vestido a la misión, no quería que ningún hombre te viera con él, ya que te veías increíblemente sexi. Borracho y  con el corazón herido fui a la mansión e hice un gran escándalo en tu cuarto, prácticamente arruine tu closet —confesó mientras ella lo miraba anonadada— . Entonces le confesé a Dimitrio mis sentimientos entre lágrimas. Me veía como un tonto, llorando por amor.

—¡Oh por Dios, debió matarte a golpes! Ustedes son unos salvajes al momento de defender a los que aman.

— Al contrario, él me apoyó, sabía que jamás había estado enamorado de nadie y comprendió que por eso actuaba tan irracional, pero Loreta, mi mejor amiga me dio la espalda. Ella no confía en que realmente te amo y la entiendo. Mi pasado me precede pero juro que por tí cambie. Ya no salgo de fiestas en busca de mujeres, no necesito tener sexo solo para satisfacer una necesidad biológica. Ahora solo quiero hacer el amor, quiero tocar el cielo con las manos y arder en el infierno todo al mismo tiempo y sé que solo lo conseguiré contigo. Quiero amarte todas las noches de lo que reste de mi vida, encenderte con solo una mirada y que desees amarme tanto como yo lo anhelo.

Las mejillas de la joven cambiaron de color, Danilo podía ser muy directo y decir las cosas de una manera que realmente le afectaba. Bajando la vista, suspiró profundamente, ella temía no estar a la altura de sus expectativas y susurró

—Esa es mucha presión, no estoy segura de lograrlo. Jamás lleva a nadie al cielo ni mucho menos al infierno todo al mismo tiempo.

Danilo sonrió al escuchar esas palabras, le levantó el mentón con suavidad, la obligó a mirarlo a los ojos y le dijo con una voz ronca y cargada de deseo al ver sus mejillas encendidas por la vergüenza.

—Pequeña, con tan solo un beso ya lo lograste, eres increíble —murmuró antes de besarla una vez más con infinita pasión, haciendo que su cuerpo ardiera de deseo al igual que el de ella.