Doctora O

El capitán del equipo es francés, es cirujano y es el mayor.

- Bonjour le monde (Buenos días, gente)

- Bonjour chef – saluda Audrey (Buenos días, jefe)

- On va a voir une petite reunion tous les deux. (Vamos a tener una pequeña reunión los dos)

- On y va. (vamos)

Audrey habla francés sin problemas, pero haré la traducción del resto de la reunión para que no se le haga difícil la lectura. Para Audrey es normal tener reuniones previas al trabajo. Se van a conversar en la cocina, aprovechando que nadie más se ha levantado.

-Toma asiento. – la invita - ¿Un café?

- Si, gracias.

Le sirve el café, se sienta a su lado y conversan.

- ¿De dónde conociste el chino ese?

- En el seminario internacional, en Dallas. Es surcoreano.

- Lo estuve observando ayer, se defiende, pero se nota que es su primera vez.

- Dice que quiere aprender.

- ¡Ja! – despectivamente lo ve como una excusa – ese chino no vino por amor a la medicina, él no ha venido para aprender, él está aquí por amor a la carne.

- Tonterías – Audrey pone ojos en blanco.

- Escúchame bien, ese chino está aquí por ti.

- ¿Cómo puedes estar seguro de eso?

- Al ir a dormir me fui a su lado para vigilarlo un poco y ¿qué crees?

- Yo que sé, yo estaba en el otro extremo.

- Pues el chino se la pasó sonriendo como idiota balbuceando tu nombre.

- Ni siquiera nos conocemos.

- Ese asiático está enamorado. Así es el amor, para él, tú eres su amor a primera vista. Déjame decir algo y que quede bien claro, cuando una persona está enamorada hace estupideces y todo lo ve romántico incluso para la otra persona

- Te equivocaste, ahorita lo mando de regreso a Estados Unidos.

- Tiene conducta de gente rica, así que será difícil, porque ellos siempre van a obtener lo que quieren.

- Acertado, él tiene riquezas, pero yo no soy mercancía.

- Vas a caer Audrey. Los asiáticos son terribles cuando se enamoran.

- ¿Tú qué sabes de la cultura asiática?

- Soy viejo, pero no estúpido, todavía me funciona el olfato.

- Ok. - se rinde.

- Si quieres ganar esta guerra, tendrás que huir.

Audrey se ríe a carcajadas, se burla de la seriedad con la que le hablo el cirujano francés.

- Ríe, Audrey, ríe. Ya te voy a ver en brazos de ese chino.

Audrey no se detiene, es más, ríe más fuerte y con mucho gusto. En cambio, el viejo cirujano mueve negativamente la cabeza, se pone de pie y se va, pero al llegar al umbral le dice con voz de mando.

- Son las siete y el desayuno no está listo, date prisa.

Esa frase fue sumamente efectiva, Audrey dejó de reír y de inmediato se alista para preparar el desayuno. Media hora después, todos sentados sobre la mesa esperando a ser servidos, pero Hyun Joong ayuda a Audrey a servir, lo hace bien como si hubiese trabajado de mesero.

Después del desayuno, fueron a la posta médica para cumplir con su turno laboral, todo empieza bien, los tanques tienen agua, han traído baterías cargadas por si se va la luz, después de realizar el chequeo de rutina, abren las puertas para atender al público.

La mañana se desarrolla con normalidad, conforme avanza la tarde los doctores están incómodos, muchos se rascan la cabeza, todos piensan que es el sudor y la arena. Al finalizar, el día les pareció muy raro que la cabeza pique tanto.

- Doctora, - Hyun Joong se le acerca – No se rasque demasiado, eso puede provocar llagas.

- No soporto la picazón.

- ¿Me permite revisarla? Solo para asegurarme que no haya heridas en caso las hubiera, curarlas.

- Está bien.

Hyun Joong le ofrece el asiento, y le revisa el cuero cabelludo. Hay heridas, pero también hay malos inquilinos.

- A parte de heridas, hay inquilinos indeseables.

- ¡Ay, Jesús, María, José y su burro! Los piojos. – Ahora levanta la voz para que todos la escuchen – Chicos, estamos infectados de piojos.

- ¿Dónde aprendiste esa frase?

- Lo aprendí de una mexicana, estábamos en una milicia.

Los doctores hicieron cola para hacer un lavado de cabeza con vinagre y en el kit de emergencia encontraron un peine patrullero.

Ahora, Audrey pasa el peine patrullero en la cabeza de uno mientras el vinagre va haciendo efecto en el siguiente paciente, en un bowl con agua lava el peine para descargar los piojos.

- Audrey, mejor ¿porque tú no nos cortas el cabello y que el chino nos pase el patrullero? – preguntó uno.

- No sería mala idea. Trae las toallas, las tijeras y el otro peine.

- Todas estas cosas están en el baño ¿verdad?

- Sí.

Pues mientras Hyun Joong sacaba piojos, la doctora O cortaba el cabello, cosa que, para el próximo contagio será más rápido de sacar, cada mecha de cabello iba directo a la bolsa de basura, cada “cliente sostenía la bolsa para evitar que un piojo rebelde o resistente al vinagre salte por el largo viaje de caída. El cirujano no necesita corte, es calvo y con bajar la cabeza el piojo resbala solo. Es hora de cortar el cabello a Hyun Joong, ya el vinagre había hecho su trabajo.

- No sé qué corte le va a un asiático.

- Solo hágalo. Quiero sacar esas alimañas de mi cabeza.

- No soy estilista, haré lo que pueda.

- Todos han terminado con buen corte, confío en usted.

- Bueno, aquí vamos.

Audrey va mirando como queda el corte que hace, espejo no hay, por lo que debe mirar la cara de Hyun Joong constantemente. El cirujano observa la escena y de vez en cuando hace unas fotos con su celular. Al finalizar el trabajo de peluquería sobre Hyun Joong , Audrey vio un cambio radical en él. Luego los colegas le dijeron a Hyun Joong que se veía mejor con el cabello corto. Pero es hora de sacar las alimañas, mientras Hyun Joong se saca los piojos, Audrey se trata con vinagre.

- Audrey – llama el cirujano – debes cortar tu cabello. Lo tienes largo y los animales no saldrán.

- ¡Ay, mi cabello!

- Eso crece, no llores. Aprovecha que un buen corte ayuda a fortalecer el cabello y crezca hermoso.

- Yo puedo cortarlo. – Se ofrece Hyun Joong – yo tampoco soy estilista, pero haré mi mejor esfuerzo.

- ¡Ya córtelo! – lo dijo con pesar.

Hyun Joong, le acomoda la toalla y procede con el corte, es minucioso, va despacio se toma el tiempo de medir cada mechita de cabello, él es perfeccionista, no tolera las cosas hechas y se acabó. Audrey cerraba los ojos, su larga cabellera iba quedando sobre el suelo. Cuando Hyun Joong le dijo a Audrey de abrir los ojos, ella lloró al ver su cabello en el suelo. El cruce de miradas fue inevitable.

- Gracias. – la voz de la doctora Audrey era apenas audible, tomo el peine patrullero y se fue.

Los colegas no dejaban de piropear a su colega, las otras féminas del equipo estaban celosas porque el corte de cabello le favoreció mucho a Audrey.

La doctora O se fue al baño para sacarse las alimañas muertas, frente al espejo, que en realidad no era más que un pedazo de espejo, aún podía ver su nueva imagen, ella pudo ver con sus propios ojos como el corte le favorecía altamente. Hyun Joong recibió halagos por su trabajo, no sólo en la posta médica, sino que también por su excelente labor por el corte de cabello que le practicó a la doctora Audrey. Él se limitó a responderles con una reverencia y una mueca, un colega se une a él y ambos se ponen a preparar la cena. El resto a preparar sus mochilas para el día siguiente.

La cena fue rara, todos tenían estilos nuevos, se miran como perfectos desconocidos, un cambio de imagen provocado por los piojos, ese es otro problema que causa también la anemia en la población, no toda la culpa es del hambre. Era alta hora de la noche, todos se fueron a dormir, a excepción de la doctora O y El doctor Kim.

- Créame que el corte de cabello le favorece mucho.

- Espero que crezca rápido. No me gusta el cabello corto. En cambio, usted si ha cambiado mucho.

- Valió la pena, ya no hay alimañas en la cabeza, eso es lo más importante.

- Estos pequeños saltarines son como vampiros, chupan sangre que dejan a uno débil.

- Veo que ya tiene experiencia con esa plaga.

- Donde no hay agua, hay poca higiene y dónde hay poca higiene hay muchos piojos.

Hyun Joong sonríe, le gusta más a Audrey con su nuevo estilo, pero no es el momento para abrir el corazón.