Una joven cae bajo los encantos de un hombre misterioso que resulta ser un vampiro. Ana Fridman de 17 años, que ni en sus mas alocados sueños imagino enamorarse y menos de su profesor y sin olvidar que es un Vampiro, ahora sabra lo que se siente y debe aceptar luchar por ese amor al no ser aprobada por la familia de el apuesto, frio y arrogante Lord Kim Liam y por la sociedad de que una joven se enamore de su profesor.
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Capitulo 19
DE JAVU
(*Ana)
Se ve que dormí mal anoche, me levanté dura, me dolía todo. Me doy un baño caliente para relajar mi cuerpo. Al salir veo que me llegó mensaje de la universidad confirmando mi horario de examen de admisión y es cerca del medio día por lo que me apresuro, llamo a Mateo para darle las buenas nuevas.
#Buenos días. Me dice ni bien atiende en un tono pausado.
#Mateo... Tengo mi examen hoy... Así que nos vemos en la facultad. Le digo al recordar que él tenía clases y cierro los ojos fuertes por si le molestó en su clase.
#Buenisimo... Nos vemos. Dice y corta.
Llegó a la universidad y mi corazón late acelerado, nos llaman a un auditorio donde hay mas de cien chicos y chicas acomodándose en un lugar. Me apresuro a tomar uno nerviosa.
-DEJEN AL FRENTE SUS MOCHILAS Y CELULARES APAGADOS, SOLO UNA LAPICERA NECESITAN. Habla uno de los cuatro que ingresaron y veo que dos se ponen atrás y dos adelante.
Nos reparten las copias de exámenes y es uno múltiple choice, son como diez páginas y abarca todas las áreas. Se ve que es para evaluar dónde somos más capaces. Algunas preguntas son más de razonabilidad sobre la vida real, y otra que me sorprendió fue que pedía que expliquemos la razón del porque elegíamos esa profesión y era la que más puntos tenía que el resto y mi respuesta fue la siguiente.
"Perdí a mis padres muy pequeña, unos ladrones les dispararon, no quisiera que nadie pierda asi a su ser querido, por lo que me quiero capacitar para salvarlos y que no pasen por el dolor que pase".
Así de corta fue mi respuesta, los demás puntos los respondí todos, me había preparado para este momento así que por un lado me sentía tranquila.
"Escuché que sin importar que tan bien respondas todas, lo que les interesa es ese último punto que vale más que el resto". Escucho que una chica le murmura a otra cuando concluyó el exámen.
"Yo escribí mil palabras", le responde la otra.
"Yo igual, según la extensión considerarán que es más convincente". Le dice la primera.
Me quedé mirando mi mochila suspirando pesado, no llegue a escribir mil palabras, ni siquiera se aproxima a esa cantidad.
En ese momento sentía la sensación que me faltaba algo, como que se me perdió algo, pero no lograba descifrar que era. Al salir siento que me arrebatan en un abrazo.
-Ana... ¿Cómo te fue?. Es Mateo quien me saluda, suspiro al aferrarme a él buscando consuelo, pero siento como que no es el abrazo de él que buscaba.
-Ehy... Ehy... ¿Es tu novia?. Pregunta un grupo de chicos aproximándose.
-Comportense... Es mi hermanita... Así que ojo. Les amenaza Mateo aferrado a mi hombro.
-Soy Javier. Se presenta uno alto extendiendo su mano y Mateo le pega en la mano.
-Ni te atrevas a querer tocarla.
-Yo soy Ricardo... Capaz me acepte a mi como cuñado Mateo. Me dice con una sonrisa.
-Ya cálmense... No pueden ver una chica que se ponen peor que perros alzados. Los reta Mateo y me causa gracia lo sobreprotector que está conmigo.
-Hola... Soy Luis bienvenida. Me dice uno más serio con las manos en los bolsillos.
-Hola... Soy Ana. Le respondo.
-A él si le aceptas el saludo. Se quejan los demás en coro.
-Ustedes dan miedo. Les dice Mateo.
-¿Qué quieres estudiar?. Me pregunta Luis.
-Medicina. Le respondo.
-Es una carrera interesante... A mí me atrae lo Biológico. Me comenta.
-Vamos Ana... Te invito a comer... Así conoces el comedor. Me invita Mateo entusiasmado.
-¿Tienes alguna amiga que nos presentes?. Me dice Javier y Mateo le patea la pantorrilla.
-No. Le respondo.
-Claro... Siendo así de hermosa te deben de tener envidia las chicas. Me dice Ricardo.
Me aferro a Mateo señal que me sentía incómoda.
-Deja de molestarla con tus comentarios. Lo reta Mateo.
-Ahora que lo pienso... Con hermanos tan sobreprotectores... No debes tener oportunidad de salir. Dice Javier, observo a Luis que solo se mantiene callado y verlo así por alguna extraña razón me atrae.
Mateo le hace unos gestos más a los otros que se divierten haciéndole la contra al asegurar que nunca lo vieron tan así, que siempre parece desinteresado.
-¿Qué sabes de Luis?. Le pregunto a Mateo, en un momento cuando van a buscar lo que van a comer.
-¿Te gusta?. Me pregunta de una.
-NO... Recién lo conozco. Me defiendo rápido.
-Inicio este semestre... No es muy comunicativo... Se unió a nuestro grupo por un trabajo que debíamos hacer... Eso es todo. Me comenta.
-Aja. Le respondo suspirando.
-Ni se te ocurra fijarte ahora en ningún chico... Debes concentrarte en tu carrera. Me advierte.
-Como crees... Solo me dió curiosidad... Lo ví extraño... Esos es todo. Le comento exhalando pesado.
-Aqui tienen su orden de enchiladas. Dice divertido Javier colocando ante nosotros unas hamburguesas con papas fritas.
-Y la bebida... Qué paso con la bebida. Le dice Mateo en un tono que ellos rien y me siento afuera de una broma entre ellos por lo que les observo desconcertada.
-Hablamos así... Porque imitamos a un profesor que tiene esa expresión. Me comenta Ricardo al ver mi cara de desconcertada.
-Ah. Le respondo limitandome a comer lo que tengo en frente.
-Quieres salsa. Dice Javier hechando sobre mis papas al tiempo que Mateo le grita.
-¡NO!
-¿QUÉ?... A todos les gusta o no. Pregunta Javier, sin entender. Trago grueso, suspiro profundo antes de responder.
-Es que no como esa salsa. Le comento al no atraerme el ketchup.
-A... Te cambio por las mías. Me dice enseguida Ricardo que no puso nada aún.
-Entonces que le pones. Pregunta Javier.
-Mayonesa o mostaza. Le comento.
-Cada uno con sus gustos. Comenta Ricardo, con un gesto que mi preferencia no le atrae.
-A mi también me gusta así. Dice Luis como apoyando mi elección.
Terminamos de comer y Mateo me acompaño a mi departamento.
-Me alegro de tenerte cerca. Me dice sonriendo.
-A mi también tenerte... O no sabría que hacer. Le comento.
-Pero vas avanzando... Hablaste con chicos sin conocerlos. Me anima con los pulgares arriba.
Le sonrió despidiendolo, la verdad al ser tímida es difícil socializar, pero con mis hermanos cerca me siento más animada.
Cuando él se va recibo un mensaje donde dice que mi solicitud de asistente para un profesor de la universidad fue aceptada. Me quedé pensando.
¿Cuándo lo pedí?.
La verdad no me acordaba por lo que me fijo en mi agenda ahí está registrado.
"Qué cabeza la mía"
"Estaba tan concentrada en dar un buen examen que olvide eso"
Y al ver la nota del alquiler del departamento todo me cerró. Con la pensión que recibía por mis padres fallecidos no alcanzaba para cubrir todos los gastos y necesitaba un ingreso extra. Ellos me habían dejado un fondo para mí educación, pero también necesitaba comer y vestir, sumado dónde deseaba vivir. Debido a que era mayor de edad, ya no podía estar bajo la custodia de mis tíos, y al tiempo no lo deseaba, yo quería poder hacer uso de mi fondo al considerar que no me brindaban lo justo. Ahora lo compruebo por mi misma que nada es tan barato.
Es el precio que se paga por querer mi independencia pienso.
Me dirijo al estudio del dichoso profesor para la entrevista y al llegar me recibe la secretaria.
-Señorita Ana Fridman... Si está agendada... El profesor no se encuentra... Pero al ser su asistente aquí tiene su agenda ... Números de teléfono... Debe comunicarle sus clases... Conferencias... Y charlas que aporta debido a su investigación... La firma de su libro...
"Así que hizo un libro", pienso.
-Y creería que eso es todo. Me dice señalando el despacho donde debo ingresar para organizar todo. - Por cierto... Necesito su firma en el contrato. Me dice pasandome unas copias. Asiento sonriendo amable.
Al ingresar me pongo a leer el contrato, se ve que tuve una reunión previa y fui contratada, según la fecha que figura.
"Qué memoria de pollo... Desvelarme para que estudie no me ayudó mucho, voy a tener que descansar más, para concentrarme", reflexionó al no recordar eso.
Comienzo a acomodar todo y me resulta familiar la acción. Sacudo la cabeza, es como si viviera un dejavu. Por un lado se que debo hacer y por el otro es como si no fuera lo que realmente anhelé. Es una sensación extraña.
"Es como si viviera en un universo paralelo", pienso al sentir que no es la vida que realmente vivía, como que reemplace a alguien más.
Suspiro pesado, negando con la cabeza, son solo ideas mías, debe ser que desvelarse no favorece para nada. Reflexionó al final.
Termino de hacer mis actividades que me encomendaron y regreso a casa.
Para el viernes me reuni con mis hermanos del alma a comer pizza que prepara Pablo y a mirar las películas que a ellos les agrada. Todo parece tan normal, pero yo siento que me falta algo, algo extraño y no puedo descifrar que es.
Una suave brisa que me acaricia el rostro hace que mi corazón palpite acelerado, como si ese roce frío fuera el elixir que me hace falta.
A propósito busco sentir frío, a los demás le parece descabellado mi proceder, al poner el aire lo más bajo posible, pero es como querer llenar un vacío que debe ocuparlo alguien que se ve era lo más importante para mí, pero no logro descifrarlo.
"Maldición esto me frustra", me quejo en la ducha y en cada rincón del departamento.
Los meses transcurrieron hago una y otra vez las cosas como si me manejaran y alguien programa como será mi día. Algo debo cambiar y debe ser pronto antes que esto me termine por liquidar, consumir y marchitar mi vida.
Por primera vez levanto la cabeza y miro directamente a las personas, ahí me di cuenta que me miraban como en un estado de hipnotismo, digo, casi sin parpadear, la chica que es secretaria del supuesto profesor al que siempre le armó la agenda, sus conferencias y nunca vi a la cara, nunca aparece.
Al mirar la fecha es que ya llevo un año de preparación, en qué momento paso así el tiempo, me miró al espejo y ya no tengo ese rostro pálido y delgado, no soy la que veo en el espejo, la del espejo es joven, pero no me siento yo, con el cabello suelto y un broche al costado atajando un sector, muy bien maquillada, con labios bien definidos.
"No soy yo"
"Definitivamente no soy yo"
De golpe golpean la puerta del baño y salgo a ver de quien se trata.
-Por fin sales Ana... Ya me estaba por hacer. Me dice una chica de cabello ondulados, delgada y ojos vivarachos.
-¿Quién eres?. Le pregunto.
-Que graciosa ... Soy Anto... Esa broma que me haces al imitar a mis hermanos me está cansando. Me dice ingresando apresurada al baño.
"¿Anto?"
"Puede ser la hermana de los wolf". Pienso.
-Por las dudas eres Wolf. Le consulto recostada por la puerta y ella sale arreglándose los jean.
-Da... Si... Ja... La primera vez que te conocí me resultaste aburrida... Pero después que me ayudaste cuando estaba en apuros con ese chico... Qué ya no me acuerdo su nombre... Nos hicimos muy amigas ... Y sobre todo desde que somos compañera de departamento... Porque necesitabas ayuda con la renta y yo alejarme de mis hermanos pesados... Compartimos la misma desgracia de tener hermanos sobreprotectores. Habla de manera acelerada, lanzando la información como ametralladora.
-En serio. Le digo tratando de entender cuando paso todo.
-Bueno... Deja de estar en las nubes... Vamos a clases. Me dice sonriente.
-¿Qué?. Pregunto sin entender.
-Ja...Ja... Eres la profesora... Vamos..Me incentiva y quedo helada.
"Yo profesora"
"Creí que estudiaba para ser médico"
-BROMA. Me dice riendo de manera sonora.
Suspiré pesado atajandome la cabeza, me daba todo vueltas al tratar de coordinar la realidad.