La Venganza

Punto de vista de Lucia

Ese tal Sergey no me daba muy buena espina, algo estaba pasando y era algo muy grave, aunque trate de mostrarme comprensiva tenía curiosidad por saber que tanto pasaba en la vida de Dimitri, no iba a negar que su desconfianza hacia mí me hacía sentir mal, yo le había abierto mi corazón, él sabía todo de mí, pero; sin embargo, él no tenía la confianza para hablarme de sus raíces, estaba en mi auto a punto de irme, cuando lo vi salir de la empresa junto al extraño hombre, sabía que era una locura lo que iba a hacer, pero mi curiosidad era mayor. Vi que el carro en el que subieron se puso en marcha, así que encendí el mío y empecé a seguirlos, llevaba una distancia bastante considerable, no era tonta y sabía que si me acercaba mucho me podían descubrir. Después de un tiempo conduciendo, llegaron a un edificio bastante alto, quedé impresionada por la estructura de metal y grandes ventanales frente a mí, era simplemente magnífica, el dueño de este lugar debía ser un hombre muy poderoso. No entendía lo que una persona así podía querer con Dimitri, porque si, él es un gran abogado, pero no tenía el dinero como para tener un imperio como este.

Baje de mi auto con curiosidad, quería saber más. Llegue a la entrada y un par de sujetos bastante terroríficos me detuvieron. “¿A quién busca?”, dijo uno de los sujetos.

“Estoy buscando al señor Sergey”, fue lo único que se me ocurrió.

“El señor Luxemburgo está ocupado en este momento y no la podrá atender”, respondieron con frialdad.

“Pues no me iré de aquí sin hablar con él”, respondí molesta, claro todo era actuado.

“Mejor retírese y evité problemas innecesarios”, dijo el sujeto con cara de asesino.

“Pues no me iré hasta que Sergey me atienda, ¿quedó claro?”, había alzado mi voz y uno de los sujetos empezó a mirar a los lados, era como si tuvieran miedo al escándalo, yo no sabía por qué estaba haciendo esto tan estúpido, me estaba metiendo en problemas, aunque la curiosidad era muy alta. No supe en qué momento, todo paso muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba dentro del edificio, estos matones me amenazaron con que si hacía un escándalo me harían cosas muy malas, en ese momento supe que todo esto había sido muy mala idea.

Me llevaron a una habitación oscura y me dejaron ahí, estaba aterrada, yo y mi curiosidad, nunca debí acercarme a este lugar, no sé cuánto tiempo pasó hasta que pude ver la luz entrar a aquel cuarto oscuro. Debido a estar tanto tiempo en penumbras a mis ojos les costó adaptarse nuevamente a la luz, enfoque mi mirada al sujeto que estaba frente a mí, para descubrir que no era otro que él tal Sergey.

De repente la luz se iluminó completamente y pude ver cómo este sujeto se acercaba a mí con cara de sorpresa. “¿Qué hace aquí?, y ¿para qué me busca?”. Pregunto bastante irritado.

“En realidad estaba buscando a Dimitri, pero no sabía si aquí lo conocían, por eso pregunté por usted”, dije tratando de sonar confiada y sin temor.

“¿Dimitri?, ¿cómo supo que él estaba aquí?”, pregunto el muy tarado.

“Soy su mujer, por tanto, sé cuáles son los lugares que frecuenta”, al decir aquellas palabras la habitación en pleno quedó en silencio, los hombres que me habían metido en este sitio se miraron entre si borrando la estúpida sonrisa que tenían, aquí estaba pasando algo más, por lo cual mi curiosidad fue mucho más alta.

“¿La mujer de Dimitri?, debe estar mintiendo, no parece del gusto de jefe”, dijo uno de los matones que me encerró en este lugar.

En mi mente solo se reproducía la palabra, jefe, ¿de qué hablaban estos hombres?, ¿cómo que Dimitri era su jefe?, no quería pensar mal, pero no me estaban dando opciones.

Sentí cómo mi corazón latía con fuerza mientras las palabras de los matones resonaban en mi mente. La revelación de que Dimitri era el "jefe" de Sergey la dejó paralizada, y la confusión se mezclaba con la preocupación. ¿Qué tipo de relación tenían? ¿Qué secretos ocultaba Dimitri?

“¿Qué quieren decir con eso?”, preguntó Lucia, tratando de mantener la calma mientras su mente corría a mil por hora.

El matón que había hablado antes se acercó un poco más, su mirada era intensa y fría. “No te conviene meterte en asuntos que no te incumben, chica. Dimitri no es quien crees que es.”

Las palabras resonaron en la habitación, y sentí una mezcla de miedo y determinación. No podía dejar que la incertidumbre me consumiera. “Si realmente lo conocieran, entenderían que él no está involucrado en nada ilegal,” replicó, desafiando la amenaza implícita en el aire.

Sergey, aún sorprendido por la determinación de Lucia, frunció el ceño. “¿Y si te digo que él está en problemas? Que su vida está en riesgo por cosas que ni siquiera imaginas.”

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. “¿Qué clase de problemas? ¡Dímelo!”, exigí, olvidándome del miedo y concentrándome únicamente en salvar a Dimitri.

Sergey dio un paso atrás, como si se estuviera preparando para revelar algo importante. “Dimitri ha estado involucrado en negocios oscuros, y ahora hay quienes quieren cobrar cuentas pendientes. Si sigues aquí, podrías ponerte en peligro también.”

La revelación golpeó a Lucia como un puñetazo en el estómago. No quería creerlo, pero las palabras de Sergey sonaban demasiado reales. Tenía que actuar rápido. “Necesito hablar con él”, dijo con firmeza. “No puedo dejarlo solo en esto.”

Los matones intercambiaron miradas nerviosas; podía sentir que había tocado una fibra sensible. “Está bien,” dijo Sergey finalmente, “pero debes prometer que no harás un escándalo y seguirás mis instrucciones.”

Asentí rápidamente, dispuesta a hacer lo que fuera necesario para llegar hasta Dimitri y entender qué estaba pasando realmente.

Mientras Sergey se movía hacia la puerta para llamar a alguien, Lucia sintió una mezcla de esperanza y temor. Sabía que estaba a punto de descubrir verdades ocultas que cambiarían todo lo que pensaba sobre Dimitri en quien tanto había confiado.