El engaño fue la causa del cambio drástico en mi. La venganza es lo que pienso ejecutar ante mis Ex.
*Ex novio
*Ex mejor amiga
Después de unos largos años.
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Momentos difíciles
Ya en la salida del edificio, camino a grandes zancadas en dirección a mi auto, bueno el auto de papá.
El sonido de mi teléfono móvil me sobresaltada, ya que mi mente estaba ocupado por el rostro arrogante de ese hombre. Saco el teléfono del bolso y veo la pantalla.
"Mongo".
Es mi hermano mellizo, Piero, quien llama.
---Dime mongo. Que pasa.
--- Ven urgente al hospital Duarte, papá sufrió un paro cardíaco. ---Anunció desesperado y en seguida colgó.
Un escalofrío recorre mi espina dorsal y un gran miedo me envuelve. Con el corazón golpeando mi pecho con extremo ímpetu corro al auto y acelero a gran velocidad.
Lágrimas cubren mi rostro al instante, la sola idea de que algo malo le pueda ocurrir a mi adorado padre me produce escalofrío.
Al llegar a la habitación encuentro a todos sollozando.
---Que está sucediendo. ---Pregunto alarmada
Al ver a mi padre conectado a varios aparatos suelto un grito ahogado.
Ver su rostro pálido e indefenso hace doler mi corazón en gran manera, cómo si una daga me atravesara justo ahora.
---El sinvergüenza de tu tío Alfred huyó con todo el dinero de la compañía. ---Anuncia mi madre con lágrimas en los ojos, al tiempo que se sienta, y toma la mano de mi padre cómo si sus fuerzas fueran a abandonarla. ---T-u padre sufrió un paro y también un ACV cuando se enteró.
---¿Que?.
Esa noticia fue como si cayera a un abismo.
Estoy incrédula.
Alfred Ferreira, mi querido tío, aquel viejo noble que siempre se mostró afectuoso, no podría hacer tal maldad. Mi padre confiaba mucho en el, al punto de confiarle hasta su propia vida.
Ambos Fundaron la compañía "HERMANOS FERREIRA"
---Asi es, ese viejo ambicioso se llevó hasta el último centavo. ---Agregó mi hermano, con la furia recorriéndole.
---Esto debe de ser un malentendido. ---Insistí, me niego a creer que haya sido capaz de traicionar a mi padre.
---Pensé lo mismo. ¡Pero no!. Ni bien mamá llamó tomé en primer vuelo, al llegar me puse a revisar absolutamente todo. Las cuentas bancarias, están en cero y el único que tiene acceso a todo, a parte de papá es el Tío. Papá confiaba en él con los ojos cerrados.
---¿Y ahora que va a suceder?.
---No lo sé, estamos arruinados. Encima hay una gran deuda que pagar. Nos dejó en bancarrota.
Mi mente estaba en caos. Desearía que fuera solo una fea pesadilla.
---Como está papá.
---Ya te imaginarás María. Gracias a Dios su corazón resistió al paro cardíaco. Lo que no sabemos es si logrará despertar. Su condición es crítica, eso dijo el médico.
---Claro que despertará no digas tonterías. ---Respondo esperanzada, sin dejar de ver el rostro de mi hermano.
Busco el rostro de mi madre, y se me rompe el corazón. Está en shock, cómo si su alma hubiese abandonado su frágil cuerpo. ---Piero, lleva a mamá a casa, no sé encuentra nada bien---. Ordeno. ---Les daré el alcance en unos instantes.
Piero asienta e intenta convencer a mi madre, ella no quiere moverse de ahí: ---Madre vamos, tienes que descansar, cambiarte la pijama y comer algo, debes de mantenerte fuerte, por el bien de papá. ---Mi madre asienta con la cabeza y se retiran.
Me quedo un rato con mi padre y lloro por un largo periodo.
Luego salgo con intención de ir a casa, los pies me están matando.
Cuando estoy por subir al auto, la imprudencia de una pequeña niña me detiene.
La pequeña rubia, se suelta de las manos de un hombre al ver una muñeca de porcelana en el mostrador. Corre e intenta cruzar la pista.
Mi corazón se asusta al ver que un carro de reparto va a atropellarla. Me quitó los tacos y corro como si fuera un maratón.
Cojo a la pequeña y la empujo a un lugar seguro.
Por más que el carro frena, no evita golpear mi cuerpo. Recibí un fuerte impacto, como si mi muslo se hubiera desgarrado.
---¡Cuide bien a su mocosa! ---Grita furioso el conductor.
Me disculpo y camino hacia la pequeña.
El señor en traje costoso está tan blanco como una hoja, mientras consuela a la niña que no deja de llorar.
----Cariño, no llores ¿Te duele algo?.---Pregunto mientras le secó las lágrimas de sus ojos color miel, son unos ojos bellísimos.
---Gracias, no me duele nada. ---Responde al tiempo que me toma la mano ---Usted ¿se encuentra bien?
---Si cariño. ---Me dió tanta pena, esta temblándo aún.
Descubro mi collar en forma de angelito. Me lo quito del cuello y le doy a la pequeña: ---Ten cariño, ya no estés triste, este es un ángel, guardián de todos los niños. El te cuidará.
Esa medalla tiene toda una historia. Me regaló la abuela, bueno no solo a mi también a Thalía mi prima odiosa, el día de nuestra primera comunión.
---Gracias. ---Dijo al tiempo que se le iluminaron sus bellos ojitos. Era una niña encantadora. Debe tener unos padres hermosos.
---Muchas gracias por salvar a Mía, su padre me mataría si algo malo le sucediera. ---Agradece el hombre al tiempo que saca un cheque con varios ceros y me lo ofrece.
---No, no es necesario. La vida de un niño no tiene precio.
Sonrio y me encamino hacia mi coche. Veo agitarse la pequeña mano de la niña al tiempo que se despide de mi.