LA SIRENA DE LA COSTA

#ARIA DELMAR

La tristeza me invade, siento una presión en el pecho muy fuerte, temo no volver a ver a mi padre, temo que me vean tal cual soy y me crean un monstruo, una abominación. Mariano me adopto, me dio un apellido, un hogar, cuando otros querian solo dañarme, él me cuido como si fuera su hija, me protegio y enseño muchas cosas, y otras las aprendi por mi cuenta. Pero sobre todo me enseño imagenes de lo que hacían con las criaturas diferentes, con lo que era extraño a todo lo conocido.

Siento ese cosquilleo en el estomago, ese miedo que senti hace seis años cuando esos hombres mataron a mi madre, temo que todo lo vivido, temo que lo feliz que fui junto a Mariano, se termine.

Puedo olerlo en el aire, puedo sentirlo en la piel, la tormenta que viene va a ser mas fuerte que otras veces, van a querer evacuar a las familias y si el agua del mar me toca, revelare lo que en verdad soy.

Mariano se fue a una reunion de negocios, le escribi una nota, decidi irme, me dolia tener que dejarlo, se que de algun modo fui su soporte para no caer en la depresion por haber perdido a su familia el mismo dia que me rescato en esa cueva, lo mismo lo fue él para mi. Pero a la vez recuerdo lo que él me dijo, que no dude en ponerme a salvo, asi no ser descubierta.

Me lance al mar, con el corazón acurrucado de la tristeza por tener que irme asi, al nadar unos metros de golpe algo ingreso bruscamente al mar, un sonido sordo, ensordecedor, cruzo a mi lado, arrastrandome al fondo, vi un joven en el interior de ese coche, luchando con lo que lo tenia sujeto. Al contemplarlo mi corazón se acelero, desperto una sensación en mi que nunca senti.

Cuando llego al fondo del mar, me apresure, en liberarlo, sin pensarlo dos veces, los humanos no aguantan mucho bajo el agua, lo habia leido en un libro. Me olvide que me exponia, solo desee salvarlo.

Lo mantuve muy proximo a mi para que no note mi aleta y uni mi boca a la de él para compartir el aire.

Al salir a la superficie él aun seguia pegado a mi, lo lleve hasta la costa y gracias a la lluvia intensa, la visión era borrosa y la oscuridad intensa, por lo que no me veria. Al llegar a la playa lo acoste boca arriba, me tire a su lado concentrandome en transformarme rapido, como me enseño mi madre, ella fue quien me ayudo a controlar mi metamorfosis, a diferencia de todo lo que creen, puedo hacerlo cuando quiera, una vez que este fuera del mar, fue la enseñanza que me quedo de ella.

Me siento nerviosa, con este joven siento algo especial, no se porque, nunca me atrajo ningun humano, pero con él es diferente. Pero la verdad es que nunca podre tener nada con él, solo este momento, esta sensación única, hace que me erize, que sienta escalofrios.

Sera porque lo saque del mar y todo lo que saco de ahi lo considero de mi propiedad, es una sensación diferente.

Lo que pensara mi padre retumba en mi cabeza, no estara para nada de acuerdo, vi como con sus puños puede destrozar la cabeza de alguien cuando se enoja. Pero al tener esta sensación nueva quiero disfrutarla un poco mas, por lo que actuo contraria a los deseos de mi padre de nunca meter a nadie extraño a la casa.

Quise comprobar si era real esta sensación o solo me pareció, debia tocarlo, asi unicamente sabria si es real, era mi manera de comprobar las emociones, al tocar, abrazar, tener ese contacto, de ese modo sabria si lo que sentia era genuino.

Me debatia como hacerlo, temia que se ofenda.

Él preparo una cena única, me senti comoda al comer ante él, era como si pudiera ser yo, con toda mi autenticidad, sin el temor constante de ser juzgada.

Me sentia muy feliz de poder hablar con alguien diferente a Mariano, mi padre adoptivo, no me sentía cohibida, las palabras fluian de manera natural, no me pregunto sobre mi acento singular, ni del porque hacia algun sonido en particular cuando me estremecia, ni porque mi cara parecia de una muñeca de porcelana como una vez le dijo una señora a mi padre y me senti avergonzada, porque lo vi como una critica mas que un halago.

La oportunidad de poder tocarlo se presento cuando quiso bañarse, empezaba a sentir los dolores producidos por el chicoteo que sufrio con el cinturon que lo tenia presionado contra el asiento, lo extraño que lo sentia en el hombro opuesto.

Sentí cada músculo, cada parte de su torso, su pecho se sentía firme, su piel suave, por suerte solo tenía golpes que no eran tan graves, debido al impacto de haber caído al mar, eso me hizo sentir relajada. Cuando me miro directo a los ojos, a pocos centímetros, con nuestros labios a punto de rozarse en el menor movimiento, por alguna extraña razón, me hizo perder el equilibrio, sentí que la gravedad que me mantenía sujeta al suelo se perdía en sus ojos y comenzaba a flotar. Esquive su mirada, de lo contrario me perdería y me impulsaría a querer averiguar que se sentía al hacer aquello que los humanos disfrutaban tanto y solía escuchar tantas cosas al respecto y a escondidas lo leí en los libros que Mariano guarda tan celosamente, al principio me impacto lo que veía, pero según las reseñas de cada pose, elevaban la energía y el buen humor.

Lave su cabello, disfrute la sensación de que se pierdan mis dedos en la suavidad de ese campo negro y abundante.

Tome coraje para despojarlo de sus prendas bajas y descubrir lo que ocultaba, eso que ni Mariano me quiso enseñar, al decirme que era algo privado de cada uno, cuando estaba leyendo un libro donde solo mostraba dibujos y quería saber como era uno real. Pero él también se negó a que lo vea. No entendía porque se mostraban vergonzosos al respecto, pero cuando tenían sus rituales de apareamiento no tenían vergüenza de mostrarse sin nada.

Después que nos preparamos para dormir, a él lo deje en el sofa ante la chimenea y yo me dirigí a mi cuarto, aunque la verdad buscaba alguna excusa para estar con él, en ese momento la tormenta se puso más intensa elevando el nivel del mar, por lo que me apresure a colocar los sacos de arena en las aberturas. Pensé en hablarle, pero él estaba herido, para mi sorpresa apareció a ayudarme, entre los dos logramos asegurar cada entrada, para que no ingrese el agua.

Nos quedamos ante la chimenea, ese momento fue mágico, a pesar de la tormenta, me gustaba estar a su lado. Pero los guardias marinos anunciaban que se debía evacuar. Eso me temía, no quería que se vaya, no quería perder esa sensación de tener su compañía, de tenerlo conmigo, sabía que si nos íbamos, él regresaría a su vida y yo a la mía junto a mi padre adoptivo, con suerte, si no me mojaba en el mar, ese riesgo no pensaba correr, por lo que me negué en dejar la casa, para mi sorpresa él no me quería dejar, al final nos refugiamos en el ático, me sentía feliz de que se quede, a pesar de las circunstancias.

-Por cierto, me llamo Erik, no me lo preguntaste. Escucho que me dice.

No se lo pregunte porque lo sentiría muy personal y no desearía que se fuera jamás de mi lado.

-No te pregunte... Porque ya no voy a querer que te vayas. Sin querer le confesé.

Escuche que hizo un sonido sordo en su garganta, sus manos chocaba una con la otra y sin esperarlo me giro hacia él, tomo mi rostro, se aproximó lento, sentí su respiración muy cerca y unió sus labios a los míos por tres segundos, mis manos quedaron sobre su pecho, se retiró, me miro a los ojos y volvió a besarme, pero esta vez hizo que separe los labios, hizo un gemido leve, me presiono contra su cuerpo, sus besos se volvieron más intensos, me robaba el aire, su corazón latía fuerte, chocando contra mi pecho, me fue recostando de manera lenta sobre los almohadones, sus manos se moldearon a mi cintura, cuando sentí que se apoderaba de una de mis lomas lo detuve.

-¿Qué pasa? Me pregunta agitado, sus ojos brillaban y sus labios estaban semiabiertos.

-¿Por qué me tocas? Le consulté cubriéndome con los brazos.

Él me miro con sorpresa.

-Ejem, tú...¿Es tu primera vez? Me pregunto.

-¿Primera vez? Indague.

El suspiro hizo ese sonido seco con su garganta, abrió los labios como para decir algo, suspiro, sacudio su cabeza.

-¿Has estado con otro hombre así? Pregunta señalando de como estábamos uno arriba del otro.

-No. Le dije.

-Prométeme que no estarás asi con otro hombre. Me dice en un tono ahogado, con el rostro tenso.

-Solo contigo. Le respondi, al escuchar salir esas palabras de mis labios su expresión se relajo.

-No debes tener miedo, ire despacio, si te sientes incómoda, dime. Me dice mirándome intenso, con una media sonrisa.

Volvió a besarme, y sentí que algo duro choco en mi pierna, eso me puso nerviosa.

-¿Qué es? Le pregunté.

Él sonrió se incorporó.

- Es solo la llevé maestra que tengo para abrir tu puerta secreta y que ninguna otra llave debes recibir. Me comenta señalando su zona baja y entre mis piernas.

Llamaba a su masculinidad llave maestra.

-¿Por qué? Le pregunto.

-Eso estaría muy mal, no se debe jugar con la confianza de las personas. Me dice pensativo.

Era lo que me decia mi padre.

-Es lo que dicen... Mmm... Ya lo recuerdo... La confianza cuesta construir pero se pierde enseguida. Le comento, pero él me besa la cima de mi cuello descendiendo por mi linea central, llegando a mis lomas que le dedica besos suabes y tiernos, me recorre un cosquilleo unico, mi cuerpo se estremece, regresa a mis labios.

-Me encanta tu sabor. Susurra en un tono ahogado y sus manos recorren mi figura.

Su calor es envolvente, sus besos intensos, siento un torbellino de sensaciones unicas que nunca senti, Erik me recorre con besos suaves y delicados.

-Estas bien. Me susurra.

-Si. Le dije jadeando.

Él se enderezo se desprendio la camisa blanca de algodon que le habia prestado, cuando se iba a desprender los pantalones cerre los ojos, no se si por pudor ajeno o vergüenza.

Senti que el tomo mi mano y me hizo sujetar algo suave en ella, firme, duro.

-No muerde, es inofensivo. Lo escuche decir con voz ronca y un suave jadeo.

Abri los ojos poco a poco, divise su masculinidad, blanca y rosada, como una anguila de mar, pero mas linda.

El me retiro la mano, se inclino sobre mi, con una voz profunda y grave me consulto.

-¿Estás lista?

-No sé. Le respondí con el corazón a punto de salir de mi pecho.

Él suspiro hondo y se retiro golpeando con su puño el suelo.

-¿Qué sucede? Le pregunto.

-No quiero empujarte a hacer algo de lo que te arrepentiras, solo porque necesito...

-No me siento obligada. Le dije.

Me enderecé abrazándolo de atrás, su corazón latía fuerte.

-¡ARIA! ¡HIJA! Me sorprendió la voz de mi padre.

-ES MI PADRE. Le dije nerviosa acomodando mi ropa y Erik hizo lo mismo, me arreglo el cabello y antes de salir me detuvo dándome un beso intenso.

-Para que no me olvides. Me dijo.

Al bajar me lancé en los brazos de mi padre, quien me presionó contra él.

-Buenas. Escuche a Erik a mi espalda.

-Lo saqué del mar. Le anuncio a mi padre antes que se enoje.

Me miro con sorpresa, me dio otro beso en la mejilla y me susurro.

"Te vio"

Al referirse que si me vio como sirena.

"No, estaba atrapado y lo saqué antes que se ahogue" Le respondí en un susurro.

-ERIK, ME ALEGRO QUE ESTES BIEN. Le dijo pasándole la mano, me sorprendio que lo conocia.

-¿Lo conoces? Le pregunte.

-Es el nieto de mi amigo Pablo. Me respondió.

Con Erik nos miramos con una complicidad unica, si mi padre no llegaba capaz usaria su llave maestra para abrir mi puerta secreta.