Aitana, es una hermosa joven que acaba de cumplir su mayoría de edad, vive al norte del reino Greyson, en la manda de luna azul, creció rodeada de amor por su familia y manada, desde niña ha estado enamorada del futuro Alfa de su manada, pero el destino tiene otros planes para ella.
Byron Drave Greyson, el actual rey Alfa del reino Greyson, tiene veintisiete años de edad, a los quince años subió al trono después de la trágica muerte de su padre y madre, después de subir al trono tuvo que hacerse reconocer y mostrarles a las manadas del reino que era digno de ser su rey, a pesar de su corta edad, aunque muchos Alfas estuvieron en contra y aliaron a reinos enemigos otras manadas lo aceptaron y lo ayudaron a que el reino creciera y se volviera lo que era ahora, uno de los más poderosos, pero al estar enfocado en proteger a su reino se olvidó de algo muy importante, encontrar a su mate, aquella quien sería conocida como Reina Luna.
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Aroma
Aitana salió finalmente de aquella habitación en compañía de su madre y Sam, también eran seguidas por unas mujeres que vestían con trajes negros, se sintió incomoda por un momento, pero su madre le explico que era por su bien.
- ¡Alain! - Grito al ver a su hermano en el jardín practicando combate con Damián.
- Hermanita- Alain detuvo su práctica y corrió a abrazar a su hermana\, por fortuna el aroma en ella ya no le afectaba\, gracias a los medicamentos y a que el rey seguía ejerciendo su autoridad en ellos\, aunque era levemente doloroso no le importaba por tal de poder estar cerca de su hermana. - ¿Te sientes mejor? - Pregunto\, Aitana asintió alegre.
-Qué bueno ver que estas mejor, Aitana- Dijo Melissa acercándose con Damián.
- Felicidades\, encontraste a tu pareja- Dijo Damián con una sonrisa\, aunque el aroma era leve le seguía produciendo cosquilleos en su cuerpo\, le gustaba aquel aroma de Aitana.
- Gracias – Dijo la chica con las mejillas sonrojadas. - ¿Dónde está papá? – Pregunto mirando a su hermano.
- Debe seguir en la reunión con su majestad – Respondió Alain con una sonrisa – Oye ahora serás la reina luna\, ¿Debo decirte alteza? – Pregunto en tono de burla\, Aitana le dio un golpe en el pecho y Alain solo río.
- Es cierto\, no podrás regresar con nosotros – Dijo Damián\, haciendo que Aitana entristeciera – Aunque aún puedes rechazarlo\, la diosa luna seguro\, e dará una nueva oportunidad – Dijo para sorpresa de todos.
- No digas eso ni de broma – Le dio un leve golpe Melissa – Aitana\, sé que será difícil alejarte de tu familia\, incluso para mí lo fue…pero encontraste a tu pareja predestinada\, es el mayor regalo que nos da la diosa luna\, acepta tu destino con alegría – Dijo Melissa tomando de las manos a la chica\, Aitana sintió calma con aquellas palabras de aquella pelirroja\, no se imaginó que fuera ella quien calmara su miedo por tener que alejarse de su familia.
-Además no creo que su majestad no permita que te visitemos e incluso que nos visites- Dijo Sam, Alain miro de reojo a Damián, ellos sabían que lo segundo podría ser imposible dado que ahora Aitana era la reina luna.
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Byron caminaba por los pasillos del palacio, se detuvo en una ventana que daba vista al jardín donde se encontraba Aitana con su familia, incluso Luna Dafne, Alfa Elías y Beta Marcus se habían unido a aquella reunión, miro que su hermosa Aitana sonreía al estar con aquellas personas, pero notó algo más la mirada de su bella luna no se apartaba de aquel que era el futuro alfa de la manada luna azul, sintió molestia ante aquella mirada.
-Majestad…Drave- Escuchó que lo hablaron miro que era Emilio quien le había dicho algunas cosas que no escuchó- Algunas manadas han decidido marcharse, pusieron pretexto el hecho de que están algo lejos de sus manadas, pero creo que es por la presión de tu autoridad y aunque sea leve el aroma de reina luna aún les afecta.
-Bien, entonces vamos a despedirlos – Dijo mientras se alejaba con él.
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Durante la cena, solo quedaba la manada luna azul y la manada luna negra, que era la manada a la que pertenecía Melissa, aquel pelirrojo el hermano de Melissa no dejaba de mirar a Aitana, aquel aroma era una adicción para él, desde que la vio la había deseado y su deseo creció más la noche anterior cuando su celo despertó y desprendió aquel embriagante aroma, para su desgracia no podría poseerla pues se había emparejado con el hombre más poderoso del reino.
- ¿No vendrá el rey? – Susurro Sam a lado de Aitana\, ella negó ante su pregunta\, desde la mañana no lo había vuelto a ver.
- Lamento la demora – Dijo una bella mujer de ojos marrones y cabellos claros – Su majestad se disculpa\, pero tuvo un inconveniente por lo que no podrá acompañarlos durante la cena – Dijo la mujer haciendo una reverencia- Pero por favor\, disfruten lo que se ha preparado para ustedes- Hizo una seña y los empleados comenzaron a servir un gran banquete.
Aitana miro a aquella bella mujer, quien le dirigió una sonrisa ante su mirada, Aitana solo asintió nerviosa, la cena se llevó a cabo sin presencia del anfitrión, Damián miro sus manos incluso la presión de autoridad había disminuido mucho más, miro a los lados la seguridad había incrementado.
-Oye, ¿Te diste cuenta? - Pregunto Damián en susurro a su lado estaba Alain.
-Sí, creo que es para proteger a Aitana – Dijo Alain mirando a su hermana que platicaba alegremente con su madre, Sam, Melisa y Luna Dafne.
- Por supuesto\, no pierdas de vista a Morgan\, no me gusta como mira a Aitana- Dijo mirando de reojo a Morgan y efectivamente aquel hombre no dejaba de mirar a Aitana con deseos.
- Lo sé…- Respondió Alain mirando fijamente a Morgan\, aquel pelirrojo le dirigió la mirada y sonrió de manera irónica ante aquella amenazante mirada de Alain.
- ¿Debo regresar ahí? - Pregunto Aitana nerviosa\, ya era hora de ir a dormir\, pero ella no podía volver a la recamara que compartía con Sam.
-Es por tu bien, cariño, el lugar más seguro es esa habitación- Dijo Marcus acariciando la cabeza de su hija – Tranquila, el rey es una buena persona, cuidará de ti – Continuo, entendía los nervios de su hija, aquel rey era un total desconocido para ella, pero era su pareja destinada, poco a poco se acostumbraría a él y llegaría un momento en que no querrá separarse de él.
Aitana fue escoltada por el grupo de mujeres hasta la habitación del rey, al entrar todo esta oscuro, encendió las luces la recamará estaba completamente sola, se dirigió al armario, había ropa de mujer a su medida ahí, miro los pijamas eran muy descubiertas para su gusto, tomo una sudadera negra y grande, la olió, sintió el aroma de Byron en ella, extrañamente aquel aroma le gusto más de lo normal.
-No creo que le moleste – Susurro nerviosa mirando aquella enorme sudadera, se dirigió al baño y tomo un baño rápido, se puso aquella sudadera como pijama, las mangas cubrían sus manos, el largo llegaba muy arriba de sus rodillas, pero cubriendo totalmente sus glúteos.
Aitana se recostó en la cama no sin antes tomar su medicamento, suspiro con pesadez, ahora tenía que depender de aquella medicina para controlar su celo, aunque recordó lo que le enseñaron en la escuela, una vez encontrada a su pareja destinada el celo podía controlarse con solo tener relaciones sexuales, su rostro se puso totalmente rojo en solo pensar en estar con aquel apuesto rey, su mente jugo con ella, se dibujaron imágenes de ella siendo tomada por aquel hombre.
-Carajo, ¿Qué haces, Aitana? - Dijo tomando aquellas pastillas y acostándose en la cama, se cubrió de pies a cabeza, el calor en su cuerpo aumento y el cosquilleo en su intimidad comenzó a molestarla. –Basta, cálmate Aitana, no pienses en eso- Susurro mientras trataba de controlar sus impulsos de tocarse en aquella zona.
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- ¿Seguro que estás bien? – Pregunto Emilio con preocupación\, había acompañado a Byron hasta la puerta de su recamará.
- Si\, ¿Todo marchó bien en mi ausencia? - Preguntó\, su cabello estaba desordenado y tenía unas inmensas ojeras\, se veía cansado como si hubiera pasado días sin dormir.
-Sí, tu presión autoritaria bajo, pero Irina reforzó la seguridad, no hubo ningún incidente durante la cena- Explicó brevemente- Reina luna descansa ahí – Señaló la puerta Emilio.
-Bien, ve a descansar, nos vemos mañana… - Dijo mientras entraba a su habitación y cerraba la puerta con seguro.
Byron sintió el cuarto impregnado de aquel dulce aroma que desprendía su pareja, aquel aroma hizo que el cansancio se desvaneciera, se acercó a donde dormía ella estaba cubierta por las sabanas casi por completo, solo dejaba a la vista su bello rostro, lo acarició y le dio un beso en la frente. Se dirigió al armario y saco un pijama para cambiarse, aunque solo opto por ponerse el pantalón negro dejando a la vista su bien definido cuerpo, después se dirigió a la cama, se acostó en el lado que le pertenecía y aunque la cama era muy espaciosa para los dos, él no quería estar alejado de ella, con delicadeza la acerco a él y la rodeo en sus brazos, entre sus sueños Aitana se acurruco en aquel hombre. Byron se sentía tan feliz de estar así, había deseado tanto tener en sus brazos a su mate que ahora sentía que si dormía al despertar ella no estaría.