Alya, una mujer de carrera solitaria, sufre un accidente y muere en el acto. Sin embargo, al abrir los ojos, queda completamente impactada al descubrir que su alma ha entrado en el cuerpo de una mujer desconocida llamada Alexa. Su sorpresa es aún mayor cuando ve a un hombre sentado, con un niño en brazos, mirándola con una expresión fría y cortante.
“Deja de actuar, nunca más volveré a caer en tus trucos”, dijo Kevin Orlando, el esposo de Alexa.
“Papá… ¿mamá va a volver a pegarme?”, susurró un niño de cuatro años que estaba en brazos de Kevin.
Hay una verdad que Alya acaba de descubrir: este nuevo cuerpo esconde demasiados pecados.
¿Qué debería hacer Alya ahora que está atrapada en el cuerpo de alguien tan cruel como Alexa?
¿Reparar las relaciones con quienes Alexa hirió en el pasado… o huir llevando consigo este cuerpo?
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Capítulo 6
Si se le preguntara, Kay ama a su madre o no, el niño sin dudar respondería 'sí'. A su corta edad de cuatro años, al menos hay varias cosas que entiende acerca de su madre.
Kay a menudo es lastimado por su madre, pero no puede sentir odio hacia la mujer que le dio la vida. Una vez pasó sin querer frente a la habitación de su madre y por primera vez vio a su madre llorar desconsoladamente con un libro en sus brazos.
Y Kay se dio cuenta de que todo era culpa de su padre, quien nunca trató bien a su madre. Incluso cuando sus amigos se burlaban de su familia incompleta, él solo podía permanecer en silencio, porque la realidad era esa.
Más aún cuando su madre gritó frente a él, diciendo que era un maldición en su vida. Kay no lloró, pero su corazón se rompió en mil pedazos. Lo único que sabía era que él era la causa de la destrucción de la vida de su madre.
"Kay, es hora de almorzar," dijo la niñera del niño mientras Kay estaba ocupado coloreando en un libro. Él miró a la mujer. "¿Sus, cuándo vuelven papá y mamá?"
La mujer se quedó en silencio, atónita; era la primera vez que el niño preguntaba cuándo volvía su madre. Sentía una resistencia en su corazón.
La niñera solo pudo sonreír y luego se sentó junto al niño acariciándole el cabello. "¿Qué pasa, Kay? Es raro que preguntes por tu madre," preguntó con curiosidad.
"Mamá ha cambiado, Sus. Kay está muy contento cuando mamá ya no se enoja con Kay." dijo el niño, lo que provocó la ira de la mujer.
No podía dejar que eso continuara, Kay debería estar odiando a Alexa.
....
La hora ya marcaba las cuatro de la tarde, en realidad no era hora de volver a casa, pero Kevin estaba preocupado por el estado de Kay; la niñera le había llamado y dijo que Kay tenía fiebre y seguía llamando su nombre. Así que rápidamente despertó a Alexa y la llevó a casa.
Alexa se sentó en una posición recostada porque aún tenía sueño, pero al ver la mandíbula de Kevin rígida no se atrevió a preguntar el motivo de su regreso repentino.
....
Brak...
La puerta de color blanco decorada con dibujos animados se abrió de par en par. Kevin entró rápidamente seguido de Alexa detrás de él.
"Kay, cariño, ¿qué te duele?" preguntó Kevin con una expresión preocupada, Kay abrió los ojos lentamente mientras su padre acariciaba su mejilla caliente.
"Papá, me duele la cabeza," se quejó el niño, su visión comenzaba a nublarse, su cuerpo estaba cada vez más caliente, a pesar de que ya había tomado medicina.
"¿Qué es lo que te duele, hmm?" Kevin le masajeó las sienes suavemente. De repente, la niñera de Kay llegó y se acercó rápidamente a Kevin.
"Kay ya tomó su medicina, señor, permítame cambiarle el paño frío," dijo la mujer, haciendo su voz más melódica. Alexa soltó un suspiro de frustración, evidentemente, aquella mujer estaba interesada en su esposo. Bueno, al menos en el esposo de Alexa.
Kevin asintió levemente y se puso de pie, permitiendo que la niñera de Kay se ocupara de su hijo. Desde que Kay era un bebé, esa mujer había sido la que cuidaba de él. A diferencia de Alexa, que ni siquiera se preocupaba por su propio hijo.
"¿Para qué estás aquí? Sal de aquí," ordenó Kevin a Alexa, que aún estaba de pie detrás de él; su presencia no podía ayudar en nada.
Alexa se sorprendió al escuchar las palabras ásperas de Kevin. No pudo hacer nada, aunque le costara, decidió obedecer; cuando estaba a punto de salir, de repente Kay comenzó a llorar con fuerza.
"Huaaaaa, mamá, quiero a mamiiii." Kevin rápidamente abrazó al pequeño y trató de calmarlo. "Sshh, cállate cariño, quédate con Sus," ofreció Kevin, oferta que fue rechazada de inmediato por el niño.
"Quiero a mamiiii huaaa." Su cuerpecito empezaba a forcejear en el abrazo de su padre. Sus ojos se abrieron y vagamente vio la figura de su madre aún de pie en la puerta.
"Mamá, Kay quiere estar con mamá." Extendió su mano hacia Alexa, como si la llamara para que viniera a cargarlo.
"Kay se queda con Sus," la niñera se sentó audazmente al lado de Kevin, mientras sostenía al pequeño Kay que no podía quedarse quieto en los brazos de su padre.
Alexa se sintió indecisa; ¿debería acercarse a Kay? Pero Kevin la había echado.
El llanto del niño se intensificaba, incluso Kevin ya estaba muy agobiado, sobre todo porque la niñera solo estaba haciendo eso para acercarse a él.
No había otra opción. Alexa rápidamente tomó el cuerpo caliente de Kay de los brazos de su padre y lo cargó. El niño se calmó de inmediato y enterró su rostro en el pecho de su madre.
"Tranquilo, Kay, soy mamá." susurró Alexa al oído de su hijo, acariciando su cabello hasta que la respiración de Kay volvió a la normalidad. Parecía que el niño se había vuelto a dormir.
"Em, lo llevaré a mi habitación." dijo Alexa sin esperar la respuesta de Kevin, y se apresuró a salir.
Klek...
Cerró rápidamente la puerta de su habitación. Dejó su bolso sobre la mesa y luego acomodó al pequeño sobre su cama.
"Engh." gimió Kay cuando el abrazo de su madre se rompió.
"Un momento, Kay, mamá se cambiará de ropa." Alexa rápidamente se quitó toda la ropa y se puso un pijama bastante corto. Quería aliviar la fiebre de Kay con la técnica de piel a piel. Eso lo había aprendido de su madre.
Ahh, extrañaba a su madre.
Rápidamente le quitó la camiseta al niño, luego se desabrochó la parte superior y abrazó el cuerpo caliente de Kay.
El niño se calmó al instante, sus ojos se abrieron un poco, "Mamá, me duele la cabeza." se quejó inquieto porque su cabeza latía de manera incómoda.
Alexa comenzó amasajear suavemente la cabeza de su hijo, sabía lo que se experimentaba durante una fiebre, al menos intentaba reducir el dolor de cabeza que sentía el niño.
Kay restregó su cabeza en el pecho de su madre. Quería dormir, pero no podía. "¿Por qué, cariño?" preguntó Alexa al ver a su hijo inquieto.
Los ojos de Kay se abrieron. "Quiero leche."
Alexa se quedó en silencio, no sabía que Kay todavía tomaba del pecho. "Pero no hay leche, Kay." dijo con un hilo de voz.
"Eng, pero Kay suele tomar leche antes de dormir." se quejó frustrado porque su madre no sabía lo que quería.
Temiendo que el niño hiciera una rabieta nuevamente, rápidamente colocó su pezón en los labios de Kay. Era la primera vez que lo amamantaba.
Kay, confundido, solo pudo abrir la boca, siguiendo su instinto. Sus ojos redondos se posaron en el rostro de Alexa, quien trataba de contener la risa que le inundaba el pecho.
"Ah, no me muerdas, Kay." reprendió Alexa cuando el niño la mordió accidentalmente. Kay asintió y lentamente cerró los ojos mientras succionaba de su madre.
En realidad, lo que Kay deseaba era la leche tibia que le preparaba la niñera cada vez que iba a dormir, pero su madre malinterpretó y creyó que Kay quería amamantar como un bebé.
Alexa miró al niño y parecía que ya se había dormido, aunque su boca seguía moviéndose, succionando su pecho.
Sin darse cuenta, sus ojos también se cerraron, y se unió a Kay en sus sueños.
Klek...
Kevin entró sin permiso en la habitación de su esposa. Se dio tiempo para ducharse antes de ir a buscar a su hijo. Al principio, su intención era llevarse a Kay de Alexa, porque por ahora todavía no confiaba en esa mujer.
Pero se sorprendió al encontrar a Kay amamantando de su madre.
¿Qué es esto? ¿Él también quiere? Ah.
