Calamidad no creía en fuerzas que manejen su existencia hasta que murió y fue seleccionada para ser la causante de todas las desgracias. En su nueva vida descubre que su muerte no fue un accidente, si no un asesinato planeado por su esposo y su amante hacia su persona. Siente sed de venganza y su nueva misión con sus nuevas habilidades decide que los descendientes de esa familia paguen, sin saber que el destino se cruzara en su caminó, como un simple mortal al igual que ella y las diferentes fuerzas estaran en conflicto por su unión.
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6- La casa de Pablo
( *Calamidad)
La pausa que hizo antes de hablar me lleno de ansiedad.
-Ja... No... No... Te desapareciste... Y si creías que podías esconderte... Te equivocaste. Me dice.
-No me escondo ... Y tú sabías todo de mi... Anoche lo averíguaste siendo que solo era una testigo. Le digo haciendo gesto con los dedos como poniendo comillas.
-Me atrapaste... Quería saber de ti. Me dice.
-Bueno aquí me tienes... Qué se te ofrece. Le consulto.
-Estaba preocupado... Quería saber cómo estabas. Me dice.
-Muy considerado de tu parte. Le digo. - Vamos a comer. Le sugiero.
-La verdad... Solo quería saber cómo estabas... E ir a mi casa. Me dice.
-Vamos a tu casa... Cocino algo... No esperes que sea como un chef... Pero el café me sale bien. Le comento y sonríe.
-Ok... Solo déjame advertirte... Qué no paso mucho en mi casa... Y no creo que te guste. Me dice.
-Debe ser interesante... Pero estoy acostumbrada a la calamidad. Le digo en tono de broma.
-Si...Ya me di cuenta. Me dice guiandome a su vehículo.
-Esta muy limpio aquí... Y huele bien... Eso habla bien de ti. Le digo al sentarme en la parte de copiloto.
-Es que paso más tiempo en el, que en mi casa. Me dice.
-Me habías comentado de que la esposa del dueño dónde alquilo falleció ... Te quería preguntar... Si se puede reabrir la investigación. Le consulto.
-Deberia solicitar la familia... Pero como te conté... Nunca lo hicieron. Me dice.
-Y si alguien tuviera información... Será que se puede volver a investigar. Le consulto.
-¿Qué quieres decir?. Me pregunta.
-Se puede. Le vuelvo a insistir.
-Si aparecen nuevas pruebas... De seguro que si. Me responde.
-Pues... Creo que encontré algo. Le digo.
-¿Cómo así?. Me pregunta.
-Te enseñaré cuando reabran el caso... Me gustaría participar... Cómo esos programas de investigacion... Te acuerdas de un programa llamado misterios sin resolver... Mis padres solían ver. Le invento porque mi edad no coincidía como para asegurar que veia un programa viejo de esa clase.
Él pone su mano en su pera pensativo.
-Antes se sincera conmigo... Cómo es que sabes que algo va a pasar. Me dice.
-No se... Es como un sexto sentido... Lo siento en las tripas... No sabría explicarte... Solo se da. Le respondo fingiendo ignorancia.
-Siento que algo me ocultas. Me dice.
-Hasta donde se... Debes saber que color de ropa interior uso cada día. Le respondo en forma de broma.
Llegamos a una casa que tenía un aspecto como si nadie habitará hace mucho, los periódicos acumulado en la entrada y el buzón lleno.
Bajamos del auto, él miro la casa como con melancolía, suspiro hondo y camino a abrir la entrada.
Cruzamos el umbral, veo que él duda en dar el paso y al final lo hace.
Entrelazó mis dedos a los de él siento una sensación que es como si me asfixiara, de nuevo ese sonido de la burbuja de aire en mi oido.
Miro la sala, una luz que se cuela por una ventana, ilumina el sofá en color marrón junto a una mesa petisa, un librero contra la pared.
Se me hace escuchar las voces a la distancia como eco.
Miro en el piso una figura dibujada, giro y veo un agujero en la pared, miro la dirección de donde vino.
-Paso una desgracia. Murmuró entre dientes. -Por eso no estás en tu casa... Si estás bebés para no escucharlos.
-Calida... ¿Qué dices?. Me pregunta y veo que muerde sus uñas.
-Que quiero hacerlo aquí y ahora. Le digo como para sacarme esa sensación de que estuve ahí y lo viví.
-En serio... Dime. Me pregunta.
-No quieres el postre antes de la comida... Enséñame la cocina y te preparo algo. Le digo estirandolo.
-Cualquiera en tu lugar saldría corriendo al ver esto..." Es un loco y quiere matarme", gritaría... Pero a vos te excita. Me dice mirándome a los ojos y acaricio mi rostro.
-Tuviste oportunidad de hacerlo... Pero en vez de ello me presentaste a tus amigos. Le recuerdo.
-¿Qué quieres de mi?. Me pregunta.
-Además de tu cuerpo... Dejame pensarlo. Le respondo.
En ese momento golpean la puerta.
-No te muevas... Veré quien es. Me dice.
-¿Te espero sin nada puesto?. Le consulto y ladea la cabeza, como sabiendo que solo lo digo y no va en serio.
-HOLA PABLO... QUE SORPRESA VERTE... SABIA QUE ERAS TU... HACE MUCHO NO ANDAS POR AQUI. Se le escucha la voz de una mujer mayor.
-Señora Herrera... ¿Qué se le ofrece?. Le pregunta.
-SOLO AVISAR DE PASO QUE VOY A PONER EN VENTA MI CASA... YA NO ES LO MISMO EL BARRIO SIN TU PADRE... CON ÉL NOS SENTIAMOS A SALVÓ. Escucho que le dice la señora.
Al escuchar que vivía ahí el padre de él aproveche a recorrer la casa para ver si tenía algo que hable sobre mi caso.
Estaba la sala, con él librero, una cocina que tenía doble puerta de un lado y del otro, me dirigí a la planta de arriba y descubrí tres habitaciones, en una había como doble cama, en otra se ve que era la de los padres, y la tercera con un escritorio y un archivero.
-Bingo. Vitoree, ingresé y ví una figura dibujada en el piso atrás del escritorio, por el respaldo de la silla se divisaba un agujero.
-Te gusta curiosear. Escucho la voz de Pablo.
-Aqui hay otro dibujo. Le comento enderezandome de donde me puse en cuclillas para ver.
-Ese día se celebraba que... Lo ascendieron de puesto... Él estaba aquí... Cómo siempre metido en su trabajo... Por la música y el bullicio no escuchamos... Cuando lo mataron... Se metieron unos delincuentes asegurando que teníamos una plata que no era verdad... Redujeron a todos... A una pareja la mataron cuando la mujer se puso a llorar de manera histérica y ella estaba embarazada... El marido se puso adelante para salvar a su esposa... Pero la bala que lo atravesó a él le dio a ella de lleno... Salvaron a la bebé... Pero a sus padres no... Yo era un niño... Cualquiera diría que eso me traumaría de por vida... Solo me llevo a querer meterme en las fuerzas y acabar con esos delincuentes... Seguir los pasos de mi padre... Cómo un tributo... Siempre estoy en contacto con la muerte... Se volvió una aliada... Y como mi vida es así... Nunca quise hacer sufrir a nadie... Vi como mi madre sufrió... Quedó ella sola con dos niños hiperactivos... Me aleje de la familia... Me cansé que siempre pregunten para cuando la boda, los hijos, la familia. Me cuenta y me aproximó besándolo como sacándolo de sus pensamientos.
-Cuando estés listo y si es que quieres... Solo se dará. Le susurro sobre los labios.
Se me prendió de los labios, su manera brusca y enérgica por alguna razón me gustó.
Me subió la falda y sus manos se aventuraron bajo mi ropa interior, extrajo su paquete que me golpeó la pierna, me guío mi mano para qué le acaricié, su lengua invadía mi boca, tome entre mis manos un salchichón, se me hacía agua la boca por probarlo, me iba a hacer una picada de dioses con él.
Cuando nos unimos fue como si me acariciara el corazón, se me abrazo fuerte, su cuerpo tembló, se retiró mirándome con una expresión de estar gozando al máximo, sus ojos muy abiertos y su boca con los labios separados soltando gemidos agudos, me mordía el labio, me pasaba la lengua por mis lomas, saboreaba cada centímetro de mi torso, mis manos acariciaban sus amplios pectorales, sentí una cicatriz en su costado, en su brazo y en su hombro, enrede mis manos en su cabello devorándolo con ímpetu. Mientras sus caderas movía enérgico y podía sentirlo como me golpeaba mi interior y me enloquecía de placer.
"Ya viene", exclamó agudo y se retiró sin dejar de besarme.
-Lo siento... Hace mucho...
-Ssshhh... No te disculpes... Fue glorioso. Le digo.
-Me creeras loco... Pero sentí como una electricidad al estar conectado a ti... Me gustó. Me dijo con una sonrisa en los labios besándome con más ganas.
"Y a mí me pasó lo mismo, lo bueno que no pasó nada malo", pensé.
-¿Quieres tomar una ducha?. Me consulta.
-Si me acompañas. Le sugiero.
Antes con mi esposo solo los fines de semana teníamos intimidad, y era todo muy cuidado, sin la luz del día, como que nos avergonzaba vernos, siempre apagabamos la luz.
Y ahora estaba aquí con este hombre que no hace ni dos días que conocí, sin tabúes, ni pudor.
Ahora que me ponía a pensar había veces que a Germán lo sentía enérgico y otras no, será que en esas él estuvo con su amante y lo hacía obligado. Me pregunte hirviendo del coraje.
Nos metimos juntos en la ducha y mientras lo tallaba con la esponja y él a mí aproveche a preguntarle sobre sus cicatrices.
-Esta cómo te la hiciste. Le pregunté marcando la que tenía en el brazo.
-Fue en una pelea... Me tiraron un mueble encima y puse el brazo para que no me aplaste... Gane por supuesto... Luego tuve que conducir de vuelta... Con los que arreste. Me dice mirando la linea que se hundía en una parte de unos tres centímetros en el antebrazo.
-¿Y está?. Le consulto posando mi mano en su costado.
-No recuerdo bien... Creo que me dieron una apuñalada, la verdad no recuerdo. Me comenta.
-Fue trabajando o una pelea a parte. Le consulté.
-Trabajando, creo. Me dice abrazándome y besando mi cuello.
-No te ví ninguna cicatriz... Salvó que tienes una marca de nacimiento en tu costado... Parece un corazón y está a la misma altura de mi cicatriz. Me dice señalando mi costado derecho bajo la axila.
-Tienes razón. Le digo mirando a mi costado.
Él suspiro pesado contrayendo la cara y se retiró pasandome la toalla.
-Debo regresar al trabajo. Me dijo.
-De acuerdo. Le respondo mirando su increíble cuerpo trabajado mientras se seca, solo tenía tostado una parte de los brazos por usar remera o camisa mangas cortas y el resto era blanco.
-Disfrutas de la vista. Me pregunta.
-Eso hago. Le respondo saliendo a prepararme.
Golpean la puerta con todo como si el timbre no funcionará.
-Ya vengo. Dijo él al terminar de vestirse.
-¿QUÉ HACES AQUI?. Escucho que pregunta a quien vino.
-¿DÓNDE ESTA?... ¿QUIÉN ES LA ZORRA CON QUIEN VINISTE?. Le grita una mujer.
-NO TIENES NADA QUE HACER AQUI... TOMASTE TU DESICION CUANDO TE REVOLCASTE CON TU JEFE. Le grito el molesto.
-CUANTAS VECES TE VOY A DECIR QUE PASABA POR UNA CRISIS EXISTENCIAL... MI TRABAJO ES ABRUMADOR... MI INSTRUCTOR DE JOGA TE LO EXPLICO. Le aseguro ella.
-CON ÉL QUE TE ACOSTASTE TAMBIÉN EN LA SEGUNDA CLASE... O FUE EN LA PRIMERA. Le retruco.
-TU SIEMPRE ESTABAS TRABAJANDO... ME SENTIA SOLA... TENIA NECESIDADES. Le responde.
-SI TAN SOLA TE SENTIAS CONMIGO DEBISTE TERMINAR... NO HACERME DARTE UN ANILLO DE COMPROMISO... JAMAS TE IMPORTE... SIEMPRE PENSASTE EN TI... EN LO QUE PODIAS OBTENER. Le dice.
-COMETI ERRORES... TODOS LO HACEMOS... PARA ESO EXISTE EL PERDON. Le dice ella.
-COMO MENTIR QUE ESTABAS EMBARAZADA SOLO PARA ENGANCHARME Y LUEGO INVENTAR QUE LO PERDISTE POR CABALGAR... QUE EMBARAZADA EN SU SANO JUICIO CABALGA. Le grita él y me presento a ver quién es la histérica loca que le hace escenas al no tener derecho.
La veo como quince años mayor a una teñida de pelirroja.
-Si busca el geriátrico está a veinte cuadras de aquí. Le digo llamando su atención.
-ES UNA PENDEJA... AHORA SALES CON PENDEJAS. Grita desaforada.
-Soy la abogada de él y ahora estábamos revisando un caso muy grueso y largo que se presentó... No es así Engel. Le digo con una vos seductora que me sale de diez.
De repente empezó a sonar la alarma de un auto y veo que ella mira hacia afuera viendo que a su vehículo le cayó un granizo del tamaño de una pelota de tenis.
-¿Pero como es posible?. Se pregunto alterada saliendo a correr para sacar a su vehículo de la acera, todos los granizos solo le pegaban a su auto.
"Nadie me llama pendeja", pensé.
-Asi que jamás te comprometiste. Le digo con una mueca divertida a Pablo.
-Pero tengo a mi abogada que me defienda. Me dice tomándome de la cintura y posando un beso sobre mis labios.
-Aún no me llega mi matrícula. Le comentó.
-Igual... Me gusta tenerte de mi lado. Me dice justo que mi celular suena.
Me aleje a atender.
#Calida no haz regresado a la casa. Escucho la voz de Enzo.
#¿Hay toque de queda?. Le consulto.
#Si... A decir verdad si. Me responde.
#Ok... Nos vemos. Le digo.
-Ya debo irme. Le digo a Pablo que me miro desconcertado.