La Protegida Del Alfa

**Capítulo 6: Una Verdad Inesperada**

La fiesta en la represa continuaba con una energía vibrante, pero en el corazón de Valeria, la verdad que acababa de descubrir sobre Alex resonaba con fuerza. Estaba rodeada de risas, luces brillantes y el aroma de la comida, pero todo se desvanecía en comparación con la revelación de que Alex era un alfa y el hermano mayor de Samanta. La conexión que sentía por él ahora se entrelazaba con un nuevo nivel de complejidad.

“¿Eres realmente un alfa?” preguntó Valeria, su voz temblorosa, aún tratando de procesar la magnitud de lo que había escuchado.

“Sí, lo soy”, respondió Alex, sus ojos verdes brillando intensamente bajo la luz de la luna. “Y eso significa que tengo responsabilidades y un destino que cumplir. No solo para mí, sino también para mi manada”.

Jonathan, que había estado escuchando en silencio, se acercó un poco más. “¿Y qué significa esto para Valeria? ¿Cómo encaja ella en todo esto?”

“Valeria es especial. Hay una conexión entre nosotros que va más allá de ser solo lobos. Si ella es mi mate, eso implica que nuestras manadas podrían unirse de una manera única”, explicó Alex, su voz firme pero llena de consideración.

“Pero, ¿y Samanta? ¿Cómo se siente sobre esto?” preguntó Jonathan, claramente preocupado por su hermana y la dinámica familiar que se estaba formando.

“Samanta no tiene idea de la profundidad de nuestra conexión”, respondió Alex, mirando a Valeria con seriedad. “No quería que eso afectara nuestra relación hasta que supiera que esto era real”.

A medida que la noche avanzaba, Valeria sintió una mezcla de emoción y ansiedad. La revelación de Alex era abrumadora, pero había algo más en el aire, un sentimiento de inquietud que la hacía mirar a su alrededor. La atmósfera festiva parecía estar cargada de tensión, y no podía ignorar la sensación de que algo no estaba bien.

De repente, un grupo de lobos apareció en la distancia, sus ojos brillando con una intensidad salvaje. Valeria se tensó al reconocerlos: eran de la manada de Searon, conocidos por su agresividad y por no dudar en pelear por su territorio.

“Jonathan, tenemos que irnos”, murmuró Valeria, sintiendo cómo su instinto la alertaba. “No son de los nuestros”.

“Espera”, dijo Jonathan, tratando de evaluar la situación. “Quizás solo están aquí para observar. No debemos entrar en pánico”.

Pero Valeria no estaba convencida. La tensión aumentaba, y antes de que pudieran reaccionar, los lobos de Searon comenzaron a avanzar hacia ellos con intenciones claras. La fiesta se convirtió en un caos instantáneo. Las risas se convirtieron en gritos, y la música se detuvo mientras la multitud se dispersaba.

“¡Valeria, mantente cerca de mí!” gritó Jonathan, preparándose para lo que se avecinaba.

Valeria sintió cómo su corazón latía con fuerza. “Alex, ¿qué hacemos?”

“Debemos proteger a nuestra manada, no podemos permitir que nos ataquen”, respondió Alex, su mirada decidida. “No hay tiempo que perder”.

Sin más palabras, Valeria y Jonathan se transformaron. La magia de la luna llena les dio fuerza y agilidad, y en un instante, se encontraban en sus formas lobunas. Valeria, con su pelaje plateado y ojos brillantes, se sintió poderosa, lista para enfrentar cualquier desafío.

Los lobos de Searon eran más numerosos, pero la determinación de Valeria y Jonathan era palpable. “¡Formemos una línea de defensa!” gritó Jonathan, sus instintos de alfa emergiendo. “No dejaremos que nos superen”.

Los lobos de la manada de Searon avanzaron, y el choque fue inminente. Valeria se lanzó hacia adelante, sintiendo la adrenalina recorriendo su cuerpo. Se encontró frente a un lobo de gran tamaño, con pelaje oscuro y una mirada feroz. El lobo de Searon atacó, pero Valeria esquivó con agilidad, utilizando su velocidad para sorprender a su oponente.

A su lado, Jonathan luchaba contra otro lobo, su fuerza y habilidad combatiendo el ataque. “¡Mantente alerta, Val! ¡No permitas que te rodeen!” gritó, mientras se defendía con ferocidad.

La batalla se intensificó, y Valeria sintió que la conexión con la luna la guiaba, dándole poder en cada movimiento. Con cada zancada, cada giro, se sentía más en sintonía con su instinto lobo. “¡Por nuestra manada!” aulló, sintiendo la energía del momento.

Los lobos de Searon eran una fuerza formidable, pero la pequeña manada de dos, Jonathan y Valeria, se defendieron con valentía. A medida que la lucha continuaba, Valeria comenzó a notar algo inesperado: Alex estaba a su lado, luchando junto a ellos.

“¡Alex!” gritó Valeria, sorprendida. “¿Por qué te uniste a la pelea?”

“Porque somos una manada ahora, y protegerte es mi deber”, dijo Alex, lanzándose contra un lobo de Searon que intentaba atacar por detrás.

La batalla se prolongó, y Valeria sintió que su resistencia se ponía a prueba. Pero había algo en la conexión entre ellos que la hacía más fuerte. Cada vez que luchaba junto a Jonathan y Alex, su confianza crecía. La luna llena brillaba intensamente, iluminando la escena con un resplandor plateado.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, los lobos de Searon comenzaron a retroceder, sintiendo la fuerza de la unión de la pequeña manada. “¡Retrocedan!” aulló el líder de Searon, un lobo de grandes proporciones. “No vale la pena seguir luchando aquí”.

Con eso, los lobos de Searon se retiraron, dejando a Valeria, Jonathan y Alex de pie, exhaustos pero victoriosos. La tensión en el aire se disipó, y el festival, aunque todavía en caos, comenzó a calmarse lentamente.

“Lo logramos”, dijo Jonathan, jadeando. “Pero no podemos bajar la guardia. Ellos volverán, lo sé”.

Valeria se volvió hacia Alex, sintiendo una mezcla de gratitud y respeto. “Gracias por estar a mi lado. No esperaba que te unieras a la lucha”.

“Siempre estaré aquí para ti, Valeria. Y no solo porque seamos lobos, sino porque eres mi mate y parte de mi vida ahora”, dijo Alex, su mirada firme y sincera.

Jonathan, aún con la adrenalina corriendo por sus venas, asintió. “Esto no ha terminado. Debemos prepararnos para lo que venga. La manada de Searon no se rendirá fácilmente, y debemos estar listos”.

Valeria sintió el peso de las palabras de su hermano, pero también una sensación de determinación. Había descubierto una verdad inesperada sobre Alex, y junto a su hermano, estaban listos para enfrentar los desafíos que se avecinaban.

“Juntos, somos más fuertes”, dijo Valeria, mirando a sus dos compañeros. “Y no dejaremos que nadie nos divida”.

Con la luna llena brillando sobre ellos, Valeria sintió que un nuevo capítulo de su vida comenzaba. La lucha había sido intensa, pero también había mostrado la fuerza de su conexión como manada. Juntos, enfrentarían lo que sea que el destino les deparara, y Valeria estaba lista para abrazar su nuevo papel en este complicado mundo de lobos.